Las niñas se han sentado a la mesa. Luisita les sirve un plato de tortilla de patatas, mientras Amelia aprovecha para descorchar el vino que ha traído y sirve un par de copas para las dos. ¿Tortilla de patatas con vino? ¿Por qué no? Bonita estampa familiar, la verdad.
- Esto está buenísimo – dice Amelia.
- Gra-
- El abuelo Marce la enseñó a hacerla – interrumpe Aurora, antes de llevarse el tenedor a la boca.
- Oye, pero déjame hablar – dice Luisita indignada, provocando la risa de las niñas. – Decía que gracias, Amelia. Y el vino muy bueno también, aunque no te tenías que haber molestado... que aquí la invitada eres tú.
- Es que me sabía mal que me invitaras tú a todo...
- Mamá siempre dice que las parejas tienen que compartir gastos – interviene Lucía.
- Y hacer separación de bienes – añade Eva.
- Pero eso es cuando se casan, ¿no?
- No me acuerdo...
- ¿Vosotras os vais a casar? - pregunta Lucía, pensativa.
Amelia se acaba de atragantar al escucharlo. Menos mal que fui previsora y llamé a la ambulancia por si pasaba algo así, que vayan entrando.
- ¿Estás bien? – pregunta Luisita, asustada. – Bebe un poco.
No, no está bien. Oye, ¿y los de la ambulancia que no suben?
- Sí, sí... - se aclara la garganta y recupera un poco el aire – ya está, que se me ha ido por el otro lado.
Bueno, pues ya que no suban. Pero para la próxima a ver si se dan un poco más de prisa, que dije que no se iba a morir ninguna lesbiana.
- Se ha puesto muy nerviosa, eso es que se lo están pensando – comentan las trillizas entre ellas.
- Tía Luisa, ¿si te casas nos vas a invitar?
- Sí, pero que no me caso – aclara.
- ¿Y por qué no? Si a ti te gusta casarte. – pregunta Aurora.
- ¿Amelia no quiere? – las tres miran a Amelia, esperando su respuesta.
Que le den una tregua a la pobre.
- Dejad de insistir ya, eh. Además, Amelia está conociendo ahora a Marina.
Como amiga, querrá decir.
- ¿Marina? – pregunta Lucía.
- Pero si no pegan nada – dice Eva, mirando bien a Amelia.
- ¿Sois novias las tres?
- No sabía que te gustaban esas cosas, tía Luisa. – añade Aurora, confundida.
- A ver, a ver, que os gusta liarlo todo. Que a mí no me gustan esas cosas, lo que quiero decir es que Marina y Amelia...
- ¿Amelia te está engañando con Marina? – pregunta Eva con sorpresa.
Duras acusaciones, Amelia, defiéndete.
- Yo no...
- No la está engañando porque tía Luisa lo sabe – aclara Lucía.
Nada, que no la dejan hablar.
- ¿Entonces le parece bien que Amelia y Marina...?
- Ya basta – interrumpe – a comer y a callar. Ya he dicho que Amelia y yo somos amigas y punto, se acabó el tema.
