66 (sixty-six)

391 41 1
                                    

— ¿Y esa cara? — le da un beso.

— Luisita, que no ha aparecido por clase y tampoco contestaba al teléfono ni al timbre de su casa. — dice Marina mientras se quita el abrigo.

— ¿Pero has conseguido dar con ella?

— Sí, su hermana tenía llave pero no ha servido de mucho. — se sienta. — Nos ha echado sin darnos ningún tipo de explicación.

La camarera se acerca a tomarles nota y se piden un par de cafés.

— Ya... a lo mejor yo sí sé lo que le pasa. — Marina la mira extrañada. — Amelia tampoco ha ido al ensayo, anoche Luisita fue a su casa y parece ser que se formó una buena.

— No me jodas... capaz que ha ido y se lo ha soltado.

Efectivamente así ha sido.

— ¿El qué?

Marina duda porque en teoría no debería contárselo a nadie pero... el cotilleo es el cotilleo. Y bueno, que están saliendo, se supone que confía en ella.

— ¿Te acuerdas de que te dije que la noté rara por la mañana? — Marta asiente. — Pues resulta que estaba así porque se dio cuenta de que ya conocía a Amelia de antes.

— ¿Qué? ¿Pero cómo...?

— Le vio una marca de nacimiento.

— Joder, pobre Amelia...

— ¿Pobre por qué?

Ya que nos ponemos habrá que tirar de la manta del todo, ¿no?

— A ver... es que me conozco la historia. Sé que coincidieron un verano en el pueblo de Amelia y que después de eso ya no volvieron a verse.

— ¿Cómo te has enterado?

— Me lo dijo Amelia.

— No sabía que tenías tanta confianza con ella.

— Bueno, en realidad... estuvimos saliendo una temporada.

Ya está, ya se lo ha soltado.

— ¿Qué? ¿Y por qué no me lo habías contado?

— Porque no sabía cómo te lo ibas a tomar.

— ¿Por qué me lo iba a tomar mal? — hace una pausa. — ¿Sigues sintiendo algo por ella? ¿Es eso?

— ¿Eh? No, no, qué va... lo que pasa es que... no me porté bien con ella y acabamos mal.

— ¿Qué le hiciste?

— Es... complicado.

Diría que es demasiado tarde para intentar escaquearse.

— ¿Complicado por qué?

Marta suspira.

— Primero prométeme que no se lo vas a contar a nadie, y mucho menos a Luisita.

— ¿Qué tiene que ver Luisita con lo vuestro?

De pronto llega la camarera con los cafés. Qué oportuna, ¿no?

— Te lo explico todo pero por favor no se lo digas, no por mí, sino por Amelia.

— Vale, te doy mi palabra de que no saldrá de aquí.

Acomodaos donde sea que estéis porque toca recapitular. Podría recurrir al típico recurso de pasar a otra escena y que al volver ya se vea su reacción pero sé que en el fondo necesitáis que os refresque la memoria porque desde el capítulo 39 que fue cuando se destapó este tema es normal que tengáis alguna laguna que otra.

7Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt