34 (thirty-four)

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¿Más personajes que encima están conectados con los que ya conocemos? ¿Puede que lo del fanfic coral se nos esté yendo de las manos, narradora? He perdido la cuenta de cuantos llevamos, sinceramente, y lo peor es que conociéndome no descarto que haya más incorporaciones. Recapitulemos.... Ya, habéis venido para saber qué es lo que pasó el resto de la noche entre las lesbianas principales, pero tendré que crear un poco de expectación, ¿no? A ver, yo tenía claro que en esta historia tampoco podía faltar Quintero y aunque no le hubiera mencionado aún yo ya contaba con su participación (en realidad me mandó un telegrama el pobre hombre pidiéndome salir y a mi me dio pena decirle que no, entendedme). Justo es muy amigo de Félix Novoa, el padre de Marta y por eso a Ignacio le sonaba el apellido. Félix y Rosalía (su mujer) tienen cuatro hijos: Marta, Jaime, Alba y Bruno. Como ya he adelantado, Jaime es abogado y trabajó durante un tiempo con Cristina, Guillermo y Lenin. Ellos tenían su despacho y luego Jaime por cosas de la vida se fue, así que acabaron asociándose con Justo. Ignacio también trabaja allí así que por eso ha venido a pedirle unos papeles a Cristina. Que esa es otra, si Cristina es la amiga de Marta y en ese piso dije que viven dos lesbianas... ata cabos. ¿Y la otra? ¿Quién es? ¿Su pareja? ¿Y dónde está ahora? Ya habrá tiempo para responder, con calma. Mientras podéis hacer vuestras elucubraciones.

Anda que no me gusta enrevesar todo cuando parecía que ya no se podía hacer más (mentira, siempre se puede). Justo le guarda un gran cariño a Marta, la ha visto crecer así que estará encantado de volver a verla porque desde que se mudó a Madrid y los Novoa se quedaron en Santander pues ya no han podido verse tanto. Además, cuando los hijos de su amigo se hicieron mayores tiraron cada uno para un lado y claro, eso complica las cosas. ¿Qué posibilidades hay de que Marta acabe coincidiendo con el resto de la familia Gómez? Yo diría que bastantes (lo siento, Amelia) porque conoce a Justo, tío de Ignacio (marido de María) con el que tienen una estrecha relación y encima también tiene algo con Marina, amiga de Luisita y la rubia ya la conoce. ¿Qué pasa? Que si coinciden se van a llevar una buena impresión y tanto Justo como Marina van a hablar maravillas de ella... imagen que no se corresponde precisamente con la imagen que Amelia tiene. Si Amelia ya estaba cagada solo de pensar en que Marta y Luisita coincidieran en el teatro y eso que aparentemente ni se conocían de vista... imagina cuando se entere de que Marta y ya no solo Luisita, sino toda su familia, se llevan bien. Aventuro que muy bien no le va a sentar, para qué mentir. Y aquí viene lo interesante... porque Amelia les está evitando por si la reconocen pero es que tampoco puede contar los motivos reales de esa animadversión que tiene hacia Marta. ¿Por qué? No voy a profundizar porque aún no toca pero puede que aquello que Marta le hizo en su día que tanto le dolió tenga algo que ver con cierta rubia y si lo cuenta destaparía todo su secreto. Ups. ¿Puede inventarse otro motivo para justificar que se lleven mal? Sí, pero Amelia sabe que está jugando con fuego y tiene que llevar mucho cuidado porque Marta sabe demasiado y se arriesga a que hable.

Ahora sí, seguimos con la historia. Luisita se ha ido a casa antes de salir de fiesta y tal y como ha pedido Sara, Amelia se dirige ahora mismo hacia su camerino para aclararle unas cuantas cosas.

- ¿Se puede?

- Claro, pasa.

- A ver, que lo de que Luisita y yo somos... - la palabra, Amelia, dila – pues que es algo que sus sobrinas dan por hecho desde que nos conocimos y no hay quien las baje de ahí, pero que en realidad no tenemos nada.

- Ya... o sea que no te importa si intento tener un acercamiento con ella esta noche.

¿Cómooooo?

- Eh... bueno, eso es algo que tendrá que decidir ella.

Claro que le importa.

- Amelia, lo pregunto porque he visto como la mirabas.

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