45 (forty-five)

670 63 4
                                    

Tarde o temprano esto tenía que pasar. Amelia ha tenido que asimilar mucha información en poco tiempo y lo de la búsqueda ha sido la gota que ha colmado el vaso. En algún momento tenía que explotar (y eso que todavía no sabe que Luisita llegó a sentir cosas por ella). No es fácil de gestionar todo este asunto y creo que bastante bien lo había llevado hasta ahora la pobre con la que tiene encima. Porque esto al final va más allá del tema de Luisita, Amelia arrastra asuntos familiares que no la han ayudado precisamente a llevar una vida normal. El abandono siendo una niña, la preocupación por su madre mientras seguía con Tomás e incluso después de atreverse a dejarle porque siguió haciéndole la vida imposible cuando empezó con Germán, luego lo de Marta que la hizo desconfiar mucho de la gente... y habrá cosas que no sepamos aún o que ni llegaremos a saber (o que sepamos y no haya puesto porque ahora mismo no caigo).

- A ver, explícame qué ha pasado para que estés así. - dice Sebastián al ver que ya se ha calmado un poco.

- Pues... al principio estaba más o menos bien con Luisita, me he podido controlar aunque estaba muy nerviosa y no paraba de pensar en lo que me ha dicho Marta. - Sebastián asiente. - Pero luego... no sé, me ha hablado de lo de Marina y Marta, y que a pesar de que lo mío con Marina no ha salido bien ha servido para que nos conozcamos ella y yo y me ha mirado de una forma que... yo quería confesar, porque me sentía fatal y muy culpable pero cuando lo he intentado... no he podido. - hace una pausa. - Ha sido pensar en hacerlo y darme unos retortijones horribles que he tenido que ir al baño porque es que me cagaba.

- ¿En serio?

- Como te lo cuento. Y luego me ha vuelto a pasar otra vez por lo mismo, de pensar en contárselo y claro... me ha visto que tenía mala cara y que le apartaba la mirada así que seguro que ahora piensa que oculto algo.

- ¿Te lo ha dicho ella?

- No, ha sido comprensiva porque es muy buena. No me ha pedido explicaciones... pero la he fastidiado y encima le he estropeado la tarde.

- Pues entonces estás asumiendo cosas que a lo mejor no son.  ¿Al final conseguiste cambiar la cita con la psicóloga?

- Sí, mañana voy.

- Pues coméntaselo porque si te pasa solo cuando piensas en eso debe ser algo de la mente, un mecanismo de defensa o algo así.

- No sé...

- Y si dices que Luisita ha sido comprensiva, no le des más vueltas. Ahora tienes que pensar en ti, para contarle la verdad tienes que estar preparada y bien. Tómate tu tiempo y cuando sepas lo que tienes ya veremos qué hacer. Mientras apóyate en la gente que te quiere, que no estás sola.

- Gracias... - le abraza otra vez.

- Anda, anda... ni las des, ¿para qué estoy si no? Con lo que me apoyas tú desde que nos conocemos.

- ¿Sabes qué? - le mira con una pequeña sonrisa y a punto de llorar otra vez. - Eres lo mejor que he sacado de todo lo que me pasó con mi padre, no me imagino mi vida sin haberte conocido.

- Ahora me vas a hacer llorar, eh... - intenta contener el llanto y Amelia se ríe.

- Es la verdad, si he tenido una infancia feliz ha sido gracias a ti.

- Jolín, Amelia... -se seca una lágrima que ya ha aparecido. - lo mismo puedo decir de ti.

- ¿Te acuerdas de los espectáculos que nos montábamos? Que mi tía se los tragó todos.

- Madre mía, sí... - ríe.

- Que hubo un verano que te dio por cantar la de Chachi Piruli y no había quien te parara - ríe también.

7Where stories live. Discover now