62 (sixty-two)

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Reconozco que quizás no haya estado demasiado bien por mi parte eso de no dejar que Amelia se explicara y que Luisita se haya acabado dando cuenta de quién es por sí misma, pero ya sabéis que la característica principal de este fanfic (además de que haya mucho texto) es liarlo todo. Irónicamente esta filosofía no se ha aplicado mucho con las protagonistas, eso también es cierto. Sin embargo, dentro de los posibles escenarios a los que nos podríamos haber enfrentado ya os digo yo que había peores. ¿Por ejemplo? Alguien podría haberse ido de la lengua, porque anda que no lo sabía gente. Al menos Luisita no se ha enterado por otros, así que vamos a quedarnos con eso.

Es lógico que Luisita necesite algo de tiempo para hacerse a la idea de lo que acaba de descubrir, se han cruzado dos realidades difíciles de compaginar. Ahora todo lo que ha pasado a lo largo del fanfic cobra un significado distinto. La persona con la que se vio Toy Story en 2001, con la que compartió tardes de juegos, noches de confesiones, con la que durmió varias veces... es la misma a la que le echó una bronca terrible pensando que tenía novio y pretendía salir con Marina a la vez, con la que se despertó después de una borrachera, bueno, y así de primeras se coló en su camerino por la cara. Menos mal que piensa que Amelia no sabe que es ella, porque si no le daría todavía más vergüenza.

Su intención parece que va a ser contarlo todo, pero claro, eso hace que nos podamos plantear varias preguntas. La más importante: ¿cuándo? ¿Tardará otros 60 capítulos en atreverse a dar el paso? A ver, a mí me parecería gracioso, la verdad. Hay que tener en cuenta que su situación no es la misma que la de Amelia, no es Luisita la que desapareció de pronto sin dar señales de vida. ¿Qué es más fácil? ¿Pedir explicaciones o darlas? Depende, como todo. Así a simple vista diría que pedir explicaciones pero no hay que olvidar que eso implica enfrentarse a las respuestas por muy duras que puedan llegar a ser. También hay que recordar que Amelia va a intentar hablar con ella para aclarar las cosas y contarle la verdad, así que cuanto más tiempo pase Luisita dándole largas más va a sospechar que pasa algo.

Otro aspecto importante en esta ecuación es el orden de los factores porque pueden afectar y mucho al producto. ¿Por qué? Tenemos varias opciones que pueden suceder. La primera es que Amelia cuente la verdad sin saber que Luisita ya la sabe. La segunda es que Luisita se la cuente a ella antes de que Amelia pueda contársela. La tercera es que Amelia se entere antes de contarle la verdad que Luisita ya la sabe. La cuarta es que pase esto mismo pero al revés, que Luisita se entere antes de hablar con Amelia que Amelia ya sabía quién era. ¿Cómo reaccionarían en cada una de esas situaciones? Por suerte o por desgracia, solo hay una respuesta posible porque solo una de estas suposiciones se va a dar. Pueden hacer sus apuestas.

Después de estos párrafos de reflexión como en los viejos tiempos, vamos a retroceder un poco en la línea temporal para resolver algunos asuntos que quedaron pendientes en capítulos anteriores. Concretamente lo de Marcelino pidiéndole explicaciones a Manolita y lo de Manolín yendo a hablar con Emma. Lo siento, esto sigue siendo un fanfic coral para lo bueno y para lo malo.

— Manuela — dice nada más entrar en casa.

— Estoy en la habitación. — así que para allá que se va Marcelino. — Ya que has venido me vas a ayudar con —

— Dime ahora mismo lo que estás tramando. — la interrumpe.

— ¿De qué?

— Me ha dicho Fabián algo de una moto que me habíais regalado.

— Ah, eso. Es que tenía que ponerle una excusa para distraerle y fue lo primero que se me ocurrió.

— ¿Distraerle para qué?

— Resulta que Virginia le está organizando una sorpresa para su aniversario y me pidió ayuda para entretenerle y que no sospechara nada.

Cuando te pillan mintiendo hay dos salidas: reconocer la mentira o huir hacia adelante y seguir mintiendo.

7Where stories live. Discover now