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Ya era hora de que Amelia tuviera un descanso y viera a su familia, que se llamaban y eso pero no es lo mismo. La dejamos que disfrute y nos volvemos a Madrid porque tenemos unos cuantos frentes abiertos ahí también. Será por líos... Beltrán merodeando por allí, María que acaba de enterarse de que la amiga desaparecida de su hermana tiene algunos asuntos legales por resolver y justo ha tenido que acudir al bufete de su marido, Manolín que tiene que ir a una comida en la que está Benigna y eso siempre es un peligro cuando ocultas algo porque fuera de la consulta técnicamente puede cotillear lo que quiera y la operación Luimelia, que hasta donde sabemos parece seguir su curso.

Para situarnos, sigue siendo martes. Mientras Amelia está en el tren camino a Sevilla, Luisita está en clase de fonética (quizás no es la mejor forma de empezar la mañana, pero las culpas a los que diseñan los horarios que siempre hacen de las suyas).

- ¿Y se ha ido así de repente?

- Me mandó un mensaje diciéndome que se iba a ver a su familia.

- Bueno... al menos se ha acordado de ti, ¿no?

- Ya, me ha dejado más tranquila. Pensaba que después de lo del domingo querría evitarme, pero me ha dicho de quedar cuando vuelva.

- ¿Por qué tienes esa cara entonces? Si son buenas noticias.

- Lo sé, pero estos días se me van a hacer larguísimos. - suspira. - Cuando me he despertado he llegado a plantearme lo de ir a la estación por si la veía y me podía despedir de ella...

- Ay, el amor... - dice divertida.

- ¿Puedes parar con eso ya?

- Pero si ya lo has admitido todo.

- He admitido que me gusta, pero de ahí a decir que es amor... que tampoco la conozco tanto.

- ¿Y qué es el amor, Luisi?

- ¿Tú te crees que estoy yo ahora para conversaciones profundas?

Yo diría que no porque me consta que el profesor está a punto (y digo a punto porque se está peleando con el ordenador) de poner un discurso de navidad de la reina de Inglaterra y entre eso y que es primera hora yo sinceramente me dormiría encima de la mesa.

- Bueeeno... pues lo dejamos en conexión especial y ni para ti ni para mí.

- En fin... que si tengo ganas de verla es porque quiero aclarar las cosas.

- ¿Te vas a declarar?

- Primero voy a esperar a ver qué me dice.

- Ya... quedaréis en tu casa, ¿no? por lo que pueda pasar.

- Y vuelta la mula al trigo - resopla.

- No me digas que no lo has pensado.

- Quedaremos donde ella diga, no quiero que esté incómoda.

- ¿Sabes cuándo vuelve?

- Pues supongo que el viernes que tiene función.

- A lo mejor Marta sabe algo, ¿le pregunto?

Luisita, siento interrumpir pero el móvil. Te acaba de sonar.

Leonor

Cuando acabas las clases hoy?

Es que tengo hueco

Por si te apetece comer con tu hermana

Luisita

7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora