23 (twenty-three)

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Aquí estamos, otro capítulo más. Y ya van 23. Las piezas del puzzle empiezan a encajar, al menos para Mateo. Y sin levantar sospechas. Ya sabe que Amelia es esa Amelia y además ha descubierto por qué su investigación no llegó a buen puerto. ¿La mujer que no quiso hablar? Una pista falsa, como todas las que les puso Tomás. No era ni la madre ni la tía de Amelia, sino una señora aleatoria que contrataron para hacer el teatro. ¿Y por qué hizo eso? ¿Qué necesidad había de llevarlos hasta ella? Podría haber llevado la investigación hasta una vía muerta, hasta un hilo del que no pudieran tirar más, sin embargo decidió conducirles hasta la solución (o al menos ellos pensaban que la solución estaba en esa mujer). ¿Qué es más frustrante? ¿No encontrar la salida o comprobar que sí que la hay pero que la puerta está cerrada y que por mucho que insistas no vas a conseguir abrirla? Tomás estuvo jugando con ellos desde las sombras, con Beltrán como aliado y sin que Abel ni Armando pudieran llegar a sospechar nada. Además se ensañó especialmente para liberar la frustración que tenía por haber perdido el control sobre Devoción. ¿Qué pasó con ella? ¿Y qué es de ella ahora? Eso lo dejo para otra ocasión, poco a poco.

La cuestión es que Tomás consiguió su objetivo, después de eso no investigaron más. Y de paso, se llevó por delante la amistad de Luisita y Mateo. Luisita ya no era la misma, había estado tan cerca de saber de Amelia... y al final nada. No encontraba la manera de canalizar toda esa rabia, no podía entender por qué eso le tenía que pasar justo a ella. ¿Por qué Amelia no hacía un esfuerzo por buscarla igual que ella había hecho? ¿Acaso lo intentó y tampoco obtuvo respuestas? ¿Tan difícil era que se pudieran encontrar? Ya no sabía si debía enfadarse con su amiga o si considerarla otra víctima más de todo esto. La única certeza que tenía entre tanto interrogante era que Amelia no estaba allí y probablemente nunca lo estuviera. Y a pesar de eso, tenía que seguir con su vida, ¿pero cómo? ¿cómo podía continuar si no conseguía sacarse el recuerdo de Amelia de la cabeza? Ya no era capaz de ponerle cara, por mucho que intentara hacerlo era como si su cerebro se lo impidiera, como si se hubiera bloqueado esa parte de su memoria. Y sin embargo, cada una de las palabras que le dedicó resonaban en su mente como si de un mantra se trataran. ¿Por qué no borrar absolutamente todo? Si Amelia no iba a volver, ¿por qué estaba condenada a seguir echándola de menos tantos años después? Luisita quiso liberarse de la sombra de Amelia cuando empezó a ser consciente de que no siempre se puede obtener una respuesta para todo. Por más que había intentado buscarla, no había sido capaz de encontrarla, ¿qué más podía hacer? No se le ocurría nada. Por eso intentó olvidarse de Amelia, por eso buscó consuelo en otro sitio. ¿Todas esas chicas consiguieron que se olvidara de ella? Está claro que no, pero no supo hacerlo de otra forma... hasta que pasó algo. ¿El qué? No seáis impacientes.

Vuelvo a la amistad entre Luisita y Mateo. Como ya he dicho, se conocieron en el instituto. ¿Cómo es que Ciriaco y Rafa se conocen desde pequeños y Luisita y Mateo desde el instituto? Irene, la tía de Mateo, siempre había vivido en Madrid pero la familia Ordóñez se mudó después. A Armando se le presentó la oportunidad de dirigir una importante cadena de hoteles, por lo que toda la familia se trasladó a la capital. Los Gómez ya conocían a Irene, de coincidir en el colegio y porque sus hijos se llevaban muy bien, así que cuando el resto de la familia llegó, los Gómez les acogieron con los brazos abiertos y les ayudaron a adaptarse. Luisita conoció a Mateo y Manolín conoció a Inma. Todos congeniaron muy bien e incluso quedaban para comer todos juntos a menudo ¿Por qué una amistad de años se rompió por una aparente pelea tonta? Mateo no estaba pasando por una buena racha, los problemas con su novio Gonzalo no paraban de aumentar y ya no sabía qué hacer para solucionarlo. No quería acabar con su relación porque a pesar de todo le seguía queriendo, pero aquella situación era insostenible. Su padre le comentó que le habían concedido una beca en Berlín para continuar con sus estudios de arquitectura, pero no sabía si debía aceptarla. Por una parte, pensó que quizás le vendría bien darse un tiempo con Gonzalo y poner algo de distancia entre los dos. Por la otra, su amiga Luisita le necesitaba, con todo lo de Amelia estaba irreconocible y sentía que no podía dejarla sola. Y aquella pelea... hizo que acabara explotando. Si no podía hacer nada para ayudarla (porque no se dejaba ayudar) y lo que hacía era estorbar, ¿qué le ataba a Madrid? Así que en un impulso hizo las maletas y se fue. A Luisita no le dio tiempo ni a intentar disculparse y cuando intentó llamarle no obtuvo respuesta. Supuso que necesitaba tiempo para estar solo y el tiempo fue pasando cada vez más y más... hasta ahora. Un cúmulo de cosas les llevó a distanciarse, pero no todo está perdido.

7Où les histoires vivent. Découvrez maintenant