Está muy bien esto de hacerle caso a las protagonistas pero recordemos que esto nunca ha dejado de ser un fanfic coral y hay más historias por resolver antes de que sea demasiado tarde. ¿Demasiado tarde para qué? En realidad para nada, pero le daba dramatismo a la frase. Ahora que lo he dicho le he quitado toda la gracia y la gente ya se ha dado cuenta de que estoy metiendo relleno otra vez. Bueno, tampoco me ha importado nunca reconocerlo. La vida es así, ¿no? Te tiras una semana sin que te pase nada interesante y luego en cinco minutos te puede ocurrir de todo. Y si no te pasa nada que merezca la pena pues haz como yo y dedícate a espiar a los demás que lo mismo sacas dinero y todo.
Esperad un momento que me están llamando, me silencio que no se me escuche.
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Me gustaría aclarar que esa última frase no ha sido más que una broma. No, la de que me llamaban no, la anterior. Quien pretenda usar mis palabras (totalmente sacadas de contexto) en mi contra en un posible juicio acusándome de delitos que no he cometido que se atenga a las consecuencias porque mi abogado estará atento.
Uf, menos mal que me ha avisado el abogado porque aquí una se pone a hablar y ya no sabe ni lo que está diciendo se mezcla la realidad y la ficción y ya no sé ni quién soy.
¿Quién soy?
Una ciudadana del mundo.
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— ¿Me estás escuchando?
— ¿Eh? — le mira mientras se guarda el móvil. — Perdón, es que Emma me ha dicho que al final lo de la ecografía va a ser el martes.
— ¿Ecografía ya?
— Para ver si todo va bien.
— Ya... ¿y estás nervioso?
— Bastante. — reconoce. — La puedo cagar en tantas cosas que –
— Lo estás haciendo lo mejor que puedes y es lo que cuenta.
— Si Emma me ha dicho lo mismo pero aun así... da vértigo.
— Si papá ha podido sacar ocho hijos adelante estoy convencido de que tu podrás con uno.
Manolín le mira y se ríe.
— ¿Qué me estabas contando de Ana Mari?
— Que está saliendo con Andrea, la hija de Nieves la de Miami, y no le quiere contar que es de Valdemorillo porque le da vergüenza que sepa que es de pueblo pero para eso me está liando a mí para que la intente cubrir y es que esa mentira no se sostiene por ningún lado.
— ¿Cubrir haciendo qué?
— Pues me tiene de sujetavelas y cuando Andrea dice de ir a El Asturiano me pide a mí que le proponga otro sitio para que vayamos a comer.
