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Luisita entra en la cafetería y ve que Amelia se levanta para recibirla. Las dos hechas un flan ahora mismo. Luisita tenía muchas ganas de verla pero es verdad que después de lo de ayer está la cosa un poco rara entre las dos y se nota. Aunque si Luisita está nerviosa por eso, imagínate cómo debe de estar Amelia después de todo lo que ha descubierto. He hecho un cursillo de primeros auxilios por lo que pudiera pasar, que ya no puede fiarse una ni de las ambulancias.

- Hola - se dicen tímidas antes de abrazarse.

Van a lo seguro.

- ¿Llevas mucho esperando? – se mira el reloj. – He llegado puntual.

- No, es que yo he llegado un poco antes de la hora.

Se sientan.

- ¿Has pedido ya? – mira la carta.

- Aún no, prefería pedir a la vez.

En seguida viene la camarera y les toma nota.

- Amelia, yo... quería asegurarme de que después de lo de ayer entre nosotras está todo bien.

- S-sí, todo como siempre.

- Si en realidad fue una tontería, anda que no he dormido yo veces con Marina por ejemplo.

- Claro, claro... no fue para tanto.

- Pues aclarado queda. - dice satisfecha. - A mí es que me gusta hablar las cosas cuanto antes, porque si dejas pasar el tiempo luego se complican y es un lío. No quiero que estemos incómodas ni nada de eso.

A nosotras nos vas a hablar de líos por no decir las cosas a tiempo...

- Ya, normal.

- Bueno... también me ha dicho mi hermano que habló contigo el otro día sobre la que te monté, que de verdad que me arrepiento muchísimo y te agradezco otra vez que me perdonaras porque es que me comporté fatal.

Entre una que cuando se pone nerviosa le tienes que sacar las palabras con sacacorchos y la otra que se embala y no para...

- Eso ya está olvidado.

- Lo que te dijo fue de broma, eh. Yo tengo carácter pero vamos, que no soy así siempre. ¿A veces me puedo pasar? Pues puede ser, pero que rectifico en seguida, conmigo se pueden hablar las cosas sin problema que yo sé escuchar y si tengo que pedir perdón lo pido y no se me caen los anillos.

Respira, hija.

- Me imagino, yo me lo tomé a broma así que no te preocupes.

Vuelve la camarera y les deja lo que han pedido.

- ¿Vas a poder con todo eso?

- ¿Quieres? No me importa compartir.

- Uy, qué va, gracias pero vengo llenísima...

- De nada - dice tímida. - Yo es que tengo hambre.

Son los nervios, Amelia.

- El viernes conocí a Marta, es compañera tuya, ¿no?

- Ah, sí, ha venido a sustituir a Nieves que es la que hacía la parte del tango.

- ¿Y mientras no se incorpora la harás tú?

- Sí, me pidieron el favor y acepté. Aunque creo que esta semana ya la podrá hacer ella, vamos a estar ensayando.

- Pues entonces qué suerte he tenido de ir justo cuando te tocaba - sonríe. - Ya te lo dije pero lo hiciste genial.

7Where stories live. Discover now