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Luisita y Marina corriendo como alma que lleva el diablo para llegar al teatro a tiempo. Si os fijáis, estas dos se pasan la vida corriendo, podrían competir en las Olimpiadas después de tanto trote que llevan. Esta vez la culpa es de Marina, las cosas como son. No sé cómo se las apañan pero al final siempre llegan, y menos mal porque eso significa que cada vez queda menos para que conozcan a Amelia. No sé si me hace más ilusión a mí o a ellas. Bueno, ellas no saben lo que van a ver... así que normal que esté más nerviosa yo.

- Ves como estabas exagerando, hasta nos sobra tiempo – dice Marina sentándose.

Justo cuando se sientan se apagan las luces. Como ella decía, con tiempo de sobra... nótese la ironía. Pero vamos a dejar de darle vueltas, han llegado y tenemos una junta de lesbianas en el teatro.

El musical muy bonito, muy artístico, haciendo honor a la película que a mí me gusta mucho. ¿Nicole Kidman y Ewan McGregor? Muchas gracias por vuestro trabajo. En esta ocasión nos tenemos que conformar con ver a Sara. No hay ni punto de comparación entre Sara y Nicole Kidman, sin querer desmerecer a Sara, pero es así. ¿No he dicho quién hace de protagonista junto a Sara? Pues es Sebastián. Sí, Sara y Sebastián. Dios los cría y ellos se juntan. ¿En serio era necesario meter a Sebastián aquí también? No lo era, pero no hay de qué preocuparse. Yo creo que os acabará cayendo bien. Dicho esto, voy a ir al grano, porque sé que es lo que estáis deseando, que esto tampoco debe convertirse en una reseña sobre el musical.

¿Recordáis la famosa escena que dije hace dos capítulos donde Amelia destaca muchísimo? Si no lo recordáis, y tampoco habéis ido tomando notas como os advertí en el primer capítulo, ya estoy yo aquí para no dejar que os perdáis. También dije que era una escena que hacía con Natalia y con otras dos chicas más. ¿Alguna idea? ¿No? Bueno, pues ya dejo de crear expectación y lo digo, que a veces me pongo muy pesada. ¿El principal motivo por el que decidí que el musical fuera Moulin Rouge? Amelia cantando y bailando Lady Marmalade. Si después de crearte esa imagen mental sientes la necesidad de llamar a una ambulancia, intenta imaginar lo que supone ver eso en directo y en primera fila. Pues así están Marina y Luisita. Si tuvieran que confesarse por todos los pensamientos impuros que están teniendo no dejarían de rezar rosarios hasta 2022. Aunque esto no lo arregla ni una confesión, creo yo. Voulez-vous coucher avec moi, ce soir? Y todo lo que quieras, Amelia. 

Os aviso antes para que no os llevéis la decepción. Luisita tiene ojos en la cara, no es tonta. De hecho en cuanto llegue a casa tendrá que volver a cambiarse de bragas, pero ahora va a seguir actuando como si tuviera suficiente con el satisfyer. Que por cierto, espero que lo tenga cargado. Ella es así, le gusta observar cómo la gente se tira de los pelos al ver que no hace lo que se espera de ella. Habría estado muy bien lo del flechazo, pero no fue lo que pasó. Así que pido paciencia, por favor. Es buena persona y muy lesbiana, pero necesita tiempo.

- Joder, tía... - dice Marina.

- ¿Necesitas salir a tomar el aire? – bromea Luisita.

De broma nada, nos salimos las tres afuera a que se nos pase el sofoco. Por favor.

- Yo creo que me he enamorado.

Encima tiene el flechazo la que no lo tenía que tener, esto parece una broma de mal gusto. 

- ¿De cuál de todas? ¿La prota?

¿Marina y Sara? No, por Dios.

- La que iba de negro en Lady Marmalade.

Claro... de Amelia. Marina es una persona con buen gusto. Aunque yo no he puesto luimelia en los tags como para que ahora esto se convierta en un fanfic de Marina y Amelia. Narradora, osease yo, céntrese.

7Where stories live. Discover now