39 (thirty-nine)

667 67 6
                                    

Bueno, bueno, bueno... parece que se va a liar. ¿Ha llegado el momento de resolver el misterio? ¿Qué pasó? ¿Qué escuchó Amelia cuando la pilló hablando por teléfono? Teniendo en cuenta que he dicho que Marta no viene con malas intenciones (Natalia sabe la verdad y aun así ha decidido ayudarla) debe ser algo que puede justificarse de alguna manera. Aun así puede que cuando Marta se explique haya gente que se ponga en su lugar y otra que considere que a pesar de las circunstancias las cosas no se hacen así. También puede ser que este párrafo no sea más que otra maniobra de distracción para rellenar espacio (no sería la primera vez) y que en esta conversación no se hable del asunto. En realidad me estoy haciendo la interesante porque ni que fuera yo Amelia ni Marta como para saber lo que van a decir o a hacer, pero confieso que yo tengo ganas de enterarme también de qué va la movida así que ojalá. Sea como sea... antes de seguir leyendo, os dejo unos segundos por si queréis formaros vuestras teorías sobre lo que sucedió y si se va a contar o no en este capítulo. Aviso de que he dejado alguna pista por ahí, más evidente o menos pero ahí están, solo hay que rebuscar. ¿Ya? Estaría feo hacer trampas y mirar lo de abajo antes (tampoco tengo manera de comprobarlo así que si lo hacéis pues quedará en vuestras conciencias). Conectamos con el camerino.

- Yo no tengo nada que hablar contigo.

- Sí, tienes que explicarme esto – le enseña la nota del anónimo.

- ¿Qué es eso?

La táctica de hacer como que la cosa no va contigo.

- "Marina aléjate de Marta, no es de fiar" – lee.

- ¿Y a mí qué me cuentas?

- Solo has podido dejárselo tú.

- Ah, ¿sí? – se levanta para plantarle cara - ¿Y por qué tengo que haber sido yo? Con lo arpía que eres no me extraña que haya más gente que piense que no se puede confiar en ti.

- ¿Puedes dejar de comportarte como una cría? Esto es absurdo, Amelia, reconócelo y ya está.

- Te lo ha dicho Natalia.

Evidentemente.

- Da igual quien me lo haya dicho, no tienes ningún derecho a meterte en mi vida de esta forma.

- Marina es mi amiga y como amiga suya me preocupo por las compañías con las que va así que si sé que son malas mi deber es advertirle.

- No voy a dejar que estropees lo que tengo con ella.

- Porque te sirve para acercarte a Luisita, ¿verdad?

- Cuando conocí a Marina ni siquiera sabía que eran amigas.

- Ya... permíteme que lo dude, cuando te acercas a alguien siempre es por algún interés.

- No tengo intención de meterme en tu vida y solo te pido que tú hagas lo mismo, cada una que haga su camino.

- Es gracioso que precisamente tú me digas eso, que te encanta entrometerte en vidas ajenas sin importarte el daño que puedas hacer.

- Amelia...

- ¿Pensabas lo mismo cuando te acercaste a mí para pasarle información a mi padre de lo que hacía o dejaba de hacer? – la interrumpe – No, te dio igual y si no llega a ser porque te pillé seguirías jodiéndome la vida.

- Sí, es verdad – admite – me acerqué a ti para asegurarle a tu padre que no buscabas a Luisita pero no lo hice por gusto.

- Supongo, te pagaría bien, ¿verdad? ¿cuánto te va a dar esta vez?

- Necesitaba el dinero, sí, pero porque tenía a mi padre postrado en una puñetera cama de hospital a punto de morirse y por mucho que lo intentamos no pudimos reunir el dinero suficiente para el tratamiento. ¿Qué habrías hecho tú en mi lugar, Amelia? ¿Habrías dejado que se muriera? Venga, dímelo.

7Where stories live. Discover now