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"¿Cuándo nos vamos a casar?"Tu mano se detiene a mitad de camino hacia tu boca, un pedazo de pizza agarrado entre tus dedos. Fijas tus ojos en el hombre reclinado en su asiento a tu lado, con una computadora portátil en su regazo.
Minseok, con su camisa holgada y pantalones cortos de baloncesto, su cabello negro azabache cayendo descuidado en su frente, se ve absolutamente demasiado indiferente. No sabes por qué te sorprende."¿Es realmente un buen momento para sacar esto a colación?" Dejas tu pizza en la mesa de café delante de ti, sacándote el polvo de queso de las manos antes de subir las piernas al sofá.
"¿Qué tiene de malo hablar de matrimonio mientras nos acurrucamos en el sofá comiendo pizza, pasando una noche informal?" Él se encoge de hombros, moviéndose hacia ti también. La incredulidad llena tu mirada.
"Estamos sentados en el sofá. . . comiendo pizza. ¿Qué pasa con esta situación que enciende las campanas de boda en tu cabeza?"
"Estás sentada allí luciendo adorable en pantalones de chándal y una camiseta con tu cabello desordenado, atiborrada de comida chatarra".
"Te odio."
"Me amas."
"Ya se."
"Y quieres casarte conmigo".
"Por supuesto."
"¿Entonces?"
Suspiras, tamborileando los dedos contra tu muslo. "Okey. Vamos a casarnos."
Sus cejas se levantan, y antes de que puedas procesar cualquier movimiento, te abraza como un oso. "¿Lo dices en serio?" Minseok susurra en la coronilla de tu cabeza. Suena al borde de las lágrimas, el tipo de alegría que se manifiesta en las lágrimas y sus sonrisas incontrolables.
Si tu cara no estuviera aplastada contra su pecho, sabrías que verías sus ojos vidriosos y su cara roja y sus labios curvados en una sonrisa ridícula y cegadora. La imagen trae lágrimas y sonrisas propias que entierras en la tela de su camiseta."Por supuesto que lo digo en serio, idiota."Él se ríe entre dientes.
"Me hiciste esperar lo suficiente".Te alejas de su abrazo, manteniendo las manos a los lados. Actualmente es el objeto más brillante en un radio de un millón de millas, todos sonrientes y con las mejillas redondeadas. De hecho, hay una lágrima perdida deslizándose por su mejilla. Levantas la mano para ahuecar su mejilla, limpiándola con el pulgar.
"Lo siento. Ya me conoces, soy indecisa y estúpida y tengo un problema con el cambio, pero lo digo en serio. Vamos a hacerlo."Un suspiro escapa de sus labios, su expresión se vuelve suave, cariñosa y conmovedora.
"No necesitas disculparte, ¿de acuerdo? Hubiera esperado hasta que el sol dejara de brillar para casarme contigo. Demonios, incluso si nunca nos casáramos, te amaría más allá de esa fecha. Eres la mejor. Quiero seguir comiendo pizza contigo y verte trabajar en pantalones deportivos y estar en tu compañía. Todo el tiempo que pueda ".Sus ojos están llenos de una sinceridad de la que te sientes indigna, el peso de la conmoción total te golpea ante la perspectiva de que alguien tan increíble pueda amarte tanto como él.
Tú eres quien llora ahora, las lágrimas caen por tus mejillas en un flujo constante. Te inclinas hacia adelante, envolviendo tus brazos alrededor de su torso una vez más. "¿Estás listo para toda una vida lidiando conmigo?"Se ríe, el sonido reverbera a través de su pecho. Es el sonido más precioso de todos los recuerdos humanos.
