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Vampiro!Park Sunghoon
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Deberías haberlo visto venir cuando Sunghoon se quedó contigo en la cama hasta que te levantaste. Por lo general, él estaría ocupado con algo cuando te despertaras. Deberías haberlo visto venir cuando de alguna manera encontraba una razón para estar en cada habitación en la que estabas en un momento dado. ¿Estabas en el dormitorio doblando la ropa? Él estaba hurgando entre su ropa para encontrar "esa camisa que creía haber perdido". ¿Estabas en la sala viendo una serie? De repente, él también se interesó, aunque se había quejado varias veces de que no le gustaban los programas que te gustaban. ¿Estabas en el baño? Estaba llamando a la puerta preguntando cuánto tiempo estarías porque necesitaba cepillarse los dientes.
Deberías haberlo confrontado durante uno de esos casos, pero finalmente estallaste en la cocina. Estabas preparándote un sándwich para el almuerzo cuando sentiste la presencia de Sunghoon detrás de ti. No te estaba tocando ni flotando, pero aún podías sentirlo, principalmente su mirada. Se sentía como si fuera tu propia sombra, siguiéndote incesantemente. El cuchillo cubierto de gelatina que tenías en la mano golpeó el mostrador mientras dejabas escapar un gemido de molestia.
"¿Que tienes? Has estado encima de mí toda la mañana."
"¿No puedo simplemente estar cerca de mi novia?" preguntó, con una sonrisa tonta en su rostro. Pero se notaba que había algo siniestro en esa sonrisa; tenía motivos ocultos para no darse por vencido tan rápido.
"¿De repente? No lo creo", te apoyaste contra el mostrador, pero todavía no había ni siquiera un pie de distancia entre ustedes dos, "Entonces, ¿qué es lo que quieres? ¿Estás cachondo? ¿Hambriento? ¿Qué es?"
Si pudiera sonrojarse, lo estaría haciendo en ese momento. Su sonrisa se volvió tímida, avergonzada de que te hubieras dado cuenta tan rápido. No pretendía ser tan pegajoso, pero no pudo evitarlo. Se despertó con el estómago vacío y las encías doloridas. Su miembro también estaba duro como una roca cuando se despertó. Básicamente, su cuerpo le rogaba que comiera y echara un polvo, y pronto. Pero él sabía lo cansada que habías estado últimamente con el trabajo, así que te dejó dormir hasta tarde. Y parecías de mal humor después de despertarte, así que te dejó seguir con tu día sin molestarte demasiado. Sufrió en silencio todo el tiempo que pudo hasta tu arrebato.
