ONE SHOTS II

𝓚𝓲𝓷𝓴 𝓦𝓮𝓮𝓴

🅿︎🆁︎🅰︎🅸︎🆂︎🅴︎ kink

*Cuando un sumiso o un dominante obtiene placer sexual o se excita al ser elogiado por algo.

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"¿Kookie? ¿Qué estás haciendo?" El chico se había colado en tu oficina mientras estabas en una llamada. Tranquilo como un ratón, no te habías fijado en él hasta que estuvo sentado en el suelo con la cabeza apoyada en tu muslo. Distraídamente, te agachaste para enhebrar los dedos en su cabello. Había acariciado el afecto. Te preocupaba que estuviera dormido para cuando lograras colgar, sin embargo, parecía que estaba un poco más conectado de lo que sospechabas al principio."Te necesitaba". Su respuesta fue simple, terminando la frase con un par de besos por debajo del dobladillo de tu falda ahora que tenía toda tu atención."¿Me necesitabas para qué conejito?" Tiraste un poco de los mechones entre tus dedos, lo que más le gusta cuando está estresado.

"Necesito que me ayudes a demostrar que soy un buen chico... el mejor chico". Extiende la mano para trazar patrones en tu pantorrilla. En realidad, todavía no te ha mirado."Oh, mi dulce chico, siempre eres mi bueno". Le das un golpe en la mejilla y él niega con la cabeza con fingida molestia. "¿Día difícil en el trabajo?" Entonces se acurruca contra ti, abraza tu pierna y coloca su barbilla en tu rodilla para mirarte correctamente."No pude hacer bien la nueva coreografía, y luego hubo una pista que no pude terminar hoy. Simplemente me sacudió un poco, se supone que soy el golden maknae después de todo".

"Eres el  golden maknae cariño, un mal día en medio de cien increíbles no cambia eso". Acaricias un lado de su cara con afecto, asegurándote de mantener el contacto visual.

"Déjame probármelo a mí mismo por favor, necesito saber que todavía puedo hacerte sentir bien. Por favor." Te mira con sus hermosos ojos de cierva y sabe que estás enganchada.

"Por supuesto cariño, ¿dónde me quieres? ¿Aquí? ¿En el dormitorio? ¿En la mesa del comedor? Soy todo tuya." No puede contener su sonrisa de conejito mientras se pone de pie.

Ni siquiera responde a tu pregunta de dónde, solo hace un buen uso de sus músculos y te carga. Afortunadamente, no dura mucho. Rebotas suavemente sobre la cama mientras él se apresura a cubrirte con su cuerpo. Sus labios se arrastran desde el lóbulo de tu oreja, a lo largo de tu barbilla y, finalmente, llega a tus labios.

Te besa hasta que no queda aire en sus pulmones, y luego te besa un poco más para demostrar su punto."Relájate bebé, tenemos toda la noche para que me hagas sentir así de bien". Intentas frenarlo de la manera más suave posible. Lo sube a bordo de inmediato, pero aún se puede ver la pequeña caída en su pecho.

No te da la oportunidad de tranquilizarlo. Con un fuego recién descubierto, se sumerge en tu escote, rasgando los botones de tu blusa. Nunca has visto a alguien tan emocionado de descubrir que no estás usando sostén. En realidad, estás un poco más sorprendida de que no se haya dado cuenta. Muerde la carne recién expuesta, rodeando tus pezones con su lengua en el camino. Por mucho que ame tus pechos, fue más un desvío en el camino hacia su destino real. Su lengua se desliza por tu estómago hasta llegar a la bragueta de tu falda. Se asegura de mantener el contacto visual mientras desata hábilmente el botón y la cremallera con solo los dientes. Estás segura de que estabas goteando mucho antes de que él realmente te tocará. Él te ayuda a levantar las caderas para poder quitarse la falda y las bragas. Su dedo medio rodeó tu clítoris mientras volvía a subir para estar a tu altura. No puede mantenerse alejado de tus labios, decidido a tragarse cada suspiro y gemido de alabanza que emites. Te besó tan profundamente como pudo, todavía tratando de concentrar la mayor parte de su energía en la mano entre tus piernas. Pasó los dedos lentamente por tus pliegues. Jugando contigo. Manteniéndote nerviosa por un momento. Pero su misión constante de brindarte placer, cede con demasiada facilidad. Lentamente empuja dos dedos hacia adentro, su pulgar ocupa el lugar medio de tu clítoris. Tu espalda se arquea al tacto, desesperada por que él vaya un poco más profundo, un poco más rápido, solo un poco más.

"Se siente tan bien Kookie, siempre me haces sentir tan bien". Tú gimes y él se jacta de los elogios. Siempre el triunfador, Su rostro encuentra su camino de regreso entre tus muslos. Empieza a lamer alrededor de tu clítoris, aumentando gradualmente la velocidad con la mano y la lengua. Empieza a pellizcar suavemente cada cierto tiempo sabiendo que te vuelve loca cuando rompe el ritmo. Un tercer dedo se curva dentro de ti y tu pierna comienza a temblar."Tan cerca bebé, tan cerca. Haciendo un buen trabajo ". Tiras con fuerza, una mano en las sábanas y la otra en su cabello. Él gime suavemente contra ti y la pequeña bocanada de aire te hace caer por el borde. Te toma un minuto poder ordenar tus pensamientos.

Su mano continúa bombeando lánguidamente mientras separa su rostro, optando por lamer el área limpiándote de su manera favorita."Ese es mi dulce chico". Jadeas al bajar, tratando de igualar tu frecuencia cardíaca. "Me hiciste sentir tan bien, te quiero mucho Kookie". Intentas levantarlo de entre tus piernas y llevarlo a tus brazos, asumiendo que ahora podrías abrazarlo antes. Cuidando de él como lo haces normalmente. Aparentemente, te equivocas al asumir esta noche.

"Dijiste que teníamos toda la noche". El brillo en sus ojos es travieso mientras sonríe durante unos segundos.