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Un mes y medio había pasado desde el apresamiento de Ailee, y casi tres meses de la muerte de Rosé, a esas alturas Jisoo había esperado no tener que cumplir con la parte del trato que la amarraba a las personas equivocadas, a quienes temía mucho más de lo que podía temerle a Namjoon, suspiró arreglando su vestimenta oscura, nunca antes había usado pantalones y camisa de hombre, pero se le habían dado para que los usara, era de noche, nadie podía verla, se miró en el espejo con una mueca, su rostro seguía siendo hermoso, su cuerpo había regresado a su figura anterior al embarazo, era como si nunca hubiese sucedido y al no tener a la niña cerca, desconocía por completo haber tenido un hijo.

Tomó una capa, no llevaba ninguna joya, era peligroso, porque no sabía a quién se enfrentaría esa noche, sólo tenía en claro que su cuerpo sería usado por alguien más, estaba nerviosa, con la única persona que había estado en toda su vida era con Namjoon, salió de la habitación, aun eran vigiladas, pero le agradaba saber que toda esa vigilancia estaba al frente del palacio, no por detrás, porque pocos conocían la forma de salir.

—¿A dónde vas? —preguntaron cuando llegó a la planta baja.

LeeHi no dormía, ella seguía esperando la respuesta de su amado, que a esas alturas ya debía estar a kilómetros de distancia, en alguna de las fronteras, pero ella no era lo suficientemente desgraciada para romper sus ilusiones estúpidas, podría ser que ella le recordara a sí misma cuando era más joven y pensaba que el hombre que amaba podría corresponderle, claro que no fue así, Namjoon sólo tenía ojos para SeokJin.

—Regreso antes del amanecer, cúbreme de ser necesario—dijo con seriedad.

—Pero ¿A dónde vas? —cuestionó con una ceja alzada.

—No tienes que saberlo, así como yo no tengo que saber todo lo que tú y tu esclavo planearon, sólo haz lo que te dije.

—Bien—dijo con una mueca.

Jisoo rio por lo bajo antes de irse, no sabía si podía confiar en LeeHi, al final de cuentas era una traidora, sin embargo, entre ellas había una especie de tregua, se ayudaban mutuamente, porque sabían que, en cualquier momento, si daban un paso en falso podrían perder la vida.

Salió por el mismo lugar que la noche en donde habían enterrado al hijo de LeeHi, en la puerta, del otro lado, se encontraba aquel soldado impostor que estaba dispuesto a llevarla a cumplir el trato, este le miró con una ceja alzada cuando la vio.

—Tardaste.

—Dijiste que tenía que verme presentable, así que no me culpes, andando, quiero estar aquí antes del amanecer.

—Para ser una dama eres una mandona—bufó caminando hacía el jardín—. Tomaremos el camino del río, cruzaremos, a estas horas hay cambio de turno, no sabrán que nos fuimos.

—¿Cuánto tiempo tienes aquí? —preguntó con una ceja alzada.

—Eso es algo que no te interesa, pero es mucho más de lo que te imaginas, el caballo está cerca.

—Me sorprende que cualquiera pueda entrar y salir a su antojo, tal parece que Namjoon está demasiado confiado de las personas que viven dentro del castillo.

—Esta parte del reino no está custodiada como se merece, porque en realidad a él no le importa lo que pueda pasar con ustedes tres, tienes suerte de que tu dama sea muda y que ya tengan a la culpable, el castillo es lo que está custodiado, porque ahí está su alteza y por lo que he escuchado, pronto estarán los niños.

Jisoo abrió los ojos y bufó. —Namjoon se cree invencible, pero fue una de sus concubinas la que lo envenenó y fue en las caballerizas donde asesinaron a otra, pero supongo que eso no le importa, por el momento.

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Where stories live. Discover now