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El palacio de Cristal era una construcción tradicional hecha para los consortes y las concubinas del rey, su padre la había usado para mantener vigiladas a sus mujeres, él no quiso ser tan cruel con el destino de las chicas, pero ahora sabía porqué era necesario mantener al harem aislado.

Aceptar esas mujeres fue el peor error que pudo cometer, todo había sido hecho por despecho, porque pensó que la única persona que amaba en el mundo se había metido con otro, se culpaba por no haber escuchado a SeokJin las veces que tuvo la oportunidad.

Si lo hubiera hecho en esos momento no estarían atravesando el largo pasillo a el recibidor de las concubinas. SeokJin iba a su lado con el rostro demacrado, haber recibido la medalla fue para él un golpe al corazón, ellos realmente tenían a su hija y podían hacerle daño, entraron al gran salón, el pelinegro tuvo asco de ver la elegancia del lugar, aquellas mujeres que le habían hecho daño vivían muy bien.

—Hasta las zorras tienen mejor suerte—susurró.

Namjoon lo escuchó y apretó la mandíbula. —Si me das la orden te juro que puedo hacer que las encarcelen, a todas.

Soltó una risotada. —¿No crees que es muy tarde para eso?

Las tres mujeres les esperaban expectantes, dos de ellas inseguras de lo que sucedía y una previendo lo peor, después de ver la muerte de su hermana ya nada tenía sentido para su miserable vida, esperaba por lo menos morir en mejores condiciones. Tenía miedo, sobre todo, al ver como el rey le observaba, como si fuera la peor enfermedad del mundo. Se inclinaron con respeto. Al final del día su plan no había resultado, nadie la rescataría.

—Vaya las rameras tienen modales—dijo SeokJin en voz alta haciendo que las tres chicas levantarán el rostro, estaba tan molesto que no se detendría.

—Los tenemos mi señor—dijo DaHyun asustada.

Jisoo miraba con una ceja alzada el rostro de su hermano. —Vaya mi señor, criar hijos ajenos ha sido cansado para usted ¿Verdad?

Namjoon la cayó con una mirada, Jisso bajo la mirada, de inmediato el rey se acercó a LeeHi.

—¿Creiste que te saldrías con la tuya? —preguntó con rabia—. ¡¿Pensaste que podrías engañarme a mi?!

Ella levantó la mirada y negó. —Yo...yo no sé de qué me habla.

—¿Dejaste que tú hermana pagará por tu crimen o fue tu cómplice?

Los ojos de la castaña se abrieron como si hubiera visto un fantasma, las otras dos le observaron una de ellas como si fuera un monstruo, y la otra con temor, Jisoo sabía lo que aquello significaba, LeeHi tembló, era en esos instantes donde pensaba en sus errores y en su hermana, le dijo que se mantendría con vida por lo que negó toda acusación, Namjoon ardió en coraje, pero no tanto como SeokJin quien se plantó frente a ella y con la fuerza de su furia le dió una bofetada en la mejilla derecha, todos se quedaron en silencio observando el arrebato del rey.

—¡Deja de jugar, nadie cree esa maldita cara de inocente que tienes! —gritó con todas sus fuerzas haciendo que soltara lágrimas de dolor—. ¡Por tu culpa mi hija está en manos de esa gente! ¡Tu hermana murió en la horca! Yo te voy a hacer pagar si no cooperas, porque antes de entregarte voy a torturar tu mente ¡Maldita asesina! ¿Recuerdas a tu hermana congando de esa cuerda? —siguió cuando la vió negar desolada—. Tú la pusiste ahí, siempre lo supe, que eras tú.

—No—susurró antes de soltar el llanto, tomó su rostro entre sus manos. —¡Lo siento! Yo no quería que esto terminara así.

—Nada de esas palabras podrán salvar tu alma del infierno, ahora Hoseok llévatela y junto a Namjoon interrogala, mañana estará muy feliz la desgraciada de ir a entregarse a esos asesinos—dijo con una sonrisa—. Pagarás por todo el sufrimiento que padezco—miró a las restantes—. Eso va para ustedes también, espero que les guste el palacio porque estarán aquí por el resto de su vida, cualquier privilegio que Namjoon les haya otorgado sobre su libertad será reubicado, ¡Nunca saldrán de aquí!

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Where stories live. Discover now