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—¿Y bien? —preguntó con seriedad al ver a su mensajero postrarse frente a él con el rostro mortificado. Sabía la respuesta, porque había sido la misma desde hace días.

—Rechazó la carta...Ni siquiera la abrió mi señor, dijo que no quería que le molestara y que se ocupará de su mujer en cinta—dijo nervioso porque podía sentir como la furia de su rey se incrementaba.

Kim Namjoon rey de ScarLanding, tomó su cabello rubio cenizo entre los dedos y lo estiró con fuerza. No sabía que más hacer para atraer la atención de su esposo, aquel a quien quería lejos y comunicarse era imposible, porque ninguno de los dos se soportaba, sus dientes rechinaban y sus manos temblaban, sin duda el odio se acrecientaba.

—Prepara mi caballo, iré al palacio de las Rosas—dijo sin más.

A su lado Jackson su general y mano derecha, suspiró anticipando el desastre, porque nada bueno salía de ellos estando juntos, era una guerra donde ninguno ganaba, pero que no dudaban en usar todas sus armas para aniquilarse. Esperó hasta que el mensajero se fue avisando a los sirvientes la orden del rey, para encarar a su señor.

—No creo que dabas hacer eso, ambos sabemos que una reunión con el rey puede traer problemas en la corte—explicó suspirando, cuando estaban a solas podía hablar con él de manera informal, eran amigos desde siempre y Jackson siempre estaba ahí para apoyarlo.

—Es mi esposo y si yo quiero verlo, lo haré—gruñó—. Además, él no me lo deja fácil, si hubiese aceptado las cartas nada de esto estaría pasando.

—Pero, han pasado años, desde que se vieron por última vez, el  rey no quiere verte y puede que no te dejen entrar, eso sería muy mal visto por el consejo Namjoon, recuerda la orden de tu tío Kwon, SeokJin está muy protegido por la corte después de lo que sucedió.

—JiYong no tiene absolutamente nada que decirme, mi esposo mis reglas, además lo que tengo que hablar con él nos conviene a ambos—suspiró antes de le encaminarse a la puerta—. Tiene que dejarme entrar, porque sabe que soy capaz de destrozar su puerta. 

Jackson solamente asintió inseguro, como la mano derecha del rey por años sabía que Kim SeokJin era un hueso duro de roer, una persona hermosa con un orgullo inmenso y no era para menos, Namjoon era un ser cruel y despiadado si se trataba de su esposo, lo cual no comprendía, él amaba a su familia y no haría nada para lastimarlos, los defendería contra cualquiera que quisiera herirles daño, en eso eran muy diferentes, pero no podía decir nada.

Namjoon caminó por su castillo, una estructura enorme e indestructible que albergaba a cientos de personas que trabajaban para él. Sé sentía invencible y al mismo tiempo temeroso, porque ver a su esposo después de años era una de las cosas que sin duda le ponían la piel de gallina. Anduvo hasta la sala del consorcio, donde se encontraban sus concubinas, mujeres jóvenes y hermosas que le habían servido por años, desde que su alteza se había ido, eran las hijas de los más altos mandos de generales y burócratas, quienes las habían dado como regalo al rey. 

Entró y llamó la atención de las cinco chicas, la primera de ellas Dahyun rubia con ojos saltones le miró sonriente, Rosé la castaña de tierno rostro se quedó callada con una reverencia, Ailee la mayor quien ni siquiera le observó directamente, su hermana LeeHi quien era menor y muy asustadiza, y por último estaba su favorita, Kim Jisoo, su hermosa chica de sonrisa soñadora, con ese vestido era fácil ver su vientre redondeado de cinco meses. Se acercó para rodearla con los brazos, le dio un beso en la frente y ella sonrió, las demás ignoraron la escena, celosas.

Sus concubinas eran hermosas, buenas y amables, pero entre ellas se odiaban a muerte y él lo sabía bien, por mucho tiempo había procurado no dejarlas en cinta, no era su plan tener hijos y menos si estos no le servían para ser herederos, pero de alguna manera Jisoo había quedado embarazada y él estaba feliz, porque tendría un varón, un tierno niño que le podría asegurar la linea de sucesión, sin embargo, había aún un pequeño detalle que arreglar. 

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Where stories live. Discover now