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Arremetió con fuerza dentro de su cuerpo, sin molestarse en comprobar si estaba bien o no, porque simplemente no le importaba, estaba furioso, lo que había sucedido esa tarde le dejó un amargo sabor de boca y un notorio golpe en el puente de su nariz, no esperaba menos de un encuentro explosivo y peligros, jamás lo imaginó de otra manera, sin embargo, había algo que le desquiciaba, haber visto a aquel niño, uno que no era suyo.

Terminó dentro de ella, porque estaba demasiado enérgico para salir, se quedó quieto antes de separarse de su cuerpo, Rosé se cubrió, limpiando las lágrimas en sus ojos, aquella noche su rey estaba siendo demasiado brusco.

—Lo lamento—dijo poniéndose la bata y caminando a la mesa donde tenía sus licores—. No estaba de humor, no debí invitarte a venir.

—Está bien mi señor—dijo sentándose en la cama, observando lo que este hacia—. ¿Se encuentra bien?

—No—dijo con honestidad—. Eres joven para entenderlo, para poder comprender lo que siento, está sensación de odio, que quema mi cuerpo.

—¿Odia a su alteza? —preguntó ladina.

—Lo hago—asintió con una mueca—. O al menos eso creía.

Porque sus labios seguían quemando con el recuerdo de aquel beso intenso, lleno de emociones de desespero y dolor. Chasqueo la lengua bebiendo el vaso lleno de whisky, lo único que hacía desaparecer el recuerdo de Kim SeokJin de su mente.













Namjoon observaba a todos en la sala sin importarle realmente lo que estaban diciendo, a final de cuentas, él ya había tomado una decisión y no había fuerza en el mundo que le hicieran cambiar de opinión, no quería seguir estando casado con SeokJin, lo quería fuera de su vida, para siempre.

—Es inaudito que quieras hacer algo así Namjoon—levantó la voz molesto Kwon JiYong hermano menor de su difunta madre—. Una cosa es que sea bien visto que tengas a tu disposición aquellas jovencitas, pero otra muy distinta es que quieras deshacer tu matrimonio con Kim, uno que te recuerdo se hizo desde que ustedes estaban en la cuna, fue un acuerdo.

—Los acuerdos pueden llegar a romperse si una de las partes ya no está cumpliendo con lo estipulado—sonrió Namjoon sin culpa—. Y todos aquí sabemos que Kim SeokJin dejó de lado su tarea al traer al heredero al mundo, mi favorita espera un hijo mío que llegara aquí en tan sólo cuatro meses, ella es la elegida para llevar la corona no SeokJin.

El consejo molesto negó a la petición del rey, ya que pensaban que se estaba volviendo loco, nunca había habido una disolución en el matrimonio real, y no creían que ese debía ser el primero.

—Tu esposo tiene veintiocho años sobrino, su vientre está en plenitud para traer otro bebé al mundo—intervuno Leeteuk con tranquilidad—. Sólo encarga un bebé y ya, no debe ser tan difícil.

Namjoon empuñó las manos. —No, yo con él no tendré hijos.

—Si tanto quieres deshacer un contrato de años ¿No te parece que ambos deben estar presentes? —dijo Vernon con una ceja alzada—. Me parece una falta de respeto que estemos aquí decidiendo sin nuestro rey presente, no es justo. 

—Él se niega a venir al castillo, no van a poder hacer que se presente—sonrió Namjoon—. Ademas, él está de acuerdo en esto, me lo ha dicho.

JiYong miró a su sobrino serio, porque él sabía que esas palabras eran una vil mentira. —Bien,  quiero escucharlo de su boca, se revoca la sesión hasta la próxima semana donde recibiremos a su alteza—suspiró cabreado—. Yo mismo le traeré. Sesión terminada.

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Where stories live. Discover now