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—¿Por qué no puedo pasar a ver a mi señor? ¿Tienes idea de quién soy yo?

Jackson miró con molestia a Jisoo quien cada hora pasaba a los apocentos del rey para tratar de verlo, cosa que estaba prohibida, nadie además del doctor y la familia inmediata podían entrar, era por protección de su señor. Lo que Jin le había dicho le carcomía la mente, la advertencia era directa, nada de lo que pasaba era casualidad, alguien estaba intentando lastimar al rey.

—Lo siento mi lady, pero las órdenes son estrictas, su alteza no puede recibir visitas.

Jisoo miró tajante al general. —Cuando mi rey sepa esto estará muy molesto, y yo voy a disfrutar verte ser reprendido. Lo mereces por no saber tu lugar.

Se dió la vuelta y caminó por el pasillo directo a la sala donde solía pasar la tarde, estaba a punto de irse definitivamente a su habitación porque no soportaba a las otras concubinas, para ella eran seres molestos y despreciables, no sabía por qué Namjoon había aceptado tenerlas en el castillo, con ella tenía más que suficiente. Pero no estaba del todo preocupada, porque de alguna manera se desharía de ellas, así como estaba dispuesta a desaparecer a SeokJin, le odiaba, no había persona que aborreciera tanto en el mundo que a aquel "perfecto" pelinegro. 

Dejó su ceño fruncido de lado porque su precioso rostro no podía marcarse, suficiente tenía con la espantosa panza que cargaba, odiaba su cuerpo en esos momentos, se sentía una vaca gorda y el mocoso dentro no dejaba de moverse, le daba asco pero tenía que aparentar estar feliz. Ella jamás habría querido tener un hijo, pero era su medalla de ascenso.

En cuanto entró a la sala, suspiró aliviada de sólo encontrar a Rosé, la chica le miró y se volvió nuevamente a la ventana, era la más callada e inocente, también la más joven, no figuraba un problema mayor.

—¿Dónde están las demás? —preguntó sentándose en una silla cerca de la chimenea prendida, el castillo era muy frío a diferencia del exterior que era cálido.

—No lo sé, no soy su niñera—dijo con desdén.

—Oh la pequeña gatita del grupo ha sacado las garras, ¿Molesta tan temprano por la mañana? —cuestionó con una ceja levantada.

—Al menos no soy una perra falsa—sonrió ladina—. No porque seas la favorita tengo que aguantar tu maldita lengua, mucho menos ahora ¿Por qué estás tan tranquila? Nuestro rey está inconsciente.

—Tendrás que aguantarla muy bien cuando me convierta en la reina y seas vendida a uno de los del consejo—soltó una carcajada—. ¿Crees que a Namjoon le va importar perderlas? Yo le voy a dar un heredero.

—Dirás bastardo—rio amargamente—. El único rey aquí es Kim SeokJin y me sorprende mucho el descaro que tienes al decir que quieres su lugar después de lo que hiciste, pero créeme que no me sorprende nada, vendiste a tu propio hermano, así que qué no harías con nosotras o con tu hijo—relamió sus labios color cereza, sus ojos color caramelo relucieron sugestivos—. No eres nada Jisoo, sin ese bebé no eres nada. Sabes bien que Ailee era quien debía ser la favorita, es quien ama más a Namjoon, quien está rezando llorando por su bienestar, en vez de estar aquí soltando veneno.

—Soy mejor que tú, soy mejor que todas ustedes, soy mejor que SeokJin—dijo al borde de las lágrimas del coraje—. Yo tengo más posibilidades que ustedes. Siempre las tuve.

—No lo creo—sonrió ladina disfrutando en grande la inestabilidad en la que estaba cayendo su compañera—. Cuando mi rey despierte y se dé cuenta de lo que has hecho, quedarás como una idiota, nuevamente perdiendo ante alguien que sí vale la pena Jisoo. Perdiendo ante Kim SeokJin.

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ