66

11.2K 1.5K 359
                                    

Pasaron dos extensas semanas para que Namjoon decidiera subir a su caballo y cabalgar junto a sus generales de confianza al palacio de hierro, nadie sabía de su visita, quiso dejar el tema en completo secreto con el fin de que SeokJin no se enterara, no quería preocuparle con un asunto que no tenía cabida en su vida, su padre había salido de esta hace muchos años, la relación fracturada que tenían no se iba a arreglar mucho menos si estaba condicionada a la muerte. 

Namjoon tenía claro los sentimientos hacía su progenitor, en un pasado pudo perdonarle la vida con la única condición de que no se volviera a aparecer en su camino, sin embargo todo había cambiado, lo que le hizo decidirse fue la carta de Jaehyun, no iba a ver a su padre sino al rostro del pasado que me llenaba de rencor, uno de sus hermanos. 

No se definía como una persona exenta de características deplorables para cualquier persona, como rey había aprendido algo muy importante, una frase que su padre repetía con constancia "Que conozcan todo de ti, menos quien eres en realidad" podría ser un rey excepcional, un hijo amoroso, un esposo respetuoso o cruel, un padre ejemplar o un completo desastre. Su madre siempre le crió con amor y devoción, mientras que su padre le mostró la realidad, una fría y caótica realidad en la que estaba inmerso sin siquiera pedirlo. 

El mundo estaba en sus manos, sentía el poder recorrer su cuerpo cada que estaba sobre su trono, uno forjado de dolor y sangre, sus hombros estaban acostumbrados al dolor y a la pesadez, siempre conseguía lo que quería, la única persona que podía llegar a acercarse sin que implementara aquellas duras barreras, era SeokJin y esto era porque ambos habían crecido juntos, eran completamente iguales y se complementaban. Podían conocer la fragilidad y el odio del otro y aún así querer permanecer juntos. Una forma realista de amar porque nadie era un verdadero villano hasta que no se enfrentaba a las sombras de su existencia. 

Bajo del caballo seguido por Hoseok y Jackson, miró a los sirvientes recibirlo, espero con paciencia hasta que lo vio, un chiquillo alto, duro, que parecía apenas entrar en la pubertad, pero con una mirada feroz. Estaba vestido de negro, simple, pero elegante, sus ojos oscuros le examinaron con asombro, porque esa era la mirada que todo aquel que le topara le regalaba. Ajeno a todo se acercó, parecidos pero al mismo tiempo tan diferentes que la sangre hervía en su pecho. 

¿Era por él que su padre había abandonado a su madre? Apretó la mandíbula para no reír por el rumbo de sus pensamientos, en realidad no sabía si su padre llegó a amar siquiera a alguien.

—Mi señor—dijo con una inclinación de respeto—. Me alegra mucho verlo aquí, nuestro padre estará feliz de verlo...

—Mi padre—dijo con voz fría mirándolo con suficiencia—. Recuerda que no eres más que un bastardo.

Era la primera vez que se veían, Jaehyun asintió avergonzado de ser humillado frente a su gente, Namjoon sonrió ladino, él no era nadie comparado con su persona, se dijo que no debía de preocuparse. 

—Enséñame el camino—ordenó.

El chico asintió con la mandíbula apretada, entraron al palacio, uno donde Namjoon nunca había estado, este fue construido por su padre hace bastantes años, posiblemente cuando había planeado irse dejando un desastre a sus espaldas. 

Caminaron por un pasillo, Namjoon no dejaba de observar a su hermano quien estaba bajo una falsa máscara de amabilidad, sabía que no era su idea tenerlo en el palacio, pero no le importaba, si asistía era simplemente para alimentar su curiosidad.

—Es aquí—dijo indicando una gran habitación—. Puede pasar pasar, él está esperando.

Estaba por irse cuando le miró. —¿Qué tienes tú?

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz