IV

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Con su mochila en la espalda, gruño con ojeras.

Había dormido poco y olvidado que debía ir a clases temprano.

—En este tiempo Mamá era más amable.—Con una pequeña sonrisa recordó la gentileza de su madre para despertarlo, diferente al futuro donde le gritaba.

Viendo alrededor, recordó el plan que había pensando toda la noche.

Kisaki dejaría de ser una amenaza si se mantenía alejado de Hina, ¿Cierto...?, Aunque no tenía idea si el suceso con Hina ya pasó, no recordaba exactamente ese entonces además de lo que ella le contó.

—¿Íbamos en diferentes escuelas en la primaria...?—Tomando su cabeza maldijo ser estúpido, su único fuerte era aguantar golpes.

—Hanagaki.

Se sobresalto al ver niños acercarse a él, ni siquiera recordaba sus nombres, estaba inseguro de que decir.

—Takemichi, vamos a llegar tarde.—Su mano fue jalada de golpe, viendo al frente, era Takuya quien lo salvó de esos niños que no recordaba.

—¡Takuya!—Le alegraba ver una cara conocida que no había arruinado en el futuro.

—¿Uh?—El rubio alzó una ceja.—¿Por qué te ves tan feliz de verme?, Da miedo.

—Estoy tan feliz de que estés aquí.—Aunque no le contaría nada, se sentía mejor sólo de verlo, con una exagerada sonrisa y ojos aguados.

—Eres raro, vamos.—En un gruñido lo siguió jalando. Takemichi agradeció.

Después de todo no recordaba su salón de clases.

Y para cuándo la escuela termino vio su oportunidad para meditar su plan. Aunque con su apariencia conseguir información se veía más complicado.

No sabía por dónde empezar.

Sentado en una banca en un parque decidió sacar un marcador y un cuaderno para organizar su próximo plan.

—Si Shinichiro-san muere antes del cumpleaños 13 de Mikey-kun, aún tengo unos 3 o 4 años para salvarlo, creo, podría acercarme a Kazutora-kun y Baji-kun para eso.—Con su cabeza negó, eso significaría ser de alguna manera cercano a Mikey.—Entonces si me acerco a Shinichiro-san...—Nuevamente lo anterior.—Y si voy con Emma-...

Ahí el Hanagaki cayó en cuenta la obviedad de la situación.

Para salvar a Shin, debía relacionarse con Mikey, sobretodo porque al que realmente quería salvar era a Manjiro.

Apretó su cuaderno frustrado, no quería... Acercarse a Mikey.

La golpiza que le dio volvía a su mente, y el dolor era inolvidable. Sus ojos opacos y el sudor frío, ah, estaba asustado.

Estaba asustado de Mikey.

—Soy patético otra vez...

Un tirón de su cuaderno lo exaltó.

—¿Qué tienes ahí?—Unos niños mayores le quitaron su cuaderno y marcadores sin pensarlo.

Takemichi reaccionó algo tarde, pero se levantó y lo pidió de vuelta.

—¡Devuélveme eso!—Extendiendo su mano, con el ceño fruncido, los niños mayores lo ignoraron, haciéndolo enojar.—¡Devuélvemelo ahora, idiota!

—¿Ah?—Eso los había hecho enojar.

Debían tener unos 12 o 13 años, eran grandes, estaba en desventaja tanto en número como en fuerza, pero ese cuaderno era importante, había anotado varias cosas que no quería olvidar y que no quería que nadie leyera claramente.

—¿Cómo le dijiste al jefe?—Dos de los tres niños lo empujaron al piso, haciéndolo caer, sobándose el trasero vio su inminente golpiza.

Ni de pequeño se salvaba de eso, ¿Cierto...?

—¡Oi, Takemicchi!

Esa voz detuvo a los mayores e hizo que el pequeño héroe abriera los ojos.

—¿Mi... Mikey-kun?—Exaltado por verlo ahí, no comprendió porqué el joven Sano se veía tan enojado.

—¡No sabía dónde estudiabas, así que estuve buscandote!—Caminando hacía el Hanagaki, ignorando por completo a los niños mayores le reclamaba.—¡Me dejaste ayer de la nada sólo diciendo un estúpido "lo siento"!, ¡Quiero golpearte!, ¡Voy a golpearte!

—¡Oye, nosotros íbamos a golpearlo primero, ponte a la fila!—Uno de los niños movió el hombro de Mikey. El rubio volteo con lentitud.

—¿Tú ibas a golpear a Takemicchi...?—Sus ojos negros fueron claros, los niños mayores retrocedieron un poco.—Estoy de mal humor, y quiero golpear a alguien, ¿Acaso quieren ofrecerse?

No se hizo esperar la huida de esos niños. Takemicchi tembló en su lugar ante esos ojos, esos ojos con sed de sangre lo asustaban.

—Tch. Cobardes que atacan en grupo no valen la pena, Takemicchi...—Mikey miro al niño Hanagaki, quien parecía asustado, no estaba seguro de porque, pero le dio un poco de distancia.—¿Takemicchi...?

El Hanagaki reaccionó parpadeando, se había ido por unos segundos en ese horrible temor que le infundaba Mikey.

—Lo siento, Mikey-kun.—Levantandose, tomó su cuaderno en el piso.—Gracias por ayudarme.

Mirando hacía otra dirección, demostró su incomodidad, y Manjiro lo tenía claro.

—Takemicchi, oye...—Extendiendo su mano, mordió su labio.—¡¿T... Tu me odias?!

Takemichi se sobresalto, con los ojos muy abiertos, esa conclusión era muy abrupta, pero...

Si alguien rechazaba ser tu amigo de manera directa y actuaba asustado a tu alrededor...

Ah, él era un fracaso a fin de cuentas.

—No... No es que te odie, Mikey-kun.—El Hanagaki siento presión en sus hombros, Mikey lo sostuvo.

—¡Entonces seamos amigos!—Con el ceño fruncido dejo en claro.

Takemichi tembló ante el contacto, esos ojos negros eran brillantes, pero...

"¿Cómo quieres morir...?"

Sus ojos se llenaron de lágrimas, Mikey se exaltó ante tal gesto.

—¿Takemicchi?—Manjiro considero realmente ser odiado.

—Eres Mikey-kun.—Manjiro alzó una ceja.—Eres amable de manera extraña, caprichoso y juguetón.

—¿Eh...?

—Tus ojos son tan brillantes y reflejan confianza, tú eres el Mikey-kun que más me gusta.—Con lágrimas en sus ojos, sonrió abiertamente, ese no era el aterrador Mikey que lo golpeó.

Ese no era el aterrador Mikey que había sucumbido ante la oscuridad.

Ese era el Mikey-kun con el que había disfrutado pasar el rato, un poco más joven.

—Me gustaría ser tu amigo, Mikey-kun.—Sin quitar su sonrisa le extendió la mano a Manjiro, quien en silencio tenía el rostro completamente encendido.—¿Uh?, ¿Mikey-kun?

—... ¡Se... Seamos amigos!—Estrechando la mano, no agregó mucho más, avergonzado de esas palabras extrañas que no había entendido bien.

Takemichi estaba feliz, pero lo notó, nada paso al tomar la mano de Mikey.

Aún quedaba mucho que averiguar.

Y el pequeño Manjiro lo estaba descubriendo junto al latir acelerado de su corazón.

Comienzo | MitakeWhere stories live. Discover now