Comienzo | Mitake

LXXVIII

Hanma le había dejado claro a Takemichi que se encargaría, pero...

—Me dejaste tirado en un motel de mierda, y luego de casi una semana me vuelves a dirigir la palabra cuando desapareciste fingiendo que no me conocías, ¿Qué clase de mierda de problema tienes en la cabeza?, Adiós.

Hanma suspiro, fumando apoyado en un árbol, definitivamente no fue su intención viajar al futuro justo cuando beso a Kisaki, pero necesitaba arreglar la situación de alguna manera y el de gafas no le dejaba explicarle.

—¿Otra vez...?

Parpadeo el más alto cuando Kisaki paró sus pies a su lado, su semblante enojado era notorio, una linda expresión, pero no era el momento de estar excitado.

—Kisaki, ni siquiera recuerdo bien lo que pasó luego del beso, lo siento.—Con una nerviosa sonrisa rasco su cabello mientras con la otra sostenía el cigarro.—No puedo... Explicar mucho de que hice porque no lo sé, pero confía en mí y-...

—¿Quién confiaría en ti?—La mirada de Kisaki era cruda.—Me obligaste a contarte de mi vida, algo que nunca le dije a nadie, y tú te aprovechaste se mi... Para después mandarme al diablo y no volver a aparecerte en las reuniones aunque te llamé.

—Kisaki...—Intentando tocarlo, recibió un golpe en la mano.

—Me dejé llevar porque eras el primero en admirar mi manera de pelear, eso me hizo feliz, pero debí notar que serías un problema.—Rodando los ojos chasqueo la lengua.—La Tokyo Manji y todos los integrantes de ella me importan, y son valioso para mí, si no te tomas en serio eso puedes irte al diablo.

Con intensión de marcharse, eso no fue posible.

—¿Acabaste...?

Kisaki volvió su vista en Hanma por ese tono ciniestro. Con su mirada encogida, entrecerrando sus ojos, y ambas cejas arqueadas tenía una notoria vena en la frente.

—Ya oí tu versión, ya escuché suficiente de tu linda mierda de amistad, ahora.—Jalandoló contra el árbol lo arrinconó.—Volvamos a lo realmente interesante, Kisaki.

—¿Otra vez?—La mirada cansada de Kisaki era clara, ni siquiera le importaba.—¿Qué quieres de mi?, ¿Mi cuerpo?, ¿Quieres hacerlo conmigo?, ¿Quieres estar conmigo?, ¿Quieres burlarte de mi?, ¡¿Qué rayos quieres?!

Hanma dió una calada, acercando su boca a la de Kisaki para lanzar el humo dentro.

No evito reír cuando el menor empezó a toser con fuerza, lo dejo libre al verlo recuperar el aire, esté cayó al piso cuando lo soltó, enojado clamó;

—¡Bastardo!

—Quiero estar contigo.—Agachandose, a su altura, le sonrió.—Para burlarme de ti, y hacerlo algún día quizás.

—¿Sabes lo que estás diciendo al menos...?

—A mí me gustas, Kisaki.—Agachado, con ambas manos juntas, Hanma aclaro con obviedad, Kisaki parpadeo en su posición, sentado en el piso.

—¿A tí... Te gustó yo?—Se apuntaba, confuso, Hanma sonrió.

—Sip~♥—Su tono meloso asqueo a Kisaki.

—No puedo con tus estúpidas bromas, Hanma...—Tomando el puente de su nariz, Hanma suspiro ante esa expresión irritada como respuesta.—Pero para que te esfuerces tanto en disculparte conmigo, lo consideraré.

—¿En serio?—Hanma sonrió ampliamente, Kisaki era fácil de leer, tampoco le gustaba enojarse tanto tiempo con sus amigos.

—No faltes más a las reuniones, y no te atrevas a besarme de nuevo o te pateare.

—¿Qué tan fuerte sería la patada...?

—¡Hablo en serio!—Levantandose se sacudió.—Olvidaré ese beso, sigamos como siempre y déjate de bromas.

—Bromas...—Hanma con ambos brazos atrás su espalda y el cigarro en su boca suspiro.—¿Seguirá en negación...?

Lo ignoro, siguiendo a Kisaki sonriente, al menos podría salvarlo si se mantenía a su lado por ahora.

Y siempre...

Con su cigarro en la boca miro ese árbol otra vez, tres meses ya.

—¿Qué haces, Hanma?—Con Kisaki a su lado, usando bufanda por el frío rió.

—Con bufanda te ves realmente lindo.—Agachado, cercano a la altura de Kisaki soltó aquello coqueto, apoyando un brazo en el árbol, Kisaki ni se inmutó.

—Otra vez estás fumando.—Acercando su rostro, tomó el cigarro.—Yo realmente odio el olor de ésto...—Hanma suponía el porque, pero antes de poder decir algo, Kisaki dió un pequeño sorbo al cigarrillo.—Sabe horrible cómo la última vez, pero después de todo por algún motivo... Los tuyos no huelen tan mal.—Serio bufo, devolviendo el cigarro a la boca de Shuji.—Vamos, hay una reunión, Hanma.

Oyendo los pasos de Kisaki, el más alto de mechón rubio se sostuvo bien del árbol para no caer, con su mano libre cubrió su frente.

Ah...

Eso no fue justo para su corazón.

Sintiendo el calor subir con prisa a su rostro saco el cigarrillo de su boca.

—Idiota...—Dando una profunda calada dejo salir el humo, sonriente, con amabas mejillas completamente rosadas.

La vida junto a él era divertida independiente de todo.

Sólo porque era él.

—La rueda de la fortuna comienza a girar...