LXXXVII

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En el piso, tocando la punta de sus pies, soltó un pequeño quejido doloroso.

—Aunque eres más flexible que antes, aún te falta mucho, mi pequeño.—Negando con la cabeza, Gen se cruzó de brazos.—Se que podrás con el tiempo, no te frustres.

—¡Ah, si, no se preocupe, Gen-san, confío en su entrenamiento!—Takemichi le sonrió.

Por supuesto creía en él, había visto de primera mano la flexibilidad junto a la fuerza de sus nietos. Y era escalofriante.

Sólo esperaba no toparse con ellos, ya que realmente no sabría cómo reaccionar.

—¡Jicchan!

Y nuevamente, Dios, vamos, por favor, un día, sólo uno, eso pedía.

—Ah, Rindou, Ran, ¿Qué los trae por aquí tan de repente?, desde navidad no los veo, la abuela estaba preocupada.

—Estuvimos pasando el rato, tranquilo, Jicchan.—El chico de lentes redondos chocó miradas con Takemichi.—¿Hm?

—Veníamos para relajarnos un poco, pero veo que tienes estudiantes otra vez.—Ran con una mirada aburrida vio al rubio que hacía estiramientos.

—Takemichi, ellos son los nietos de los que te hablé. Ran es el mayor, Rindou el menor.—Apuntando al de trenzas y al de lentes, Takemichi tembló en su interior.

—Takemichi, ¿Eh?—Rindou se inclino a su altura, ya que el rubio seguía en el piso.—Estiramientos, eso es fácil.—Abriendose completamente de piernas, Takemichi sudo frío, le dolía sólo de verlo.—¿Aún no llegas a este nivel?

—Bueno, Takemichi sólo lleva unos meses en ésto, Rindou.—Gen rasco su mejilla.

—¿Meses?, Lo dominamos en menos de dos meses nosotros.—Rindou se burlo con una expresión llena de desprecio.

—Eso suena genial...—Takemichi estaba incómodo, más cuando volteo su rostro, encontrando a Ran demasiado cerca.

—Siento que ya te he visto.—Su expresión aburrida hacia a Takemichi dudar de si hablaba en serio.—Aunque posiblemente no es así.

—¿Eh...?—Sólo podía sonreír, esos dos eran peligrosos, lo sabía bien.

—¿Y éste es tú pupilo?, Se ve muy patético, Jicchan.—Rindou lo apuntó mientras veía a su abuelo, como si fuera una simple cosa barata.

—¡Muchachos, Takemichi se ha esforzado mucho entrenado y a mejorado considerablemente, no permitiré que le hablen de esa manera!—Con el ceño fruncido y mirada enojada, ambos Haitani bufaron.

—Entonces, ¿Podría luchar en un enfrentamiento?—Ran dió una mirada interesada mientras observaba al Hanagaki levantarse y tener escalofríos.

—No creo que Takemichi esté listo para un enfrentamiento con el nivel que ustedes manejan... Pero si prometen no romperle nada podría permitirlo.

—¡Gracias, Jicchan!—Rindou sonrió ampliamente, Takemichi sudo.

¿Cómo que si prometen no romperle nada?, ¿Ya lo han hecho en un enfrentamiento con reglas?, ¡¿Gen-san, en que lo estabas metiendo?!

—Desde mi juventud no veo un buen enfrentamiento de Tai chi.—El abuelo tenía una pacífica sonrisa.—¡Takemichi, ten tu uniforme!

El Hanagaki parpadeo, con el uniforme en sus manos, traje negro, compuesto de un camisa de mangas largas con dobladillo de mangas blanco y un pantalón negro con elástico en su cintura y tobillos, había un dragón dorado a la espalda con algo en chino que no entendió.

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