LVIII

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El Hanagaki había estado tan metido en sus pensamientos que no había dicho ni una palabra.

Y eso molestaba a Mikey.

—Ya llegamos.—Mencionó Manjiro, Takemichi reaccionó, viendo al frente el dojo.—¿Vienes a hablar con Shinichiro?

—Si, necesito... Necesito saber si está bien.—Con una nerviosa sonrisa, Mikey pensó que Takemichi había vuelto, pero seguía inquieto.

—¿Por qué no estaría bien?

—Porque... Porque...—Con la cabeza mareada río.

¿Por qué no estaría bien?, Lo había olvidado.

Su cerebro había quedado en blanco por sobrepensar demasiado todo, estaba perdido...

—Siempre te preocupas de más por el resto, como si todos fueran a morir y fueras el único capaz de salvarlos.—Su mirada oscura fue gentil.—Si no vas a preocuparte por ti mismo tendré que tomar ese trabajo, Takemicchi.

—Mikey-kun.—Takemicchi recordó, con los ojos a punto de llorar, recordó.

Recordó cuál era el punto de todo.

—¿Takemicchi?

—Quiero que Mikey-kun me sonría de esa manera honesta por siempre.

—¿Eh?

—Quiero verte sonreír por el resto de mi vida, Mikey-kun.

Cerrando sus ojos, Takemichi sonrió abiertamente. Mikey por su lado estaba en una lucha interna de no caer al piso, con el rostro completamente rojo, y el sudor cayendo, necesitaba calmarse, ahora.

—S... Suena como si fuéramos a estar juntos por siempre...—Desviando la mirada, Takemichi alzó una ceja.

—Esa es la idea, que estemos juntos siempre.—Mikey lo miro de reojo, algo nervioso.—Junto a todos los demás de la toman.

Manjiro suspiro, eso aliviaba y lastimaba su corazón.

—Entremos antes que quiera golpearte, Takemicchi.—En un murmullo fueron a la casa Sano.

—¿Por qué me golpearías...?—Takemichi no sabía si aún debía cuestionarse eso.

Dentro, con Emma en la cocina, está hablo en voz alta.

—Mikey, el baño está listo, ya falta poco a la cena, así que báñate rápido.

—Si, si.—Manjiro bufo al oírla, Takemichi sonrió en silencio.

—Si no te bañas le diré a Takemicchi-kun.

—¿Eh?—El Hanagaki alzó una ceja ante esa, ¿Amenaza?

—¿Qué pensará el pobre Takemicchi-kun de que Mikey no se baña?, Seguramente no quiera estar más contigo y nunca salg-...—Interrumpida por la mano de Mikey en su boca. Takemichi se pregunto cómo llegó tan rápido hacía ella.

—Hola, Emma-chan.—El Hanagaki nervioso dió su presencia a conocer, la joven rubia tembló.

—Takemicchi-kun...—Viendo a su hermano asesinarla con la mirada, está tosió disimuladamente.—El postre serán Taiyakis...

—¡Genial!—Manjiro felizmente sonrió, aliviando a los demás presentes.—Ah, me daré un baño, Takemicchi, tu quédate a cenar ya que estás aquí.

—Ah... No quiero molestar, sólo venía por Shinichiro-san...

—¡Hice mucho, puedes quedarte!—Emma asintió con ambas manos en la cintura.—Ah, pero llama a Ame-san para que sepa que llegarás tarde, o podrías quedarte a dormir.

—¿Ah?—Mikey asomado dejó su desconcierto claro.

—Puedes dormir en el cuarto que sobra, aunque como hay que limpiarlo mejor duerme con Mikey.—Convencida aclaro, Takemichi no le parecía mal, Mikey por su lado tenía una pequeña crisis de si asesinar a su hermana o a si mismo.

—¿No tienes problema con eso Mikey-kun?—Takemicchi volteo a verlo, este sudo.

—Claro que no, Takemicchi.—Con su usual expresión impertibable respondió, el Hanagaki sonrió en respuesta.

—Genial, será como una pijamada.

Mikey y Emma pensaban que el joven eran muy adorable.

El Hanagaki caminó al teléfono, viendo al rededor, habían muchas fotografías, ya había estado ahí en el pasado, ¿O futuro?, Río un poco.

Entonces recordó.

"Una semana antes del cumpleaños de Mikey... Shinichiro..."

—¿Una semana...?—Takemichi detuvo sus pasos un segundo, para así contar, eso no era literalmente...—¿Hoy?

Completamente congelado, sin poder sostener el teléfono, hiperventilo, tomando su pecho, sus rodillas cayeron al piso.

¿Hoy, era hoy?, ¿Realmente era el día?

No, no, no, no.

¿Cómo olvidó algo así de importante?, ¿Por qué lo recordó ahora?, No podía ser literalmente una semana, quizás era una forma de hablar.

Su mente se volvía un caos, había mucho que pensar, ¿Y si Shinichiro ya había-...?

"Te cuido la espalda a partir de ahora."

—No...—Cubriendo su boca, tenía ganas de vomitar, con sus lágrimas cayendo al piso, corriendo por su rostro, temía lo peor.—No, no, no, no...

Shinichiro.

—¿Takemicchi-kun?, ¿Qué haces en el piso?—La voz de Emma lo hizo despertar de su trance.

—Emma-chan...—De rodillas en el piso elevó un poco su torso, con su rostro pálido y ojos llenos de lágrimas, la joven mantuvo silencio.—Soló, necesito un minuto...

—Takemicchi-kun.—Sosteniendo las manos del Hanagaki, Emma hizo una angustiada expresión.—Todo va a estar bien, todo está bien, y aunque no lo esté lo estará.

—Eso no lo... Eso no lo sabes.

—¿Pero no es mejor creerlo?, Si no sabes cómo saldrán las cosas, entonces espera lo mejor.—La sonrisa hermosa de Emma lo hacía llorar.

Si no salvó a Shinichiro, como la salvaría a ella...

¿Siquiera él podía salvar a alguien?

—Debí dejar que ese camión me matará...—Siendo abofeteado de golpe, esté reaccionó sobándose la mejilla.

—No digas tonterías, Takemicchi-kun, ahora ve a lavarte la cara y a cenar, ya va a llegar Shin-nii.

¿Ah?

—¿Cómo sabes que va a llegar?

—Porque me llamó un poco antes de que ustedes llegarán, dijo que venía con alguien y sería una gran sorpresa.—Emma suspiro.—Siempre hace sorpresas extrañas, así que esperó sólo no sea una persona rara...

¿Eh?

—Shinichiro va a llegar... Él te llamo hace sólo unos minutos... ¿Él está bien...?

Emma le hablaba, pero había dejado de oír.

¿Estaba contento?, Su corazón dolía demasiado, quería llorar aún más, pero también quería reír mucho. Iba a explotar en emociones.

—¡Emma!, ¡Adivina quién llegó!

Esa voz conocida hizo al Hanagaki levantarse del piso al fin, junto a Emma, lo vieron.

Era 13 de agosto en la noche.

Y Sano Shinichiro seguía con vida.

Comienzo | MitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora