LV

9.6K 1.7K 520
                                    

Pasando por muchos lugares, Takemichi se preguntaba si Chifuyu aún vivía en el mismo lugar de siempre, pero sería sospechoso si sugería ese lugar si se supone no se conocen.

El mundo es muy pequeño... No esperaba encontrarse a Chifuyu de repente.

—¡Oh, por aquí es donde esos imbéciles me dieron una paliza!—Apuntando un parque sonriente, Takemichi dudo de porque eso le hacía feliz.—Estamos cerca de casa.

Takemichi pensó que no muy lejos de ahí Baji vivía.

—¿Y por qué unos niños te golpearon, Chifuyu?

—Ah, porque son unos cobardes, derrote a uno de sus amigos y vinieron en grupo para cobrarlo.

—Eso debió ser doloroso.—Con su nerviosa expresión, Chifuyu sonrió ampliamente con sus manos en su cintura.

—¡Pero fue muy genial!, Un llorón como tú no lo entendería, pero pelear con muchos adversarios fuertes es asombroso.—Algo altanero río, Takemichi sonreía, ese Chifuyu era un poco más creído del que conoció.

Pero eso...

—Eres muy genial, Chifuyu.

No le molestaba en lo absoluto.

—¡Hm!, ¡Claro que lo soy!—Algo sonrojado, desvió la mirada, no era halagado por los demás de manera tan directa, no sabía cómo reaccionar.

—Imagino que eres muy fuerte, aunque deberías tener cuidado con los niños más grandes.—Takemichi no evito mostrar preocupación.

—¡Nah, estaré bien, después de todo soy súper fuerte!—Confiado, con ambas manos tras su cabeza río.—Ademas esos niños eran puros idiotas débiles que atacaron en grupo.

—Nunca cierras la boca, ¿Verdad, enano?—Voces a las espaldas del Matsuno lo hicieron fruncir el ceño y subir su guardia, poniéndose frente a Takemichi.—Parece que alguien no aprendió la lección.

—Necesitarás matarme si creen que sus patéticos golpes pueden acabar conmigo.—Con su sonrisa confiada había algo de preocupación leve por la cantidad.

—Ah, que bueno, Chifuyu, no son muchos.—Takemichi sonrió al ver que se trataba de tan solo 10 niños mayores que ellos. Su límite eran unos 16 en buenas condiciones, más de eso sabía que era un suicidio.

—¡¿No son muchos?!—Chifuyu vio al rubio como un loco.—Si son menos de la última vez, pero...

—Tranquilo, te ayudaré, Chi-...

—¡No!—El Matsuno con una mano frente al Hanagaki puso una mirada fulminante.—Sólo serás un maldito estorbo, y no estoy dispuesto a dejar que te lastimen cuando yo puedo solo.

—Chifuyu...—Takemichi pensó en lo genial que era el Matsuno, pero.—¡Yo soy...!—Deteniendo sus palabras, desvió la mirada.—Un poco... Sólo un poco fuerte, déjame ayudarte.

—¡No me sirve alguien que es un poco fuerte!

—¿Eh?

—La gente que duda de su habilidad sólo es débil, y está claro que no confías en tu propia fuerza.—Tronando sus nudillos, corrió hacía esos niños.—¡El primero en saber que eres fuerte tiene que ser tú!

Ah...

Takemichi quería llorar otra vez.

Nuevamente no tenía confianza, a pesar de que se había esforzado. Qué había derrotando a muchos rivales. Qué había llegado a cinturón azul a los 11 años. Que había protegido a Kazutora y había logrado vencer a Inupi.

Aún así... Siempre lo protegían otros por su falta de confianza.

—No puedo seguir así.—Con un paso al frente, corrió en dirección a Chifuyu quién luchaba con los chicos.—¡Agáchate, Chifuyu!

Al ver de reojo al Hanagaki saltar, Chifuyu se tiró al suelo, viendo esa patada que sólo en mangas shonen había visto alguna vez.

—¡Soy Hanagaki Takemichi!, ¡Y ya estoy cansado de ser un cobarde!—Con sus palmas abiertas y pierna izquierda adelantada, Chifuyu sabía que ese niño conocía las artes marciales.

Y así lo aprecio, con sus ojos verdosos, como el Hanagaki venció a todos esos niños por su propia cuenta, sin ayuda de nadie, deteniendo y golpeando a la par.

—Que bueno que no eran muchos...—Tomando su pecho, aliviado de que esos 10 niños estuvieran en el piso fue donde Chifuyu.

—¡¿Qué demonios fue eso?!—El Matsuno tenía el cabello desordenado hacía abajo y el rostro un poco golpeado.—¡Ni siquiera te golpearon!

—¿Eh?—El Hanagaki fue consciente de que no había recibido ni un golpe por primera vez en mucho tiempo.—Bueno, no eran muy fuertes como dijiste, Chifuyu, además de ser pocos.

—¡Sigues con eso!, ¡¿Cómo que pocos?!, ¡Eran más del doble que tú!

—¿Hm?, He peleado contra más personas a la vez.—Recordando el incidente con Kazutora, ahí habían más de 30 personas de seguro, y muchas armas.

—Tú...—El Matsuno tenía una mala expresión, poniendo nervioso al Hanagaki.—¡Eres asombroso!

—¿Ah?

—¡Hanagaki Takemichi!, ¡Realmente eres muy fuerte!

—Ah, en realidad, no es... Aún estoy aprendiendo...—Apenado, negando con sus manos, Chifuyu negó.

—¡Cállate, eres asombroso!

Sus ojos azules brillaron un poco ante el honesto halago.

—Quiero ser... El más fuerte, y proteger a mis amigos.—Confesando su vergonzoso e infantil deseo, sonrió.—Pero no le digas a nadie, confío en ti, Chifuyu.

—¡Si, Takemichi!—Con admiración en su mirada, el Hanagaki pensó que le gustaría ser llamado nuevamente compañero por Chifuyu.

—Mis amigos me llaman Takemicchi.—Tomando entre sus brazos a Peke J, Chifuyu parpadeo.

—¡¿Podemos ser amigos?!

—¿Eh, no quieres?—El Hanagaki tembló, ¿Se precipitó?

—¡No, no, claro que quiero!

Ambos rubios sonrojado desviaron la mirada.

"¡Qué bueno...!"

Aliviados de que ambos tenían la misma intención, siguieron su camino a casa de Chifuyu, donde el Matsuno agradeció su ayuda e intercambiaron número para volverse a ver.

Takemichi esperaba que ésto no cambiará mucho la relación de Chifuyu y Baji en el futuro.

—¿Takemicchi?

Y cuando creía que su día había concluído.

—Baji-kun.

Keisuke daba su aparición.

Comienzo | MitakeWhere stories live. Discover now