XXV

10.6K 1.7K 269
                                    

Viendo de reojo a Mikey que estaba detrás de ellos por la velocidad, preguntó.

—¿Qué tal está Baji-kun?

—Cada día preguntas por Baji, empezaré a pensar que te gusta, Takemicchi.—Ken se burló, Mikey chasqueo la lengua.

—Se robo mis taiyakis, así que no puede vernos hasta que los devuelva.—Con una infantil mueca soltó Manjiro, Takemichi sonrió.

—Ya... Ya veo...

—Aunque mencionó que conoció a alguien hace tiempo, creo que te lo quería presentar, Mikey.—Draken mencionó.

—¡¿Quién?!—Takemichi exaltado parpadeo, con sus manos en la espalda del Ryuguji.

—No tengo idea, un amigo de Baji, y afirmate bien o te vas a caer, idiota.

Luego de ser regañado llegaron a su escuela, siendo dejado en frente, Draken le revolvió el cabello como siempre y Mikey movió su mano de un lado a otro sin dejar de sonreír.

Takemichi por su parte suspiro, todos se le quedaban viendo, algo obvio por supuesto...

Lo bueno es que aún no era el momento donde conocería a sus amigos.

—Otra vez fuiste traído por Mikey y Draken, Hanagaki.—Volteando, un chico de gafas le sonrió.

—¡Kisaki!—En una mueca le dio un golpecito en el hombro.—Dijiste que harías una estrategia para que Mikey-kun y Draken-kun dejarán de traerme a la escuela.

—Lo iba a hacer, pero fui amenazado por Mikey de que no le lavara el cerebro y que no lo alejara de ti.—Dejando caer sus hombros con una pálida expresión, Takemichi supuso que el tono de Mikey no fue el más amable.

—Ya veo...

—Al menos tendrás algo de paz ahora.—Encaminandose dentro de la escuela, el Hanagaki suspiro.

—Puede que tengas razón...

Viendo de reojo a Kisaki, no podía evitar pensar en lo diferente que estaba siendo todo.

Omitiendo que su apariencia era diferente a la que recordaba, aunque este Kisaki aún era un poco menor de lo que conoció. Su color de piel normal, el cabello con el mismo peinado, pero negro, y sus gafas características que recordaba.

Sólo caminar junto a Kisaki Tetta ya debería ser algo sobrenatural, pero era su amigo.

—Kisaki.—Parando sus pies un segundo, preguntó;—Somos amigos, ¿No?

—Depende.—De manera inmediata contesto.—Somos amigos, pero también rivales, depende de la situación, dentro del doñjo no soy tu amigo, Hanagaki.

Sus ojos azules brillaron ante esa divertida sonrisa en Kisaki, sonriente paso su brazo por el cuello del otro azabache.

—¡Sabía que éramos amigos!

—¡Oye!—Incómodo intento alejarlo.

Entonces...

—¿Hanagaki-kun?

Una voz dulce que ya conocía le hablo.

—¿Podemos hablar?

...

..

.

¿Hina?

Comienzo | MitakeWhere stories live. Discover now