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Su mueca fue evidente, viendo a la pequeña Emma rogar con ambas manos juntas.

—¡Vamos!, ¡Mi amiga cancelo, y sería raro estar solamente Hina-chan, Takemicchi-kun y yo!

¿Takemicchi?

Entrecerrando los ojos desvió la mirada, Emma se vio derrotada.

—Bueno, entonces mejor no iré, después de todo Hina-chan podrá confesarse sin problemas.—A punto de enviar un mensaje, Mikey le quitó el aparato.—¡Hey!

—No dije que iría, Emma.—Viendo a su hermana saltar, Manjiro bufo devolviendo el teléfono.

Seguía siendo egoísta...

Siendo jalado por Emma, ella lo guío al acuario, pensó que nunca había ido, y que sería divertido ver algunos peces, aunque su vista se distrajo por completo.

—¡Hina-chan, Takemicchi-kun!—Su hermana elevó la voz mientras movía su mano de un lado al otro sin soltarlo.

Ahí estaba Takemichi con su cabello suelto alborotado, una polera manga corta negra que pegaba bien con el brazalete que él le dió.

Si lo está usando...

Su corazón era feliz al saberlo.

—¿Eh?

Takemichi se veía confundido por su presencia, seguramente esperaba una cita a solas con Hina, pero ahí estaban ellos...

—Dijeron que trajera a alguien, y Mikey estaba libre, no hay problema, ¿Verdad?—Emma explicó, mostrándolo con emoción, Mikey apenas hizo un gesto ante la expresión extraña del Hanagaki quien parecía a punto de morir.

—Es genial...—Su tono no lo convencía, parecía nervioso, quizás por estar con Hina o porque arruinaron cita.

—¡Mira esa mantarraya, Hina-chan!—Emma inmediatamente acaparó a la Tachibana, dejándolo a él con Takemichi, viendo los peces, el muchacho rubio tenía las mejillas rosadas y brillantes que lo hacían lucir precioso.

—No estoy particularmente interesado por los peces.—Mirando al Hanagaki, intento hablarle.—Pero este lugar es bonito, ¿No crees, Takemicchi?

Esos ojos azules tuvieron un brillo especial, con la boca un poco abierta y mejillas y orejas rojas.

Tan deslumbrante...

—¡Hahaha!, ¡Tienes razón!—Riendo volteo su rostro, dejando su corazón acelerado, sintiendo el calor subir, cubrió su boca frunciendo el ceño.

Corazón, detente por favor.

El transcurso fue junto a Emma quien le fascinaba el lugar, Takemichi y Hina iban delante de ellos, aunque el Hanagaki había acelerado el paso, nervioso.

—Ah, Takemichi-kun, no camines muy rápido.—Hinata habló, llamando la atención de los Sano.

—¡Ah, lo siento, Hina!—Manjiro observó con atención como Takemichi rascaba su cabello sonriéndole a Hina.

—Takemichi-kun, te perdiste el pez payaso.

—Lo siento.—Otra vez le sonreía, aún así;

Ante su atención al rubio Hanagaki, fue que lo vió resbalar.

—Takemicchi, te cuidado.—Pero lo sostuvo, con un brazo logró que se pusiera de pie, y el Hanagaki sólo pudo parpadear sonrojado.

—G... Gracias, Mikey-kun.—Ahí estuvieron las palabras mágicas que lo hacía sonreír.

—Siempre agradeces todo.

Verlo reír nervioso era encantador, no quería dejar esa vista jamás.

No quería dejarlo jamás...

Comienzo | MitakeWhere stories live. Discover now