XXXIX

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Viéndose en el espejo, revolviendo su cabello negro, apretando el ceño, suspiro.

Era el momento.

—Hmm, a pesar de que a Mama le encanta tu cabello negro como el de ella.—Hanagaki Ame tomando su rostro bufo.—¿Estas seguro de teñirlo de rubio?

—¡Estoy seguro, mamá!—Determinado vio a su madre sonreír un poco.

—Siempre eres muy determinado con lo más extraño, Take-chan.

—¡Mamá, no me llames así...!—A pesar de sus 11 años, era un adulto por dentro.

—¡Take-chan siempre será Take-chan para Mama!

En un dulce abrazo, su madre se colocó guantes.

—No te muevas mucho, ¿Si?

Tomando aire y viendo en el espejo como su madre lo ayudaba a teñirse el cabello, no evitó reír con nostalgia.

La primera vez que lo hizo su madre había enloquecido porque jamás se lo mencionó, ella estaba furiosa con él y lo castigo durante días hasta que se tiñera de negro otra vez.

Claramente él no hizo caso y la madre Hanagaki tuvo que ceder.

Así que ver a su madre ayudandole a teñirse el cabello de manera voluntaria era...

Algo lindo.

—Fufu, ya quiero ver la reacción de tus amigos al verte.

—Ah... Ni me lo recuerdes.—Tenía claro de que se burlarian de él, eso era tan evidente que le daba menos vergüenza al saberlo de antemano.

—¡Te quedará muy bien, ya que mi hijo es muy guapo!

—Mamá...—Sonrojado rodó los ojos.—Eso lo dices porque tenemos la misma cara.

—¡Por supuesto que sí!—Orgullosa sonrió mostrando sus dientes.—Eres idéntico a mi cuando era joven, aunque te parezcas a tu padre en ciertos aspectos.

—Hmm...—Takemicchi viendo su cabello con el tinte rubio aún húmedo quiso preguntar.—¿No te importa que sea parte de una pandilla a mi edad?

—Como madre me siento intranquila y temo por supuesto que algo te pase.—Dejando de masajear la cabeza de Takemichi sonrió.—Verte lastimado es el dolor más grande que he sentido, pero no tengo derecho a impedirtelo.

—¿Mama?

—Después de todo mis mejores años fueron cuando estaba en mi pandilla de la secundaria.

¿Eh?

—¡¿Eh?!

—¿No te lo había mencionado?—Inocente, sacando su lengua a un lado, la azabache rio ante la incertidumbre expresión de su hijo.—¿No creíste que tus dotes pandillero vinieron de tu padre, o si?, Lo amo, pero él es un bebé llorón.

Takemichi tenía sentimientos encontrados justo ahora.

Tenía curiosidad por la adolescencia de su madre, pero no era el momento.

—¡Mamá, definitivamente tienes que contarme sobre eso!

La señora Hanagaki, viendo la hora río.

—En 40 minutos lávate el cabello, ¿Si?, Iré a cocinar la cena.

Viendo la espalda de su madre, en un parpadeo notó algo que nunca se percató antes en las orejas de su madre por un milisegundo.

Ella tenía varias perforaciones. Podía notar los agujeros, eran 4, no, 5 o 6...

Con ojos brillantes pensó que su madre era asombrosa. Y apretando los puños decidió que él también debía serlo.

Aunque...

—¡Hahahaha!, ¡Que increíble, a pesar del cabello rubio sigues viéndote super simple, Takemicchi!—Baji no fue sutil ante su burla, tomando su estómago e intentando no morir de risa.

—Tus palabras siempre hacen que me prepare para lo peor, gracias...—Con pequeñas lágrimas sonrió derrotado.

—¡Ahora estamos a juego, Takemicchi!—Draken sonriente apuntó su cabello, el Hanagaki río ante esa expresión tan alegre en el Ryuguji que lo hacía sentir feliz.

—Te daré unos consejos para que te dure más.—Pah le sonrió elevando el pulgar.

—El tono luce bien en tí, aunque es algo abrupto, no está mal, Takemicchi.—Mitsuya con calma le sonrió.—Pero, ¿Y ese peinado?, ¿Cuánto tiempo te tomo hacerlo?

El Hanagaki miro su cabello, había hecho su peinado que uso por tanto tiempo, y el tono rubio había Sido menos fuerte que en el futuro por consejo de su madre.

—Hmm.—Manjiro con un Taiyaki en la boca veía fijamente a Takemichi.

—Creo que debimos haber hablado sobre esto antes, Hanagaki.—Kisaki, llegando apenas hace unos segundos acomodo sus gafas.

—¡¿También teñiste tu cabello, Kisaki?!

—Al menos no es el mismo tono, pero ambos rubios.—Draken no evito reír un poco ante la coincidencia.

—Se ve bien.—Manjiro dió la espalda.

—Mikey-kun tiene razón, luce bien en tí, Kisaki.—Takemichi le sonrió al de gafas, aunque esté sólo suspiro con nerviosismo, Mikey volvió su vista en el Hanagaki.

—Takemicchi, me refería...—Con el ceño fruncido gruño.—No importa.

—¿Uh?—Alzando una ceja, ignoro eso al ser abrazado por Kazutora.

—No está mal, ahora hay más rubios en la pandilla.

—Y hablando de eso.—Mitsuya abrió su mochila, sacando un uniforme familiar para Takemichi.—¿Que les parece esto?

—¡Wah!, ¡Eres increíble, Mitsuya!

—El primero es para nuestro comandante, Mikey me ayudó con sus medidas, así que debería quedarle bien.

Colocándose la chaqueta por encima, cubriendo sus hombros, el viento la movió, y Takemicchi casi logró divisar la silueta del Mikey del futuro, con su largo cabello rubio.

Era amargo, pero precioso.

—Realmente luce genial en ti, Mikey-kun.

Con una mueca, Manjiro se quejaría del halago algo avergonzado, pero, los ojos de Takemichi que no tenían lágrimas, lucían tristes y melancólicos, haciéndolo callar.

Manjiro aveces se preguntaba que provocaba esas emociones en Takemichi.

Quería saberlo. Sólo un poco.

—Necesitare las medidas de todos, así que...—Con una oscura mirada y una cinta para medir en las manos, Mitsuya los veía.

El grupo tembló, ¿Por qué rayos se veía intimidante Takashi?

Comienzo | MitakeWhere stories live. Discover now