XCVI

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Despacio abrió sus ojos, con cuidado, parpadeando para poder visualizar mejor.

Frente a él Mikey le tomaba la mano, su cabeza apoyada en la orilla de su cama sin soltarlo hizo al Hanagaki levantarse lentamente.

—Mikey-kun.—Con el rostro caliente, atribuido a su fiebre, acaricio la mano de Manjiro con cuidado.—Gracias por cuidarme.

Viéndolo con una pacífica expresión entrecerro sus ojos ante dulce expresión.

Era precioso, su boca tenía una sonrisa, seguramente estaba teniendo un buen sueño. Le soltó la mano para acariciarle un poco el cabello.

Suave y brillante, Draken y Emma hacían un gran trabajo lavandole el cabello a Mikey.

—Mikey-kun.—Intentando despertarlo, hizo movimientos suaves en su hombro, sin respuesta acercó su rostro hacía él, volviendolo a mover.—Mikey-kun.

—Hmm...—Apenas hizo un sonido y se movió un centímetro, Takemichi bufo, pensando en cómo despertarlo, pensó inocentemente...

—Manjiro.

Sus azules ojos chocaron con esos azabaches de golpe, el Sano había levantando la cabeza al oírlo, la mano de Takemichi se apoyaba en el hombro de Mikey y en la cama, quedando bastante cerca el uno del otro.

—¿Takemicchi?

—Mikey-...—Parpadeando enrojeció claramente, alejándose de golpe en un salto.—¡Mikey-kun, no despertabas y estaba algo aburrido!—Su nerviosa risa no se hizo esperar, Mikey asintió frotando un poco sus ojos.

—Creí que... Dijiste mi nombre.

Atrapado claramente, el Hanagaki apretó los dientes avergonzado por completo.

—Soló estaba... Jugando supongo, lo siento.

El ambiente tenso de repente fue dejado de lado por Mikey, quien le sonrió.

—No hay problema, Takemicchi, puedes llamarme como quieras, lo sabes.

—Ah... S-... Si.—Jugando con sus manos, viendo la amabilidad de Mikey, su corazón podía oírlo en su garganta.—Eh... Bueno... Mikey-kun...

—Aún pareces tener fiebre.—Al verlo completamente rojo miro la hora.—Tu mamá dijo que llegaría pronto, ¿Quieres comer algo?, La sopa que Mitsuya trajo está abajo.

—Por favor.—Con una sonrisa vio a Manjiro retirarse, dejándolo sentado tomando sus mejillas.

Estaba ardiendo, el malestar y dolor de cabeza se había ido, pero su corazón latía de prisa.

—Taquicardia.—Con su mano en el pecho notó que sus latidos se iban estabilizando al menos, quizás la vergüenza de antes le afecto también.

Es que Mikey era... Muy gentil como siempre.

Era como estar con el primer Mikey otra vez, aunque su actitud de infancia se mantenía, este Mikey le daba esa confianza de apoyarse sobre él.

Su corazón tenía calma a su lado, podía contar con él, esa sensación era preciosa para su agitado corazón.

Realmente amaba mucho a Mikey.

...

..

.

—... ¿Hm?—Parpadeando, viendo su habitación, el calor arrasó con su existencia.—¿Eh?

Ese repentino pensamiento hizo que cubriera su boca.

¿Qué fue eso?, ¿Qué había sido eso tan repentino?

Simplemente pensaba en Mikey y como estaba agradecido de que llegará a su vida, en lo protegido que se sentía con él, la calma que le había brindado a su corazón y lo mucho que amaba todo sobre él debido a eso.

Comienzo | MitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora