LA INVITACIÓN 3

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El sonido de la alarma sonó por todo el apartamento haciendo que FP se despertara.

El ex Rey Serpiente gruñó de manera molesta y se incorporó para lanzar el despertador al otro lado de la habitación. Una vez más, aquel ruido insoportable había interrumpido la fantasía que estaba teniendo con Alice.

Cada vez que cerraba los ojos, FP se imaginaba cómo sería su vida si siguieran viviendo juntos. No podía borrar de su mente los profundos orbes azules, que lo hacían perder el sentido y le impedían olvidarla después de cinco años sin verla.

A día de hoy, FP seguía preguntándose a sí mismo si hicieron bien en cortar el contacto entre ellos. Quizás se habían rendido demasiado pronto con su relación.

FP agarró su teléfono móvil para mirar la hora y estuvo tentado de marcar su número de nuevo, pero rápidamente recordó que no podía hacerlo.

Hace un par de años intentó llamarla y descubrió que se había cambiado el número de teléfono. Por lo que supuso que Alice no quería saber nada más de él y, aunque ese pensamiento lo mató, decidió no enfrentarla de nuevo por miedo a comprobar que había rehecho su vida sin él.

FP suspiró malhumorado y, viendo que ya era por la tarde, se levantó para tomar algo de merendar sin ni siquiera ponerse una camisa, pues estaba solo en el apartamento.

El tráfico desordenado de la ciudad de Nueva York se podía escuchar de fondo y los pitidos de los coches le hicieron cuestionarse el porqué se mudo a aquella caótica ciudad mientras se hacía un café.

La respuesta era sencilla, por su hija JB.

Cuando a JB le ofrecieron una beca para estudiar en Parsons School of Design, una de las mejores escuelas de diseño de Nueva York, FP no se lo pensó dos veces en dejar Toledo y mudarse a Nueva York con ella para que aprovechara esa gran oportunidad. 

Sin embargo, Gladys se había opuesto a la idea de que se marcharan.

FP siempre se culpará a sí mismo por pensar que era una buena idea volver a juntar a su hija con Gladys. Jamás debió regresar a Toledo y marcharse de Riverdale en primer lugar. Ya no podía cambiar el pasado, pero podía intentar enmendar su error, por lo que no iba a permitir que el talento de JB fuera pisoteado por su madre y echado a perder.

Estaba claro que a Gladys le importaba más su chanchullo con las drogas, que el futuro de su hija. Así que FP no prestó atención a la opinión de su ex-mujer y alejó a JB de Toledo antes de que fuera demasiado tarde.

Afortunadamente, Gladys no les volvió a molestar y actualmente, JB y él formaron una nueva dinámica familiar en Nueva York. Su hija iba a la escuela de diseño y él trabajaba cómo baterista en varios garitos del centro y en diversos eventos por la noche.

Para FP fue una grata sorpresa volver a utilizar las baquetas que usaba en la secundaria. Era cómo si el espíritu de los Fred Heads le poseyera cada vez que tocaba y no podía evitar recordar los viejos tiempos.

Fred siempre le dijo que tenía talento para la música. Al final, su querido amigo difunto tenía razón y, si le hubiera escuchado antes, se hubiera ahorrado muchos problemas. Y no sólo laborales, sino también sentimentales.

FP dejó el café sobre la encimera y agarró un bollo de chocolate dispuesto a comérselo cuando su teléfono móvil sonó.

¿Si?- contestó antes de zampárselo.

¿Hablo con FP Jones?- preguntó una voz masculina.

El mismo, ¿quién llama?- cuestionó FP con la boca medio llena.

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