Oneshots Falice 🐍🖤

¿QUIÉN ERES? 12

Para disgusto de FP, tuvo que esperar unas cuantas horas más antes de que le dejaran marcharse del hospital.

El doctor vino a su habitación para hacerle unas cuantas pruebas, puesto que necesitaban asegurarse de que su mente seguía estable y tenían que comprobar que no había sufrido ningún tipo de lesión adicional.

FP se mantuvo paciente, aunque le resultaba muy difícil quedarse quieto. Así que, en cuánto el doctor terminó de revisarlo y diagnosticó que todo parecía estar en orden con su cabeza, se levantó de la camilla rápidamente para prepararse e irse.

Espere, señor Jones, aún tengo que hablar con usted sobre la receta de medicamentos. Además, debe firmar el orden del alta y programar una cita de seguimiento- informó el doctor antes de que saliera por la puerta.

Tengo un poco de prisa... ¿Podrían ocuparse mis hijos del papeleo?- preguntó FP apresuradamente.

Ya perdí demasiado tiempo.

No habría problema, sólo tómeselo con calma ahí fuera- respondió el doctor sin poner impedimentos al verle tan inquieto.

Perfecto, no os importa, ¿verdad?- se aseguró FP mirando a sus hijos con ojos suplicantes.

Para nada, puedes irte- contestó JB con una sonrisa alentadora. Estaba contenta de que su padre estuviera bien y quería que recuperara su felicidad cuánto antes.

Espero que consigas volver con Alice.

Nosotros nos ocupamos- añadió Jughead con un asentimiento.

¡Sois los mejores hijos del mundo!, ¡os quiero!- declaró FP, que atrapó al vuelo las llaves que le lanzó Jughead.

Necesitarás la camioneta para llegar más rápido a casa de Alice- aclaró Jughead con un guiño divertido y cómplice.

Conduce con cuidado- advirtió JB un poco temerosa.

No quiero más accidentes de tráfico.

Lo haré, gracias- dijo FP sonriéndoles antes de salir.

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Alice caminó lentamente por los senderos del cementerio de Riverdale. Siempre que estaba deprimida venía al lugar de descanso de los muertos para estar sola, sentirse escuchada y buscar reflexión entre el silencio que le ofrecía la zona.

Tal vez pasear entre las tumbas y visitar a sus seres queridos fallecidos no era algo que una persona haría normalmente para sentirse mejor, pero estaba perdida y sentía una conexión profunda con aquellas almas que se hallaban en su misma condición. Además, ellas eran las únicas capaces de darle el consuelo que ansía, pues necesitaba desahogar sus penas con alguien que no la juzgue, ni la culpe por nada de lo que había pasado.

Después de que FP perdiera la consciencia, Gladys la echara y Frank la envenenara con una bomba de desesperanza y amargura, Alice quedó devastada y sólo quería encontrar algo de fe.

Por eso, siguió avanzando hasta que llegó a su primera parada. 

Hola, Polly- susurró Alice sentándose enfrente de la lápida, que tenía grabada el nombre de su hija mayor en el centro.

Las hojas caídas empezaron a revolotear en torno a sus pies en forma de saludo.

Sé que todavía no es nuestro día, pero necesitaba hablar contigo. Me ha ocurrido algo impensable- explicó Alice limpiando la piedra rosa.

Todos los Domingos, Alice venía a visitar la tumba de su hija para contarle todas las novedades que habían pasado en la ciudad y en su vida. Incluso, en ocasiones, se traía a los gemelos con ella para que siguieran recordando a su madre.