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Para cuando Kamil entró dos horas después la escena que encontró lo desconcertó. Miró a Gionani sentado detrás de su escritorio, trabajando normalmente, mientras la mujer en la que había puesto su mirada estaba dormida en el sofá de la oficina. Su impresión debió reflejarse de más en su rostro pues el Ceo alzó la mirada.

-¿Qué?- preguntó este dejando de lado los papeles que tenía en su mano.

-Ella...- dijo sus orbes en la mujer que dormía profundamente boca arriba ajena a su alrededor. Las marcadas ojeras habían desaparecido paulatinamente de su rostro.

-Digamos que es ahora mi nueva directora financiera- dijo Giovani como si fuera lo más normal del mundo- Y si todo va bien, mi esposa luego. Es una mujer bastante dura de convencer, pero me impresionó cuando firmó el ascenso.

Kamil se acercó a él para no tener que hablar en voz baja.

-¿Está seguro de esto? Ella es una mujer ordinaria. No sabemos mucho de ella, y si tiene algún plan entre manos. Ya tenemos bastante con su familia y sus artimañas.

Sin embargo, una sonrisa apareció en el rostro de Giovani.

-Bueno, si es una arpía solo tengo que tener cuidado con sus garras, y mi familia también.

Kamil quería seguir argumentando, pero pensó que mejor no hacerlo. Giovani era de pensamientos fijos y si decía que quería a la mujer, nada lo haría cambiar de opinión.

-Y Samantha- se atrevió a preguntar.

-¿Qué ocurre con ella?- el rostro de Giovani se había vuelto serio de pronto- No es la primera vez que me lo preguntas.

-Sabe a qué me refiero. Parece tener mucho interés en esta joven. Y usted tiene pareja.

Giovani frunció ligeramente el ceño y bajó la cabeza algo pensativo.

-Esta chica de aquí solo es un negocio y un embullo del momento. Nada más. Dejemos de hablar del tema, aún tengo trabajo.

Kamil asintió.

-¿La despierto?- miró a Isabela por encima del hombro. No sería bueno para la reputación de ambos si se regaba el rumor de que ella estaba allí tan familiarmente.

Giovani se quedó pensativo por un momento.

-No, no lo hagas. Lo haré yo mismo más tarde- una sonrisa pícara apareció en sus labios- No me dio la oportunidad de decirle realmente lo que deseo. No la perderé de nuevo.

Kamil se quedó quieto un momento.

-¿Necesita que le alquile alguna habitación de hotel?

-¿En serio me estás preguntando eso Kamil?- Giovani se apretó el ceño – Virgen, la mujer tiene que llegar virgen al matrimonio. Cómo demonios la voy a meter en un cuarto de hotel. Sabes muy bien lo que hago con puertas cerradas.

El guardaespaldas no se vio arrepentido de haber dicho aquello. Si un hombre se interesaba en una mujer lo más normal era ir a un hotel y tener sexo con ella. Al menos así era en su caso.

-Disculpe- solo dijo aquello.

-Mira, mejor ve a buscar su bolso y tráelo y deja dicho las nuevas modificaciones en la plantilla, y da alguna excusa de porque ella no vuelve a su puesto- dijo Giovani enfocándose de nuevo en su computador dando por terminada la conversación.

Kamil asintió y salió de la oficina.

-Kamil- Samantha se levantó rápidamente después de soltar su celular como si la conversación que tuviera fuera un misterio.

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora