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-Giovani, Isabela y Allen desaparecieron- fue la primera noticia que recibió el Ceo al ser despertado por el sonido de su celular.

-¿Qué?- se sentó en la cama llevándose la mano al rostro por el mareo y la resaca por haber bebido tanto el día anterior.

Kamil parecía jadear del otro lado. Se imaginaba que estaba como loco buscando de un lado a otro.

-Que ambos desaparecieron. Allen de la escuela e Isabela del hospital.

-Pero cómo es posible eso- Giovani ya iba al baño para cambiarse rápidamente.

-Eso es lo que estamos averiguando. Dejé a Allen en la escuela y me aseguré como siempre que entrara. Después volví al hospital, pero encontré que los guardaespaldas que había dejado en la puerta habían sido drogados e Isabela no estaba. Acaso ella escapó.

Esa... podría ser la conclusión más fácil a la que pudieran llegar, sobre todo él después de ver como Isabela se había alterado tanto. Llevarse a su hijo para que no se lo quitaran, pero más que eso, ella podría tener miedo, pero primero estaba herida, y segundo... no era una mujer irresponsable. Definitivamente algo había ocurrido.

-¿Hablaste con los guardaespaldas?- ya estaba en la ducha para quitarle el olor a alcohol, bañándose lo más rápido que podía.

-Están aún inconscientes. Pero deben despertar rápido. En la escuela ya están interrogando a los que interactuaron con Allen.

-Bien, voy para allá ahora mismo. E interroga también al doctor y la enfermera que estuvieron a cargo de Isabela. Algo con ellos no me está gustando. No creo que Isabela simplemente haya huido, así como así.

-Entendido.

Giovani colgó el celular y ya se secaba. Tiró la toalla y se vistió con un gran peso en los hombros. Si solo no se hubiera ido al hotel y quedado a su lado. Las cosas podrían haber sido diferentes. Se lamentó con un profundo suspiro. No se perdonaría si a ellos les pasaba algo. Los recuperaría a como diera lugar.

***

Tres horas antes.

Isabela abrió los ojos encontrándose con el techo que ya le resultaba familiar. El del hospital. Su brazo dolía debido a los pinchazos constantes, al igual que el costado donde había sido baleada. Ya era más tolerante, pero era igual de incómodo.

Entonces... los recuerdos de antes de perder nuevamente el conocimiento por los medicamentos volvieron recordando la presencia de Giovani... y todo lo que había sucedido después. Sus ojos se humedecieron y apretó los labios.

Ni en sus más locos sueños se hubiera imaginado que Giovani era el padre de Allen. Es que... no había forma, pero con la loca vida que había tenido Aris... todo era posible. Y fue entonces que sus pensamientos entraron en contradicción. Por una parte, se sentía feliz porque al fin Allen podría tener un padre, y uno con el suficiente poder y dinero para darle una vida de lujos, además que Giovani había demostrado ser bastante bueno con él, pero por el otro... dónde quedaría ella. Estaba acostumbrada a lidiar con Allen como si fuera su propio hijo, lo único que no había hecho era darlo a luz, pero las noches de vela, cuando se enfermaba, ayudarlo a estudiar e intentar todo lo que podía lo había hecho todo ella. Ahora... compartir a Allen sería complicado, sin embargo, ella no podía ser egoísta.

Si era lo mejor para Allen, dejaría que Giovani entrara en la vida de él si quería tener su posición de padre, con la condición de que ella sería su madre adoptiva. Esperaba que él fuera condescendiente y no le hiciera las cosas difíciles. No lo creía, después de todo, ya ellos habían trabajado todo este tiempo bajo un contrato.

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora