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Allen miraba a la mujer sentada frente a él y no sabía qué hacer. Era extraño encontrarla con la mirada perdida y no atenta a su alrededor y alerta como siempre.

-Bela ¿pasó algo?- el niño había venido de vuelta todo el camino con ella y no había pasado nada diferente como para que ella tuviera el rostro que tenía ahora.

-No, nada- ella respondió mirando al suelo perdida en sus pensamientos y sin soltar la bola de pelo atrapada en sus brazos. Kiki se mantenía quieto sentado entre las piernas de ella rodeado por los brazos alrededor de su cuello, aunque el movimiento de la cola mostraba que quería ir a jugar.

-Pero eso no es lo que parece- el niño insistió. Bela no era de mostrar sus sentimientos de esa forma y menos delante de él así que debía haberle afectado mucho lo que fuera que hubiera pasado y eso le preocupaba- ¿Tiene que ver con Giovani?

Su pregunta le hizo sobresaltarse y aunque quiso ocultarlo Allen había notado su reacción.

-No quiero hablar de eso- ella apretaba los labios.

-¿Estás segura?- el niño la vio asentir.

En eso escucharon unos pasos que se acercaban a ellos, aunque la mujer no alzó su mirada.

-¿Giovani?- como que todos tenían la cara rara ese día. Incluso ese hombre también- ¿Qué te pasa a ti también? ¿Ustedes discutieron?- preguntó Allen por encima de su hombro ya comenzando a perder la paciencia.

-Nada de lo que tengas que preocuparte, amiguito- Giovani pasó por su lado y le revolvió la cabellera con una leve sonrisa fingida, para arrodillarse frente a Isabela con la mirada ensombrecida.

Giovani se imaginó que sabía de la presencia de Samantha, pero no se esperó encontrarla de esa forma. Se notaba desde lejos que Isabela no era la de siempre. Apretaba tan fuerte a Kiki que el perro lo miraba suplicando por ser liberado. Él quería creer que ella estaba así porque ella tenía sentimientos por él y estaba celosa, pero ella era tan complicada de entender que no quiso ilusionarse.

-¿Puedes soltarlo? Kiki parece que se asfixiará- una gota de sudor corrió por la sien de él y desenvolvió los brazos de Isabela de alrededor del perro que al momento salió corriendo escondiéndose detrás del niño- ¿Allen, puedes dejarnos unos segundos?- le pidió el Ceo.

-Puedo, pero no hagas que mi mamá se ponga más triste porque tendrás que vértelas conmigo- le dijo el niño con el ceño fruncido, levantándose y saliendo a correr junto a la bola de pelo dorada.

Esta vez Giovani centró toda su atención en Isabela agarrando una de sus manos y entrelazando sus dedos con los de ella.

-Tengo que salir a resolver algunos asuntos. Volveré lo antes posible- le dijo él con un tono suave.

Isabela alzó la cabeza, su mirada era extraña, más bien le hizo a él recordar cuando se habían conocido. Una mirada sin sentimientos de por medio y con una barrera alzada. Como mismo la leve sonrisa que apareció en sus labios.

-No tienes por qué darme explicaciones Giovani, nosotros estamos casados por un negocio, tú tienes tu vida y puedes hacer lo que desees- se decía más esas palabras a sí misma que para él. Otra vez estaba levantando esa pared que la protegía huyendo de tener que sufrir nuevamente. Necesitaba mantenerse lo más fuerte posible para Allen.

-Bela- el Ceo apretó su mano y con la otra acarició su mejilla.

-Si me dices que no vaya no iré- hablaba seriamente- lo de Samantha y yo fue en un pasado. Nosotros ya no estamos en una relación. Ella me pidió ayuda y yo...

Bela tenía el impulso de apretar los labios, pero no quería mostrar sus verdaderas emociones.

-Ella te necesita en este momento. Sé que eres lo suficientemente amable para no ayudarla- fingió una sonrisa- Ve, no te preocupes.

Giovani frunció el ceño tan familiar a como Allen lo había hecho poco antes. Se inclinó y dejó en beso en los labios de ella.

-Cuando vuelta tú y yo vamos a hablar seriamente sobre nosotros. No podemos seguir en este bucle sin poner en orden nuestros sentimientos.

Eso le hizo pestañear y asintió sin muchas ganas después. Podrían hablar de muchas cosas... pero él ahora estaría con la mujer que fue su última pareja en un momento vulnerable. El resultado podría ser muy variado. Ah, odiaba sentirse tan indecisa. Sobre todo, cuando tenía que ver con su futuro.

-Ten buen viaje- le dijo ella y aunque Giovani no estaba muy convencido se inclinó y le dio un segundo beso antes de alejarse. Aunque le dio una última mirada antes de desaparecer completamente.

Isabela se quedó allí y la sonrisa que tenía en los labios desapareció completamente. Escondió su rostro entre las rodillas que había apretado contra su pecho. Hablar seriamente sobre ellos. Su corazón latió. Suponiendo que él le propusiera salir formalmente ¿ella aceptaría?

Reconocer que le gustaba Giovani en ese momento no era tan complicado como antes. Más bien, era un peso que se le quitaba de encima. Quizás por ello le había incomodado la presencia de la ex de él de nuevo en su vida.

***

Isabela intentó no pensar mucho en el tema en el resto del día. Después de merendar donde solo lo hicieron su hijo y ella encontró que no tenía mucho que hacer. Kamil se había ido con Giovani y llevaban una maleta por lo que estarían de viaje al menos dos días, por lo que había ido no era una situación tan fácil de tratar.

Sacudió su cabeza para no pensar en ello y cualquier cosa que se le pudiera pasar por la cabeza que la llevara a sentirse peor que en ese momento. No se podía concentrar en nada. Allen que jugaba en el Tablet sentado a su lado, conociendo a su madre se mantenía tranquilo y de vez en cuando le daba un beso en la mejilla solo por sacarla una leve sonrisa.

En eso sonó su celular. Era una llamada del ¿banco? Eso le extrañó.

-Hola- respondió con el ceño fruncido.

-Buenas tardes. Le llamamos para informar que encontramos una falla en el sistema de datos financiero de la empresa.

-¿Error?- ella se enderezó -¿Cómo es posible?- ella tenía todo el sistema arreglado, había estado trabajando en ello en los últimos días.

-Temo decirle que detectamos un intento de hackeo a la red. Requerimos un informe lo antes posible y una guarda de seguridad de los datos.

Isabela se puso tensa. El sistema de datos financiero de una empresa era algo sumamente importante y delicado. Muy pocas personas tenían acceso a este y sabían cómo funcionaban. A menos que fueras un director financiero y...

Demonios.

-Voy a la empresa en estos momentos. Mandaré el informe a primera hora mañana- dijo para colgar el celular.

-¿Bela, ocurrió algo?

-Allen, necesito que te quedes aquí y no salgas. Ni Giovani, ni Kamil ni yo estaremos aquí- alzó su mirada y enfocó a Rafael que estaba recogiendo la mesita frente a ellos.

-No se preocupe, la seguridad de aquí es bien alta- le dijo el mayordomo.

Isabela no quería dejar a su hijo solo, pero si los datos de la empresa eran borrados tendrían una gran caída y hasta quedar en la quiebra, había mucha información recogida muy importante.

-Puedes pedir a uno de los choferes que me lleve por favor. Llamaré a Giovani en el camino- como directora tenía responsabilidades. Y al menos sabía que Allen estaría bien.

Por mucho que intentó contactar con Giovani el celular de este daba apagado o fuera del área de cobertura. Se imaginó que ya estaría en el avión. Se quedó mirando la pantalla con los labios apretados y le mandó un mensaje escueto. No quería agobiarlo más dado que él ya tenía que atender la vida de Samantha. Ella se encargaría del asunto, no debía ser tan complicado.

***

Mientras tanto Giovani tenía el ceño fruncido y golpeaba con sus dedos el reposabrazos del vehículo. Se notaba molesto mirando por la ventanilla el accidente que había ocurrido varios autos antes que bloqueaba la carretera y además había algo que interfería con la señal.

Él iba de regreso a la mansión. No había podido irse con Samantha. Sentía que si lo hacía algo se quebraría en su relación con Isabela

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora