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Giovani no separó la mirada de la carretera, ni tampoco quitó la mano del muslo de Isabela mientras comenzaba a hablar. Su cuerpo estaba tenso y tenía un sudor frío que lo recorría a pesar de estar con aire acondicionado dentro del auto.

-Mi familia es muy poderosa. Mucha de nuestra fortuna viene de la parte noble de varias generaciones atrás y la otra fue producto del trabajo de mi abuelo. Él expandió el poderío más de lo que debía, debido a eso, después de su muerte hay una lucha brutal por todo su imperio. Sin embargo, mi abuelo hizo el testamento solo a mi favor.

-¿Y eso por qué?- Isabela estaba atenta a su lado.

-Yo, tengo tres hermanos más y aunque soy el menor de todos ellos digamos que soy el único que no he usado la fortuna de la familia para mi beneficio- se tomó unos segundos para organizar sus ideas- Yo fui un accidente de mis padres. Ellos tuvieron un embarazo de mellizos que son mi hermano y hermana mayor. Para garantizar tuvieron a mi tercer hermano y decidieron que no querían más hijos, pero las cuentas le salieron mal y me tuvieron a mí. Debido a eso no tuve mucha atención por parte de ellos. Decían que ya tenían los suficientes herederos, por lo que pasaban todo el tiempo de viaje junto a mis hermanos y me dejaban en la casa. Rafael, el mayordomo fue principalmente el que me enseñó casi todo lo que sé. Debido a eso no supieron hasta años después que tenía un coeficiente de inteligente por encima de la media y para cuando se dieron cuenta ya me había graduado de la universidad y comenzado mi propio negocio.

Isabela puso su mano sobre la de él y la apretó ligeramente. Sentía que debía darle su apoyo, Giovani había tenido un pasado difícil.

-¿Cómo es que eso te relaciona con tu abuelo?

Una leve sonrisa apareció en sus labios.

-Mi abuelo veía todo eso, aunque no tenía ni tiempo ni salud para criar a un nieto, aunque si tenía la autoridad para controlar todo su imperio hasta el día que falleció. Al estar solo solía reunirse conmigo cuando tenía tiempo y hablábamos mucho. Digamos, que después de Rafael fue con la persona que más tuve roce, hasta que mis padres trajeron a Kamil como un supuesto regalo. Aprendí muy rápido de mi abuelo como controlar una empresa y demás. Me dejaba muchas veces estar dentro de la oficina cuando no estaban los demás. Él sabía que darme preferencia sería un problema. No estaba en buenos términos con mis padres. Cuando enfermó fue cuando la familia sacó las garras. Ninguno de ellos hizo algo para ayudarlo. Solo estaban como ratas alrededor de él para que los pusiera en el testamento, mis padres, mis hermanos, incluso mi tío, y eso que no quiero mencionar a sus conocidos. Siempre decían que un hombre no debería tener tanto poder. Cuando falleció y sacaron el testamento no sabía si realmente mi abuelo estaba jugando conmigo o quería destruirme.

-¿Te refieres a los términos del contrato?

Giovani asintió.

-Para aquello ya yo tenía el levantado mi propio imperio sin depender del dinero de mi familia. Trabajé mientras estaba en la universidad, incluso Kamil me ayudó y con lo que había reunido levanté mi empresa y la amplié rápidamente. Pero al tener el apellido de la familia simplemente lo asociaron que había usado el dinero. Incluso cuando enseñé junto a abogados todas las facturas para iniciar, indicaban que si había usado un solo centavo mi empresa también entraba dentro de las propiedades pactadas dentro del testamento y que las perdería si no cumplía los requisitos.

La boca de Isabela se abrió.

-Eso es realmente cruel. Es como quitarte fácilmente lo que has levantado tú mismo.

-Así mismo- suspiró agotado- al menos ya tengo la primera parte- Casarme con una mujer virgen con una edad específica. Ahora solo debes mantenerte así el tiempo suficiente para que sea válido. No tengo intenciones de regalar lo que he trabajado a esos vagos- dijo con los dientes apretados.

-Tu relación con ellos es realmente mala- Isabela lo había notado desde que los había mencionado.

-Si. Nunca me llevé bien con mis hermanos. Me decían que para que iban a alimentar una boca que no valía nada. Mis padres pasaban más tiempo de viaje y viendo cómo se gastaban el dinero que fijos en mi- miró a Isabela con el rabillo del ojo- Te acuerdas lo que mencioné cuando nos casamos y Samantha acusó que estaba embarazada- Isabela asintió- Fue culpa de mis hermanos. Fue durante el único viaje que di con ellos. Me dejaron toda una noche de invierno afuera en la calle sin celular en una ciudad donde no conocía a nadie. Pude encontrar la estación de policía horas más tarde y para cuando logré regresar al hotel mis padres solo me dejaron dentro de la habitación. La fiebre que tuve fue tan alta que mi vida peligró y terminé en el hospital causando que no pudiera tener hijos

-¿Los culpas por eso?- Isabela tenía una expresión angustiada.

-Los odié al principio. Me preguntaba todas las noches que demonios había hecho para que me trataran así, ahora que soy adulto me doy cuenta que no era yo. Hiciera lo que hiciera, no importaba, nunca me iban a querer- respiró profundo- Así que pase lo que pase, cuando estemos en mi casa mantén distancia de ellos. No te separes de mí, incluso si nos tenemos que ir al baño. Ellos intentarán por todos los medios que mi plan salga mal, como si implica hacerte daño. Si sabes a que me refiero- su mirada se desplazó en dirección al vientre bajo de ella.

No había que ser estúpido para darse cuenta de a lo que se refería, e Isabela era consciente de ello.

-Estoy acostumbrada a estar en peligro así que ser lidiar con él. En cuanto a lo del baño... eso suena raro.

-Ya nos hemos visto desnudos, así que bañarnos juntos a partir de ahora no debería ser un problema- Giovani dio la sugerencia ante el positivismo de la mujer ante la situación y cooperación. Detuvo el auto en un semáforo y alzó la mano del muslo de Isabela, la puso en su nuca y tiró de ella para darle un beso rápido en los labios- Sabes, a veces estoy celoso de Allen.

-¿Por qué?- la voz de Isabela era en un susurró al sentir los labios y el aliento caliente de él sobre su piel, se negaba a soltarla.

-Porque tiene a alguien a su lado que lo protegerá pase lo que pase, como una madre. Algo que yo no tuve.

Las palabras de él hicieron que el corazón de Isabela se apretara. Ahora entendía en parte porque Giovani era así. A veces con el corazón frío, alguien que no solía expresar fácilmente lo que sentía. No pudo evitar. Ella alzó sus brazos y los envolvió alrededor de Giovani dándole un abrazo.

No pudo decirle nada. Ella no era la más adecuada para reconfortar a alguien, pero al menos podía hacer aquello y al parecer él se lo agradeció pues su cuerpo se relajó bajo su tacto.

Solo quedaba ver como sucederían las cosas cuando llegaran a la casa de la familia de Giovani. No sería algo fácil.

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora