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Giovani si tenía que reconocer una cosa. Samantha había sido su pareja por cuatro años y no fue por gusto. El vestido rojo que portaba la mujer le quedaba endemoniadamente bien, ajustado a sus curvas y dejando ver una nívea pierna. Ella era una mujer hermosa, no había dudas de ello, así como elegante. Había atraído la mirada de todos, tanto por su presencia inesperada como por su aspecto. Solo si ella no tuviera su verdadero carácter y la pasión entre ellos no se hubiera enfriado, quizás ellos hubieran durado unos años más. Aunque ahora se lo cuestionaba y mucho.

Después de conocer a Isabela, una persona fuera totalmente de su acostumbrado círculo social, se había dado cuenta que los horizontes eran mucho más grandes. Y que una simple mujer como ella, podía despertar no solo la bestia de la pasión en su interior. Él se sentía cómodo y como él junto a ella. Algo que con Samantha o cualquier mujer no había sentido nunca.

Entonces recordó muy bien lo que Samantha le había hecho a Isabela antes, en su última visita a la casa. Los recuerdos vividos de como las uñas de su exnovia habían roto la piel del rostro de la mujer no era un recuerdo fácil de borrar. Y no deseaba que su ahora esposa tuviera una marca más notable en su rostro otra vez y menos en el día de su boda. Así que agarró la mano de Isabela y la puso detrás de él, protegiéndola con su cuerpo. Sabía que Samantha era una mujer vengativa, al menos si era con él sabría cómo defenderse.

La mujer se detuvo delante de la pareja de casados con un porte elegante y esbelto, con una copa en la mano que había tomado de una mesa.

-Vaya Giovani, felicidades- la ironía en sus palabras se notaban por doquier- Ya que no me invitaste a la boda vine a darte las felicitaciones personalmente.

Giovani agradeció que Isabela se mantuviera tranquila detrás de su espalda.

-No invitamos a casi nadie, y además tenía mis razones para no hacerlo- él le respondió con calma, sin mostrarle que estaba algo nervioso por lo que ella fuera a hacer.

Samantha tomó un sorbo de la boda y miró un poco más allá del hombro de él como buscando a Isabela.

-Debo decir que tus gustos se han degradado bastaste como para cambiarme por eso.

Los ojos del Ceo se entrecerraron un poco, más no respondió. Samantha sonrió.

-En serio eres un asco de hombre. Cuatro años conmigo y me botas para saltar a la cama de esa perra- se pasó la lengua por el labio inferior y se dio la vuelta en dirección a los invitados- Sabían que esto es un matrimonio de fachada. Ja. Si, él gran Ceo se está casado con una mujer que apenas conoce para cumplir con un testamento. Este matrimonio feliz es una total falsa. Así que ustedes han sido invitados a una boda totalmente falsa.

Se giró hacia él con rabia en su rostro mostrando lo despechada que estaba de seguro haber perdido la oportunidad de ser una mujer millonaria con garantías. En cambio, Giovani se mantuvo en silencio hasta que dio un ligero bufido.

El ceño de Samantha se frunció y más cuando se dio cuenta que no había impresión en el rostro de los demás invitados. Acaso...

-Todos los que fueron invitados a la boda son empresarios e inversores que no les conviene que se caiga mi imperio, así que saben perfectamente la razón por la que me estoy casando con mi esposa. Estás haciendo un espectáculo aquí Samantha. Ten un poco de dignidad y sal de aquí con la cabeza en alto. Ahórrate pasar más vergüenza.

-¿Vergüenza? ¿vergüenza? - ella dijo con los dientes apretados. Estaba realmente molesta.

Y antes que alguien reaccionara le lanzó el contenido de la copa al rostro del Ceo. El líquido salpicó sobre su piel manchando así también la camisa y el traje. Una exclamación colectiva se escuchó y hasta Kamil se levantó para interferir, pero la mano alzada de Giovani lo detuvo.

Él iba a buscar su pañuelo, pero recordó que antes lo había usado Isabela por lo que solo pasó su mano por el rostro limpiando la bebida de sus ojos antes de abrirlos.

-¿Ya estás satisfecha?- le preguntó aun tranquilo y eso molestó aún más a Samantha.

-No, no estoy satisfecha. ¿Cómo pudiste hacerme eso? Éramos una pareja estable y...

-¿Tengo que entrar en detalles?- la atmósfera alrededor del Ceo se estaba poniendo densa y los demás lo sintieron. Sobre todo, Isabela que podía notar la espalda tensa de él.

La mujer apretó los labios rojos hasta que estos se volvieron una fina línea.

-¿Entonces ahora que hago con esto?- se pasó la mano por encima de su estómago- Estoy esperando un hijo tuyo- ella reafirmó las últimas palabras.

Los murmullos comenzaron en toda la estancia y las miradas se pusieron sobre Giovani.

-Estoy embrazada de ti Giovani- Samantha volvió a decir para que no hubiera duda de los hechos.

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora