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Isabela estaba acostumbrada a que su vida fuera una montaña rusa. Que hubiera cosas buenas y malas, sorpresas y decepciones, pero bien sabia ella que tener una racha tan buena no sería por siempre. Más bien, se preguntaba por dónde vendría la bomba porque tanta buena suerte junta no podía existir. Y no se había equivocado.

La llamada que había recibido Giovani la había dejado helada, tanto que sintió que no podía respirar y comenzaba a hiperventilar.

Tenía que reconocer que Allen era idéntico a Giovani físicamente, incluso en parte de su carácter, pero de ahí a ser padre e hijo... eso la había sorprendido enormemente. No tocaría el tema de la prueba de ADN, le preocupaba mucho más que él hubiera resultado el padre. Eso significaba que la persona con la que su amiga Aris había estado para concebir a Allen era el hombre que ahora supuestamente era su pareja.

Además de eso, pasaba por su cabeza que al ser el padre biológico ahora tenía derecho sobre él, podría reclamarlo como suyo... quitar al niño de su lado como su familia había intentado antes, y dejarla sola. Estaba tan aturdida que no podía controlar que estaba pensando, que se mezclaba dentro de su cabeza

Eran... demasiadas cosas a la vez, demasiadas emociones... y simplemente explotó.

-NO TE VOY A DAR A ALLEN- ella gritó jadeando moviéndose rápido alejándose de él, en el proceso se lastimó la herida, pero estaba tan alterada que apenas lo sintió.

Su cuerpo temblaba tanto que sus músculos estaban tensos, sus labios abiertos apenas podían dejar entrar y salir bien el aire, sus orbes desenfocados y su piel bañada en sudor frío.

-NO TE LLEVARÁS... A ALLEN- decía sin un objetivo en sí, hiperventilando peligrosamente.

Giovani que aún procesaba la información y estaba igual de contrariado tuvo que reaccionar al escuchar a la mujer y ver su estado. Quitarle a Allen no estaba dentro de sus planes, nunca separaría al niño de ella, pero podría comprender el estado de Isabela después de todo lo que había pasado.

-Bela cálmate- la intentó agarrar por los brazos para mantenerla quieta y que no se abriera la herida. Ella estaba en medio de un ataque de pánico.

-No, no quiero- lágrimas comenzaban a bajar de su rostro y un hilo de saliva salió de su boca cuando sus jadeos se volvían más ahogados.

-Estás hiperventilando- Giovani se asustó por la condición de ella- Enfermera- gritó envolviendo sus brazos alrededor de Isabela que intentaba escapar y casi caía de la cama. Puso su mano sobre sus labios intentando que le entrara menos aire y que respirara por la nariz en un intento de detener la hiperventilación.

La puerta se abrió rápido y la enfermera seguida de un doctor de guardia entró corriendo viendo la escena.

-¿Qué ocurrió?- preguntó el hombre maniobrando rápido sobre Isabela.

-Pasó algo y comenzó a Hiperventilar- Giovani habló rápido mientras él la sostenía.

-Busque un tranquilizante- le dijo el doctor a la enfermera mientras él se giraba a la mujer con los ojos desorbitados y en medio de temblores.

-Lo estás haciendo bien, solo respira- dijo con voz calmada- nadie te va a hacer nada, todo va a estar bien, todo está en tu cabeza y no en la vida real- decía en un tono casi hipnotizante- Así suave...

Repitió algunas veces hasta que Isabela comenzó a respirar mejor, dejando de temblar y cayendo sin fuerzas contra Giovani, sus párpados casi cayendo pesados. Giovani retiró la mano que no le importó que estuviera empapada de saliva de ella, estaba más enfocado en el estado de la mujer, sabiendo que tendría que tratar el tema de Allen con mucho tacto y cuidado.

La enfermera volvió y le dio la jeringuilla. El doctor la tomó, pero antes de inyectarla se percató de algo.

-Esta no es la dosis que corresponde ni el calmante- dijo refiriéndose al contenido de la jeringa- chasqueó la lengua y se dio la vuelta él mismo para hacerlo. Agarró el recipiente llenado la dosis para inyectársela en el brazo a la mujer.

-Eso la calmará, pero necesito que no tenga emociones fuertes por el momento. Fue baleada hace poco, acaso quieren ahora matarla del corazón- protestó el doctor viendo como la mujer cerraba los ojos por completo y caía inconsciente.

Giovani apretó los labios.

-No era mi intención, el resultado que me dieron incluso me tomó por sorpresa- él también estaba aturdido y necesitaba un momento para pensar. Su realidad había cambiado desde que había recibido la noticia, pues... él que nunca había tenido la idea de ser padre... ahora lo era.

***

-Kamil ya debe estar llegando- le dijo al doctor Giovani que se corrió el cabello empapado de sudor hacia atrás. Ahora él era el que estaba temblando. La noticia de que Allen era su hijo había sido más intensa de lo que se había imaginado y no en lo negativo.

Es que la vida era un puñetero pañuelo.

-Tome un descanso. Ella estará bien, la herida no se abrió y ahora está descansando, la mantendremos en observación pues sea lo que sea que haya ocurrido la alteró mucho. Usted parece que tiene que pensar en muchas cosas y es mejor que lo hablen más tranquilo los dos.

Giovani no le había dicho sobre su hijo, pero por la forma en que le había comentado aquello quería decir que su rostro era un libro abierto y emocionalmente él no estaba bien. No todos los días averiguas que tienes un hijo en el mundo cuando hacía años habías renunciado a la idea, al menos un hijo biológico.

La puerta se abrió y la enfermera salió después de acomodar y limpiar a Isabela. Se notaba un poco pálida. El doctor le hizo señas para que lo siguiera y ambos desaparecieron por el pasillo. Giovani le dio indicaciones a los dos hombres que cuidaban la entrada de la habitación privada cuando escuchó pasos corriendo hacia él.

-Giovani- su nombre se escuchó y Kamil se detuvo jadeando delante de él- ¿Qué ocurrió?

El Ceo se imaginó que lo había asustado. Él mismo lo había llamado estando alterado y debido a que Kamil lo conocía bastante bien debía estarse preguntando que lo había puesto en ese estado.

-Cálmate. No pasó... nada grave- no se sentía todavía preparado para decírselo, no cuando tenía que procesarlo él- Cuida a Isabela, yo necesito... unas horas.

Kamil notó la expresión de su rostro y no le dijo nada. Asintió con la cabeza y vio cómo su jefe y amigo arrastraba los pies para desaparecer.

***

Giovani se dejó caer en el sofá de la habitación de hotel donde había dos botellas de wisky vacías, y con un vaso lleno en su mano. Pasó un brazo por encima de sus ojos y dejó salir un largo suspiro.

-¿Cómo pudiste pensar que yo te quitaría a Allen. Me haces ver como si fuera una bestia. Como si fuera igual que ellos- dijo con los dientes apretados, recordando como Isabela había reaccionado hacia él.

Él no sería un animal de separar al niño de la persona más importante para él y de casi la estabilidad emocional de Isabela. Ellos dos solos eran una familia. Más bien, se sentía mal de ser el padre y que fuera una piedra en el medio de ellos dos. Habían vivido tanto juntos que... Ah, que mierda estaba pensando, el alcohol ya estaba haciendo daño en su cabeza.

Él era el padre de Allen. Aún si el niño no quería que lo fuese él intentaría ayudarlo económicamente, era lo menos que podía hacer. Pero si quería que su relación se fortaleciera no estaría en contra. Sin embargo, con ellos dos no había nada seguro. Solo esperaba que Isabela no agarrara a su hijo y desapareciese. No cuando la situación era completamente diferente.

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora