92

5.7K 453 6
                                    

Giovani estaba a punto de comerse las uñas de la tensión. Con la calle bloqueada y sin poder dar la vuelta por ningún lado solo le quedaba esperar a que fuera despejada después que un camión se volcara en el medio destrozando el panel de señal, razón por la que no tenían cobertura en sus celulares. Pero los minutos corrían y sus niveles de estrés y preocupación aumentaban.

Se preguntaba si Isabela realmente estaría bien. Rezaba que si, que estuviera en la casa junto a Allen. Y no en peligro. Se recriminó. Debía haber tenido más cuidado desde que se había enterado del pasado de ella y de la advertencia por parte de Kamil.

-Mierda- golpeó el reposabrazos con fuerza con el puño tan apretado que sus nudillos estaban blancos.

Kamil no podía decir nada, es que no sabía que decir para aligerar el ambiente. Su trabajo era proteger a Giovani pero no deseaba que a Isabela le ocurriese algo o a Allen.

Después de tanto tiempo que le pareció infinito al final la calle fue despejada. Ya el sol estaba oculto y la oscuridad se cernía. Kamil no esperó órdenes antes de maniobrar y adelantar a los demás autos haciendo curvas para acelerar. Y una vez que cogieron señal marcó rápidamente a la casa.

-Rafael, Isabela se encuentra en la mansión- preguntó con el altavoz puesto

-Lo siento Kamil, pero la señorita Isabela tuvo que salir pues recibió un mensaje del banco que al parecer había problemas con la parte técnica financiera de la empresa.

-¿Qué?- Giovani casi se levantó del asiento- Kamil directo a la empresa.

Y diciendo esto sacó su celular. Necesitaba hablar en ese preciso momento con ella. A la velocidad que iba Kamil que de seguro tendrían que cambiar las gomas del auto al terminar no les tomaría muchos minutos, pero aun así necesitaba saber que ella estaba bien.

Solo que después de llamar tres veces no fue descolgado.

El corazón latió rápido en su pecho y la saliva se secó en su garganta. Se imaginó lo peor y comenzó a sudar frío.

-Kamil, Isabela no responde.

Eso tensó también al nombrado que aceleró aún más deteniéndose por fin algunos minutos después en la entrada de la empresa tan fuerte que el ruido fue estruendoso. Los dos se bajaron corriendo y Giovani no le dejó tiempo al guardia de la entrada ni a saludarlo antes de que lo fulminara con la mirada para que quitara el cerrojo.

Fue corriendo en dirección al elevador para encontrarla en la oficina cuando escuchó un sonido... que le resultó familiar. Su rostro palideció y su mirada se encontró con la de Kamil que estaba agitado a su lado.

Eso... había sido un disparo.

Ninguno esperó a que llegara el elevador, fueron corriendo por la escalera de dos en dos los escalones hasta llegar al piso sin percatarse de su agitación.

En la mente de Giovani solo estaba la preocupación de Isabela y pensando que ella... podría estar herida. Deseaba que no fuera así, pero grande fue la desilusión al llegar a al piso abriendo la puerta de golpe y encontrar una imagen que lo hizo estremecerse.

-Bela- su voz salió quebrada al encontrar el cuerpo de la mujer en el suelo en medio de la sala, su cabello rojo se fundía con el charco de sangre bajo ella que crecía con rapidez.

A lo lejos una sombra desaparecería y tras ella fue corriendo Kamil sin pensarlo dos veces mientras Giovani corría en dirección a la mujer, desesperado. La alzó en sus brazos para ver el daño, a ella le habían disparado.

-Bela, Bela- la llamaba con desespero analizando el cuerpo de ella manchado- Porqué hay tanta sangre- sus ojos se fijaron en el costado del torso de ella donde estaba la herida y la apretó con su mano, pero la sangre seguía fluyendo con mucha facilidad- Mierda.

-Gi...o- de repente escuchó la voz de ella apenas audible.

-Bela, no te duermas- la sostuvo contra él- Aguanta. Estarás bien.

Ella no dijo más nada, pero alzó ligeramente la mano para abrir sus dedos mostrando una memoria USB.

-¿qué es eso?- Giovani agarró la mano de ella que pronto perdió fuerza.

-Los... datos... de la... empresa- ella parecía ahogarse con su sangre. Esta brotaba por el costado de su boca.

Giovani en ese momento su empresa era lo que menos le importaba. Guardó la memoria sin mucho interés y rápidamente se quitó la chaqueta para envolverla alrededor de la cintura de ella donde estaba la herida para impedir que hubiera más hemorragia, aunque resultó inútil. La tela rápidamente se manchó de sangre. Él no esperó más y la cargó en sus brazos para llevarla al hospital. No permitiría que Isabela muriera de esa forma.

Se levantó y escuchó los pasos de Kamil correr hacia él.

-Fue un asesino profesional. Escapó tan fácil como se infiltró- llegó jadeando y empapado en sudor y rápidamente se giró en dirección al elevador donde Giovani lo siguió, pudo percibir la desesperación en el rostro de su jefe y amigo.

-Ella estará bien- le dijo Kamil en un intento de buscar algo positivo pero la cantidad de sangre que había visto en el suelo de normal no tenía nada.

Para el momento en que llegaron al auto Isabela ya había perdido el conocimiento. Giovani la llevaba sobre su regazo, besaba su frente y apretaba su mano.

-Bela, no puedes irte y dejarme así. Tienes también a Allen. Se fuerte. Tengo mucho que decirte cuando despiertes- le decía con los ojos rojos con lágrimas amenazando con salir.

Nunca se había imaginado que perder a alguien que amaba podría ser tan desesperante. Estaba temblando del pánico y a pesar de su posición y tener mucho dinero, se sentía tan impotente.

Kamil manejó en dirección al hospital e ignoró incluso los semáforo, no era momento de preocuparse por eso. Tenía la preparación suficiente para no chocar a pesar de la forma en que estaban manejando.

Y durante todo el camino, por muy peligroso que fuera Giovani aferró a Isabela contra él sintiendo como la sangre manchaba su cuerpo y el aliento de vida de ella se iba esfumando de su cuerpo.

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora