70

7.7K 563 25
                                    

Isabela se encontraba recostada en el balcón de la habitación con una sonrisa en su rostro. La voz infantil que escuchaba del otro lado del celular la llenaba de gozo y le hacía olvidar cualquier malestar. Deseaba volver pronto para tener a Allen entre sus brazos y llenarlo de besos.

-...y terminé toda la tarea pendiente. El profesor estaba algo molesto porque me había tomado unos días libres. Hombre tacaño.

Isabela bufó imaginándose el puchero del niño mientras le contaba aquello.

-Recuerda no protestar delante de él para que no te castiguen- le consoló ella- si algo pasa me dices y le decimos a Giovani que se encargue- lo decía en tono de broma.

Unos segundos de silencio.

-¿Te está yendo bien con Giovani?

Isabela miró por encima del hombro al hombre recostado en la cama que miraba la televisión. Después de dormir más tranquilo después del baño que se habían dado tenía un mejor semblante, y ella también.

-Si, nos estamos divirtiendo, cuando regrese te cuento.

-Está bien, Bela, pero si él te hace algo me avisas para golpearle las pantorrillas.

Ella se rio y le lanzó un beso.

-Nos vemos pronto- y cortó la llamada que había durado más de media hora.

Bajó el celular de Giovani con pesar dado que ahora que había hablado con Allen más lo extrañaba y es que apenas llevaban poco tiempo separados. El móvil de ella se encontraba cargando y se había tomado e atrevimiento de tomarlo. Giovani no se había ni inmutado. Como cuando uno no tiene nada que esconder.

-¿Ya terminaste de hablar con Allen?

Isabela soltó un chillido de susto y el celular entre sus manos saltó por el borde del barandarl del balcón. Giovani, que se había puesto detrás de ella me movió rápido y lo logró atrapar antes que este terminara abajo, todo desbaratado. Una gota de sudor corrió por su sien.

-¿Bela... tienes idea de todo lo importante de trabajo que tengo dentro de este celular?

Ella apretó los labios inocentemente.

-¿Lo siento?

Giovani la miró, guardó el celular antes que algo le ocurriese de nuevo, y después la abrazó desde atrás haciéndole cosquillas en la barriga.

-¿Solo lo sientes?- sentía a la mujer retorcerse y reír contra él- Crees que te perdonaré tan fácil.

-Basta Giovani, jajajajaja, basta- ella se reía por las cosquillas- me rindo, me rindo.

Él no se detuvo hasta que la tuvo jadeando recargando su peso contra él. La sostuvo deteniéndose al fin y le dio un beso en el cuello dejando una marca que la hizo gemir levemente.

-Al parecer tendremos el resto del día tranquilo- le comentó- Mis padres tuvieron que salir a un encargo hoy en la mañana junto a mis hermanos mayores y regresarán mañana temprano. Así que si habían planeado algo por lo menos tomará tiempo.

-¿Cuándo regresaremos?

-Mañana es lo más seguro- le dijo él. Si nos vamos así si más hoy puede ser un problema.

Ella asintió con la cabeza. El calor que el hombre le proporcionaba dado que solo tenía una camisa de hilo roja muy fina, era realmente cómodo. Y cerró los ojos.

-Aún está uno de tus hermanos aquí. ¿No será un peligro? Si tu familia se fue quizás le dejaron el plan de acción a él. ¿Te imaginas?

Giovani se tensó un poco. Isabela como siempre tan perspectiva. Además, él también había encontrado extraño que sus padres no hubieran hecho algo.

Como estafar al Ceo siendo virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora