Zorella.

Capitulo 1.

He conocido un chico por casualidad, no me siento atraída por él, pero es demasiado apuesto, no tengo ni la menor idea de quién se trate, no sé cuál es su nombre. Nunca lo había visto, ni siquiera en mis sueños.

Me encuentro sentada en una silla, no llevo mucho tiempo sentada allí, apenas pude levantarme de la cama. Mi madre se encuentra reprochando mi mal comportamiento. He venido a pasar mis días de vacaciones con mis abuelos. La gente le ha informado a mi madre como me he comportado. –¿Cómo es que ni siquiera la dejan llegar y van diciéndole que he hecho? – digo mentalmente.
–No he hecho nada malo, aquel chico con el que se me ha visto solo vino a hacerme compañía, no podía venir sola de aquella fiesta, podrían haberme hecho algo, deja de quejarte mamá– digo. –Acabas de salir de una relación, ¿Y ya buscas otro?– Dice mi madre. –No es otro, no es mi novio, no estoy buscando uno, déjalo estar, por favor– he dicho con un tono de voz más alto de lo normal.
–Mañana te irás conmigo a casa, no puedo soportar los llamados de atención que me hacen las personas conocidas sobre ti, sobre cómo te comportas– ha de decir mi madre, con rostro enfurecido. –¡No me iré contigo, a ningún lado¡– digo con algo de enojo en mi aspecto. –¡Por favor, déjela unos días más, yo la cuidare!–  interrumpe una voz que me toma por sorpresa, pero la conozco perfectamente, ¡Es Abraham! –Claro que se irá conmigo, aún no tiene mando sobre ella, soy su madre, nadie impedirá que se vaya conmigo– dice mi madre, quien hace un pequeño gesto de enfado y pone los ojos en blanco. –¿Podría dejarla? ¿Puede ver con claridad el chico que está detrás de nosotros? Es su novio, no creo que sea tan egoísta de dejarlo sin ella– dice Abraham. He quedado atónita, añade mi subconsciente lo más pronto: la situación ha de empeorar, ni siquiera conoces ese chico, y han querido mentir diciendo que tienes una relación con él. No pasa mucho tiempo y añado una respuesta corta con referencia a lo que se me estaba acusando. –No es mi novio, no le conozco, jamás lo he visto, no sé cuál es su nombre y no es de mi interés saberlo, mamá– Digo. –¡Si que es tu novio! Dile la verdad a tu madre– responde aquella voz conocida.
–No lo es– respondo completamente indignada ante aquella falsa afirmación. –Te irás conmigo al amanecer Zorella, no hay marcha atrás, tu padre se enterará de esta situación– añade mi madre irritada, con ganas de desaparecer de aquel momento incómodo.

Han pasado horas de aquella discordia, me he vestido para ir a mí última fiesta, he soltado las trenzas que tengo hechas para que poder lucirlas, me he colocado unos shorts que van en contacto con mi tipo de cuerpo, una blusa blanca y abajo un sostén, para evitar que mis picos se denoten y logren llamar la atención. Me he colocado mis tenis favoritos, los cuales me sientan de maravilla y combinan con lo que llevo puesto.

Al llegar al lugar donde se realizan las fiestas de mi pueblo, saludo y hago gestos llenos de alegría al encontrarme con personas a las cuales estimo demasiado, podría decir que son mis humanos favoritos. No pasa mucho tiempo, cuando nuevamente veo a Abraham y no está solo, está con aquel chico que le había comentado a mí madre que era mi novio.

Abraham se ha acercado a mí y he de hacer un gesto de enojo por la situación pasada, lo cual es ignorado completamente por el. –¿Puedes hablar un momento con él? Está interesado en ti– dice Abraham. Veo un gesto de interés y sinceridad por su parte, pero son ignorados por mi. –¡No lo haré! No me interesa hacerlo, además, no me agrada, debió decirle a mi madre la verdad– le digo con un tono de voz grosero. No estoy segura de que aquel chico nos esté escuchando, no lo conozco, pero no me gusta tratar a las personas de tal forma, pero se lo merece, por ser cómplice del tal engaño a mi madre.

–Está bien, no hables con él, pero saquemos una fotografía juntos, será un recuerdo muy grato– dice Abraham. Accedo a sacarnos la fotografía, y me marchó al mismo instante al terminar.