Capitulo 3.

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Han pasado varios días desde que regresamos a casa, he echado de menos estar junto a mis abuelos, y si por mi fuese, viviría allí con ellos.

Le he comentado a mi madre que quiero volver a visitarlos. –ojalá no recuerde aquel mal entendido, cuando le diga que quiero regresar con mis abuelos– añade mi subconsciente. Aún me faltan algunos días para regresar a clases y los puedo disfrutar estando con mis amigos que habitan en el pueblo, además, cumplirá una de mis amigas a la cual amo demasiado y quisiera estar en sus cumpleaños. Le he comprado un detalle y he de escribir unas palabras en una pequeña cartelera color negro, en honor a la amistad que tenemos y hacia ese amor que sentimos mutuamente.

Mi madre accede a dar su aprobación de lo que le he pedido y me toma por sorpresa que lo haya hecho.

Comienzo a quitar mi trenzado porque está un poco deteriorado para volver a hacérmelo, quiero verme perfecta en el cumpleaños de mi amiga, ahí estará mi primer amor, ¡Maximiliano! Le he extraño tanto…. Siento una rara pulsada en mi corazón cada vez que recuerdo que ya no está conmigo, ¿Qué estará haciendo ahora que ya no andamos? Una pequeña lágrima sale de mí, y la limpio de mi rostro con discreción, para que mi madre no lo note.


Ha llegado el día de mi viaje, hoy es el cumpleaños de Susu, la quiero ver, dar de mi parte un fuerte abrazo y entregarle mis detalles, realmente no me gustan los abrazos, pero dárselos a ella resulta reconfortante, sé que estará muy feliz, es muy buena conmigo.

Me levanto de la cama para entrar a la ducha, quiero llegar a tiempo y no perderme nada de su gran día. No creo que está vez demore dentro de la ducha, no quiero perder el tiempo en ella.

Más tarde tomo un taxi para llegar a la terminal de transporte y tomar el autobús que me llevará a mi pueblo. Al cabo de un instante ya estoy ahí y me subo al autobús, es lo bueno de vivir cerca de este lugar.

He caído en un profundo sueño y al despertar ya he llegado a mi destino, una fuerte emoción cargo por estar nuevamente aquí. Doy unos pasos hasta llegar a la casa de mis abuelos y al llegar los saludo con una fuerte sonrisa.

Tomo el regalo de mi amiga para ir a entregárselos. No me quedo ni un solo segundo más en casa de mis abuelos y sigo mi camino. Cuando llego a una esquina escucho que alguien me llama, es una voz muy conocida, es ¡Susu! Corro a abrazarle y le doy sus regalos por su cumpleaños. –¡Feliz cumpleaños Su, te amo, pásala muy chévere! Estoy muy feliz de estar aquí– digo. Ella lee aquellas palabras que he escrito en la pequeña cartelera y se pone muy feliz, me abraza y me da un beso en la mejilla. Al seguir caminando hacia su casa, nos encontramos con unos chicos quienes traen un depósito con agua, añade mi subconsciente al momento: al parecer te ha olvidado, la tradición de San Sebastián. Me quedo inalterable por un instante, pero Susu conversa con los chicos para que no mojen mi ropa, me ha dicho que vaya a cambiarme lo que traigo puesto y me ponga algo mucho más sencillo y cómodo por si me mojan. Llevo un conjunto de falda shorts largo y sería incómodo estar mojada con esa ropa. Yo accedo y me acompaña a cambiar mi ropa. Al llegar donde mis abuelos, tomo mi maleta, saco unos shorts de jeans claros, una blusa de una sola manga de color azul rey, me la coloco y recojo mis trenzas ya que hace un poco de calor.

Al llegar a casa de Susu, llegan otras amigas de ella, y comenzamos a preparar todo lo de su fiesta de cumpleaños, que por supuesto tenía un buen ambiente sin haber comenzado, conoce mucha gente, así que mucha gente vendrá.
Al rato comienzan a llegar los chicos con muchos depósitos con agua, quise escapar para que no me mojasen, pero tienen muchísima fuerza, y no me pude soltar de los brazos de ellos, ¡Me acaban de mojar! Estoy muy enojada pero no lo demuestro y sigo en mi oficio de inflar los globos para la decoración de la fiesta de cumpleaños de Susu. Escucho una voz muy conocida y echo un vistazo para examinar de quién se trata, ¡Es Maximiliano! Está tan lindo…. Aún sigo enojada y resentida con él, por supuesto no le hablaré.... Pero algo dentro de mi ignora todos esos sentimientos y reacciones negativas al verlo acercarse –¿Tienes algunas monedas que me puedas regalar? – dice Maximiliano. Lo que realmente me parece un completo chiste y le quito la atención que le había dado hace un instante.

Ya son las seis de la tarde, decido irme a cambiar de ropa, estoy muy empapada aún, iré a arreglarme para venir a la fiesta. Me voy caminando a la casa de mis abuelos, y llegó en un santiamén.
Tomo un poco de reposo y al cabo de quince minutos me meto a la ducha, salgo en unos diez minutos más y comienzo a buscar en mi maleta lo que me pondré para ir a la fiesta. Me coloco unos jeans oscuros, una blusa corta con mucho escote color coral la cual me queda bellísima, me suelto las trenzas y me coloco mis tenis favoritos.

Al llegar a la fiesta hay muy pocas personas. Yo entro a la sala de la casa de Susu y me siento un rato. luego al salir nuevamente a la fiesta está mucho más llena que antes, hay muchísimas personas, escucho una voz conocida que me dice: “¿Zor, bailamos?”, me echo una carcajada y acepto, es Maximiliano, será una gran noche, digo mentalmente.

Han comenzado a cantarle el a Susu el happy birthday, bajo las escaleras para bailar con ella y cuando terminó de hacerlo, me retiro de aquel lugar. Comienzan a repartir sopas y ocupo mi puesto para que me den las mías, no tengo mucho apetito pero quiero comer algo y no estar tan vacía. Me hacen entrega de mis sopas y me siento a tomarlas, tengo un poco de enojo porque he escuchado que unas de las ex novias de Maximiliano se encuentran aquí y desafortunadamente se encuentra sentada a mí lado. Hace algún tiempo que no hago parte de la vida de Maximiliano.... Quien al momento se acerca dónde estoy, parece que lo he atraído con solo pensar en él, –¿Puedes darme algo de tus sopas? – dice Maximiliano. ignoro totalmente lo que me ha dicho, le hago un gesto para que se aleje y el opta por hacerlo y toma nuevamente su lugar.

La fiesta acaba de terminar, me despido de Susu y me voy a la casa de mis abuelos a descansar.












Zorella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora