Capitulo 50.

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He levantado muy temprano, no he podido dormir durante todos estos días que pasaron, he pensando más de lo normal y eso ha consumido todo mi sueño. Mis pastillas para dormir las he dejado en casa y me está costando mucho dormir por las noches. Desde que Aron esta muy cerca de mi, no he logrado estar tranquila. A dónde voy siempre me lo recuerdan, casi siempre sus amigos me preguntan por el, lo cual me incómoda demasiado, quisiese que en donde me encuentro, no se hablase de su persona, pero nadie entiende que no quiero saber absolutamente nada de su vida, ni de nada que se relacionen con el.

Aquellas mañanas desde que estoy en este lugar, acostumbro a sentarme en la terraza de la casa de mis abuelos, se siente mucha paz y el olor a pueblo me hace sentir que todo va a estar bien, cuando todo anda mal, los árboles hacen que la brisa sople y se siente mucha tranquilidad al estar ahí, además, las hojas de aquellos árboles forman sobras de ellas por la iluminación del sol, juego con ellas mientras miro al cielo y lo hermoso que está. Eiguel casi siempre pasa montado en su caballo, casi siempre me saluda y me pregunta cómo estoy.

Siento que debería marcharme a casa, no quisiera estar más aquí, Aron pasa todo los días por mi presencia y realmente me es molesto, bien podría tomar otra calle diferente dónde no esté yo, pero todo lo hace a propósito para molestarme. Parece broma, pero todos los días pasa por casa de mis abuelos. Aquella mañana anterior Eiguel pasaba con su caballo y me hizo un llamado, veo en su rostro una enorme carcajada, al voltear en dirección hacia donde se encontraba su rostro, a una distancia ví a Aron, quien también moría de la risa al verme, me encontraba en pijama y al darme cuenta que aún la traía puesta, corrí hacia mi dormitorio.

No deseo verle una vez más, estoy cansada de su presencia.

He ido hasta donde trabaja Victoria, necesito hablar con alguien y deshagormarme, ya no puedo guardarme todo esto, ¡No puedo! –Vic ¿Estás desocupada en este momento?– pregunto. –No cariño mío, sigue– dice Vic. Se que he sido un poco imprudente al llegar hasta aquí, este es su lugar de trabajo, yo no debería estar aquí, pero ya que me ha dicho que está desocupada y que me puede escuchar, no desaprovecharé el momento para poder hablar de todo esto que me está quemando por dentro.

–Pues.... cómo te dije mucho antes, el primer día que llegue a este lugar, yo había terminado con Aron varios días antes, he venido para acá con el objetivo de olvidar todo lo que había pasado con el y ahora el ha llegado hasta este lugar, solo para fastidiarme, siento mucha incomodidad y desesperación cuando se encuentra cerca de mi presencia, se que muy pronto me marcharé a casa y no volveré a verle a menos de que vaya a Barranquilla. Además le he bloqueado de mis mensajes de Facebook para que no me vuelva a escribirme. ¿Pero sabes? Creo que el necesita a hablar conmigo, se le ven intenciones de querer arreglar las cosas, y no se que hacer– digo.

Solo tengo ganas de llorar por todo lo que está ocurriendo, por primera vez no se qué decisión tomar acerca de todo esto que está sucediendo con Aron y yo. Bueno, desde que Aron entró a mi vida, nunca se qué decisión debo tomar.

–Tú más que nadie sabe lo mucho que te ha costado seguir adelante después de la ruptura que tuvieron y mucho antes de ello, no te juzgo, porque muchas veces lo que creemos que es amor no lo es, solo lo confundimos con apegos los cuales generan dependencias para nosotros, cuando nos encontramos dentro de un noviazgo. Aron tomo la decisión de alejarse de ti y está bien, nadie está obligado a amar a quien no deseé, pero tú también puedes elegir que hacer con lo que sientes hacia el. No tuviste la culpa de todo el daño que te causó, pero si tendrás la culpa si no curas aquellas heridas que aún están sangrando,  aún sabiendo que esa herida requiere de cuidados, hasta que ella sane. No tienes porque demostrar incomodidad cuando el está cerca de ti, ignorarle sería la mejor opción, el puede pasar por dónde deseé, las calles son completamente libres y tú no le podrás impedir que transite por ellas. No está bien que quieras hablar con el, solo porqué hay señales de que el quiera arreglar las cosas contigo, no está bien ni es sano volver dónde te han hecho daño alguna vez– ha dicho Vic. 

Zorella.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant