Capitulo 4

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Al amanecer, tomo un poco de aire fresco por cinco minutos y luego me cepillo mis dientes. Sostengo mi desayuno y empiezo a comer muy lentamente. He de comenzar a pensar en lo que escuche la noche de ayer en la fiesta de Susu, en aquella ex de Maximiliano, no sé porque alimento mi mente de ese tipos de pensamientos negativos que hacen daño. No paro de hacerlo, la comida se ha enfriado y no quiero seguir comiendo, coloco el plato en la mesa, y voy a ducharme. Salgo de la ducha diez minutos después, me coloco un suéter, un short y mis pequeñas chanclas.

Los días empiezan a transcurrir rápidamente, ya casi acaban mis días de vacaciones, tengo que llegar unos días antes a casa, mamá me ha hecho una advertencia sobre ello días antes. Puedo escuchar su voz gritándome por desobedecer lo que ha dicho. Solo estoy a la espera del fin de la celebración de San Sebastián de mi pueblo, y solo estamos a dos días ello, después que pase ese día, me iré a casa.

Dos días después me muevo al lugar donde se está celebrando San Sebastián, me coloco ropa cómoda para no sentirme tan mojada e incómoda. Cuando llegó al lugar, me encuentro a Susu y a su novio, lo que me pone muy feliz, llegó dónde está y la abrazo muy fuerte, extiendo una sonrisa hacia su novio y al mismo instante me despido, en el camino me encuentro a Maximiliano, me da una pequeña pulsada en mi corazón, pero lo ignoro totalmente y sigo mi camino, me ubico en una parte donde seguramente no habrá tanto sol y me quedó instalada ahí. Están echando muchísima agua fría, me da una corriente en el cuerpo cada vez que me la arrojan, un chico tenía un depósito de agua mezclada con colorante y yo intento apartarme, no quiero manchar mi ropa, porqué aunque no es tan linda, es bastante cómoda para mis días de menstruación, y días dónde estoy completamente sin ánimos y no me hago ningún arreglo.

Pasan las horas, ya es la tarde completamente, el cielo es de color naranja, se ha formado un maravilloso y majestuoso atardecer. Me voy a casa de mis abuelos para cambiarme nuevamente y salir a la fiesta. Al llegar, mi abuela me hace una seña haciéndome ver que mi comida está servida en la mesa, asiento y doy las gracias, es carne guisada y un arroz con coco, ¡Es demasiado delicioso! Debo reconocer que mi abuela es una excelente cocinera, se le da tan bien eso de estar en la cocina.

Termino de comer, coloco el plato en el fregadero y lo lavo, en señal cortesía, y porque ya no hay platos rodeando el fregadero, me tomo unos minutos hasta que la comida pueda hacer digestión. Al pasar aquellos minutos, tomo mi toalla y la coloco en toallero giratorio, entro a la ducha y al cabo de diez minutos salgo de ella, estar limpia y reluciente me da paz, luego de tener un día casado y lleno de muchísimas energías. Tomo mi cepillo dientes y le echo crema dental, comienzo a cepillar mis dientes de arriba hacia abajo, el sabor a frescura recorre toda mi boca.

Busco el atuendo que me podré, y está vez, estaré llevando una falda de jeans y una blusa blanca, y unos pequeños tenis blancos, todo combina perfectamente con la persona que soy, y no quiero ser narcisista, pero soy demasiado hermosa y me veo hermosa.

Me voy a la fiesta y cuando llegó ahí, muchos chicos me quedan viendo, me analizan de arriba abajo, ignoro completamente la situación y hago como si paso desapercibida. Me encuentro con Susu y sus otras amigas, me uno hacia ellas y comienzo a bailar sin parar, hasta que quedo sin energías para seguir haciéndolo. Me despido y voy a casa de mis abuelos.

Al llegar a casa de mis abuelos nuevamente, organizo todas mis cosas porque por la mañana regresaré a casa, al terminar me coloco mi pijama que tiene pequeñas estrellitas y me quedo dormida al mismo instante, sin hacer esfuerzos.

A la mañana siguiente me levanto sin que suene la alarma, y doy gracias porque la noche de ayer se me olvidó ponerla. Entro a la ducha y sin pensar tanto comienzo a enjabonar mi cuerpo, tomo el cepillo de dientes después de eso y me cepillo los dientes muy rápido, salgo de la ducha, me voy al cuarto para colocarme la ropa e irme a casa, no creo que desayuné hoy, puesto que cuando viajo en autobús tiendo a marearme, y no quiero producirme vómitos, de solo pensarlo se me eriza la piel.

Me despido rápidamente de mis abuelos y camino lo más rápido posible para llegar hacia donde se encuentran los autobuses, me subo y tomo asiento, espero que conductor arranque lo más pronto posible, no sé porque quiero todo rápido hoy, pero quiero llegar a casa, estoy algo desesperada.

Me duermo durante todo el trayecto del viaje, y cuando despierto, estoy a unos minutos de llegar a la terminal de transporte, tomo mi maleta y espero a que el autobús llegue a su lugar. Al llegar me bajo de él y tomo un taxi, en menos de diez minutos estoy en casa.














Zorella.Where stories live. Discover now