Zorella.

Capitulo 13.

Han pasado días desde que no veo Aron, me hace tanta falta y no puedo evitar sentir ganas de follar. Cada día siento la necesidad de acariciar mi clítoris suavemente con mis dedos y hacer pequeños circulitos en él, gimo de placer al hacerlo, cada vez que me masturbo siento que algo que está dentro de mi sale.

No le he comentado nada de esto Aron, alguna vez pregunto que si me masturbaba y le he dicho que no porque me daba algo de asco tocarme, a lo cual respondió con un: “No debes sentir asco de ti, eres hermosa, cuánto desearía masturbarte todos los días, hacerte orales hasta que te llegues y comiences a suplicar que ya pare”. A esto me quedé atónita, no sabía que responder ante está dedicatoria que era un poco vulgar, pero satisfactoria al leerla.

Me pongo a pensar en lo mucho que me desea este chico, ojalá supiese cuánto lo deseo yo, cuando deseo tener su pene dentro de mí. Cada instante de mi vida deseo tener intimidad con él.

Antes de aquel mal entendido teníamos un mes desde que habíamos iniciado nuestro noviazgo, dos semanas bastaron para volver a retomarlo, no tomamos en cuenta el tiempo que estuvimos separados. Aún no puedo creer que tenemos dos meses de noviazgo, ha pasado un mes desde que Aron se fue a su lugar de origen, todo ha pasado tan rápido.

Después de haber terminado un montón de talleres, decido comer la suculenta cena que preparo mi madre, estaba todo rico, es una excelente cocinera.

Al terminar me voy a mi dormitorio, entro a mi perfil y comienzo a encontrarme una cantidad de confesiones que han hecho sobre mí persona, comentarios de muy mal gusto, tales como: “Que fea es Zorella” “se cree muchísimo, es tan fea” “no me cae bien esa chica, quien se cree que es” “ella no es la gran cosa”. Son publicadas por un chico llamado Juan desde su perfil, supuestamente es un juego que ha organizado sobre: “Le das like a esta publicación, yo llegaré hacia a tu chat, y te preguntaré que confesaras, nadie sabrá de quién ha sido la confesión”. Es uno de los juegos más estúpidos que conozco, si tienes algo por decirle a una persona, no tienes que caer tan bajo para esconderte detrás de una publicación y decir lo que sientes hacia esa persona. Realmente me toma por sorpresa, pensé que era mi amigo en realidad, ahora me doy cuenta que no es así, estoy muy triste por ello, comenzar a ver las cosas tal y como son, es tan doloroso. Había una chica llamada Juliana a la que realmente no le agrado, no tengo idea del por qué. No me cabe en la cabeza como puedes hacerle la vida imposible a alguien que no te ha hecho nada, debes ser demasiado inmaduro para ser ese tipo de persona. Estaba segura de que ella habría sido la que había hecho tales confesiones, pero eran muchísimas, ella sola no podría hacerlas.
Me siento tan mal, mi autoestima está en riesgo, no puedo entender porque hay personas que se prestan para hacer sentir mal a otras, no se cómo reaccionar a esta situación tan triste, ¿Cómo pueden dirigirse a mi de esa forma? Yo no soy como dicen, no me conocen realmente, sé que hablo con pocas personas y pocas son las veces dónde soy sociable, pero si te acercas a mi podría serlo, soy una mujer cortés y no hago sentir mal a nadie, tengo un carácter complejo, pero eso nunca ha de tomar el control sobre mí. Trato de dirigirme bien ante quienes se encuentran a mi alrededor, siempre creo un ambiente sano dentro de los que se relacionan conmigo y entre los que no. Pienso y pienso en que podría estar haciendo mal para que las personas sean así conmigo y se expresen de tal manera, pero no encuentro ninguna razón.

Noto como hay personas que se burlan de mí sin empatía alguna, incluso, un familiar muy cercano, sobrino de mi padre, se dirigió a mi chat y en forma de burla escribió:
“Todo eso lo mereces, por ser tan engreída”
Eso rompe mi corazón aún más, como puede ser posible que los seres más cercanos que tienes en tu vida, sean capaces de aplaudir que otras personas te hieran, hasta hacer de sus seres colaboradores y protagonistas de lo que te afecta o puede ser que te afecte. Solo pude confirmar que muchas veces tu familia se convierte en tu enemigo, aunque te esperes solo cosas buenas por parte de sus integrantes. Es doloroso cada vez que descubres el verdadero ser que hay en cada persona, pero tu crecimiento personal se desarrolla aún más, lo que te ayuda a ser menos confiado con las personas que se encuentran a tu alrededor.