Capitulo 53.

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Que amanecer más lindo, desde hace mucho no veía uno igual, el cielo tiene un color rosa hermoso, son las seis de la mañana aproximadamente. Aún hay personas en aquella fiesta en la que nos encontrábamos mi familia y yo, creí que ya había acabado, pero no logré aceptar está vez con lo que pensaba. Toda mi familia ha despertado y me han saludado. Han puesto una canción muy hermosa pero su melodía es triste y nostálgica, mi abuela se ha de acordar de mi abuelo ya fallecido, y ha de empezar a llorar. Aquella canción le recuerda a su persona, lo siento tanto, nunca volveremos a ser las mismas personas después de haber perdido a un ser querido.

La ausencia de alguien que queríamos, duele muchísimo en realidad, no volver a ver sus personas, ya no podremos hablarles ni darles un poco de nuestros cariños, es un dolor que jamás podremos superar, que quedará dentro de nosotros hasta que ya no estemos en este mundo. Puedo ponerme en el lugar de mi abuela y sentir aquel dolor que embarga su mente y corazón. Ella tenía una hermosa historia de amor con mi abuelo, hacia años que se encontraban juntos y lo único que pudo separarles fue la muerte.

Cuando era una niña, quería saber por qué, mi abuelito cuando se encontraba vivo, se levantaba a las 4:40 am, era muy temprano y no tenía idea que hacía despierto a esas horas, si era un hombre enfermo, y no podía trabajar. El colocaba un pequeño radio donde se podían escuchar canciones de personas religiosas, debo decirles que me sabía las letras de aquellas con exactitud. Mi abuela quien trabajaba, también se levantaba precisamente a esa hora todos los días, en ese entonces vendía frutas en las calles de bocagrande de la ciudad de Cartagena de Indias, siempre fue una mujer llena de valor, tenaz y capaz de todo, al igual que mi abuelo, quien antes de sufrir de una isquemia cerebral, trabajaba en el tránsito de la ciudad.
Un decidí levantarme a la misma hora que se despertaban mis abuelos, y ver que hacía mi abuelito exactamente. Yo tenía aproximadamente nueve años de edad, vivía con ellos, pero siempre fui una niña arbitraria. Me escondí detrás de la puerta y lo vi orando, el tenía la costumbre de hacerlo, siempre fue un hombre entregado a Dios. Vi que tomó una escoba y barrió toda la sala y la terraza de la casa, luego de eso, cuando mi abuelita ya se iba a marchar a su lugar de trabajo, él le ayudaba a montar aquella la porcelana llena de frutas en la cabeza, le dio un beso y luego la bendijo, para que llegara sana y salva a su empleo y volviese de igual forma a casa.

Mi abuela se iba feliz a trabajar, eso fue lo que noté aquel día, cuando espiaba a mis abuelos para descubrir el por qué mi abuelo tenía la costumbre de levantarse tan temprano. Mi abuelito después de eso, seguía con sus quehaceres en la casa, no parecía un hombre enfermo, siempre estaba ayudando en casa con algo, pero no sé mantenía quieto en un solo lugar y esa era la rutina de todos los días, sin falta alguna mi abuelo le ayudaba a mi abuelita. No puedo decir que nunca habían desacuerdos entre ellos, muchas veces discutían, pero los enojos que cargaban cada uno, se desaparecía después de un instante.

Años después mi abuela dejo de trabajar, también enfermo, pero, aun así, el la seguía apoyando. Yo me vine a vivir con mis papás y siguió siendo su compañía de siempre y solo vivían los dos.

Tenían muchísimos años viviendo juntos, unos 50 años aproximadamente, nunca se les apagó el amor, mi abuelito nunca dejo de cuidar a mi abuela, aún estando enfermo nunca dejo de ayudarle.

Sinceramente a ellos solo les podía separar la muerte y efectivamente así fue, mi abuelo falleció el diecinueve de noviembre del año dos mil diecinueve. Su partida fue muy fuerte para mí, toda mi infancia viví junto a él y no verle al ir de visita a casa de mi abuela, me dolía. Ver partir a un ser querido que había sido tan relevante en mi vida, fue la peor depresión que puede experimentar, pero.... El dolor que sentía mi abuela, no sé comparaba con el mío, ella había vivido una vida completa junto a el, bueno, casi completa.
Aún así, mi abuela siempre que lloraba por su ausencia, le recordaba con todo el amor que él le había tenido y que ella le había tenido. Ha pasado un año después de lo ocurrido, ya no llora constantemente como lo hacía antes, pero aún le recuerda por lo bien que se portó con ella y todo lo que vivieron juntos.

Después de toda la historia de amor que presencié en casa de mis abuelos, solo puedo decir que....Venimos a este mundo amar, ¿Y si no? ¿Para que viviremos? Si el sentido que tiene la vida, es enamorarnos, conocer nuevas personas y aprender de las experiencias que estás tan tenido.

Aunque me encuentro pasando por la peor decepción de mi vida a causa del desamor, creo que el amor realmente es lo mejor que nos puede pasar. porqué el amor que tengo dentro de mi no fue correspondido por aquella persona hasta que esté dejara de estar en mi, aún deseo un amor como el de María de los Ángeles y Pedro, aún deseo ser amada. Aquellas personas que se amaron el uno al otro y solo la muerte pudo separar lo que sentían.

Se perfectamente lo que siente mi abuela al extrañar a mi abuelo, lo sé, Aron decidió irse de mi lado y aunque no ha muerto, siento un dolor dentro de mi casa que recuerdo que no está a mi lado como quería, claro que volveré a verle alguna vez, pero nunca más lo volveré a tener en mi vida y parece que ha muerto por ya no estar en ella. Lamento mucho que mi abuela sienta todo ese dolor como si hoy fuese aquel diecinueve de noviembre.

Mi tía Manu ha pedido que quiten aquella canción para que mi abuela ya no llore más, y aquellas personas le han hecho caso.

Los niños han comenzado a sacar aquellos juguetes que sus padres le han comprado, lo cual me da muchísima nostalgia, cuando era una niña, me levantaba muy temprano este día para mostrarle mis jueguetes nuevos a mis amigos, nos reuniamos y jugábamos hasta que nos daba pereza seguir jugando. No recuerdo la última vez que jugué con un muñeco o con una Barbie, el tiempo pasa muy rapido y no nos damos cuenta cuando ello sucede.

Mi pequeño hermano Derar ha tomado el balón que le ha regalado unos de mis tíos, ha comenzado a jugar con el sin parar. Ha tomado el carro de unos de mis primos más pequeños, pero se lo han quitado diciendo que este es suyo y no es de Derar, mi corazón duele al momento, me duele mucho que mi pequeño hermano no tenga juguetes nuevos y no pueda presumir de ellos, se que el no se comportaría de tal forma, porque mi madre lo ha educado de muy buena forma y no ha enseñado a compartir lo que tiene con las personas que se encuentran a su alrededor. Le he llamado y le he dicho que solo juegue con el balón que le han regalado, ya no quiero que se peleé con los otros niños por cosas que no son de el, además, se que está mala situación pasará y mi padre podrá comprarle muchas cosas de las que no tiene hoy.

Cada uno de los niños comienzas a colocarse sus ropas nuevas, Derar se pondrá la ropa que se puso el año anterior a este. Veo como cada uno de los niños de mi familia se han colocado ropa nueva, al parecer aquellos que nos encontramos en un mal momento somos mi familia y yo. Me da pesar que ningunos de los miembros de mi familia tengan cosas nuevas que mostrar este año, no tenemos dinero y no saldremos a pasear como todos los años, como es de costumbre, todos saldrán menos nosotros.
Esto solo puede enseñarme que en nuestros malos momentos, conocemos en realidad para quienes somos importantes. Nadie ha preguntado cómo nos encontramos después de aquella pandemia, nadie nos ha regalado cosas nuevas, mi padre quedó sin trabajo y mi madre quedó al igual que el, no contamos con nadie, duele ver cómo las personas tienen cosas nuevas y nosotros no tenemos nada nuevo que mostrar.

Zorella.Where stories live. Discover now