MR DIOR

Capitulo 34

—......

La negociación finalmente terminó. Aunque la reunión no transcurrió tan bien, el resultado fue bueno. Después del almuerzo, Jiao Qi regresaría a Bajiao para trabajar en su propia empresa. No condujo su auto hoy, así que le pidió a su secretario que lo llevara allí.

—Señor Jiao, el jefe dijo que no debes irte...—Cuanto más decía el secretario, más tranquilo se volvía. Incluso se tragó sus palabras después de ver a Jiao Qi mirándolo.

—Ve a buscar el auto y espérame en la entrada. —Jiao Qi repitió con calma.

—¡Sí!— El secretario inmediatamente se puso de pie, agarró la llave del Maybach y bajó las escaleras.

Pero Jiao Qi volvió a pensar, se dio la vuelta y fue a la oficina del presidente para despedirse de su Zhangda Diao.

—¡Pensé que habías aprendido la lección y viniste conmigo voluntariamente, pero en realidad quieres que baje la guardia para que puedas escapar cuando haya una oportunidad!— Zhang Chenfei puso una cara larga, luciendo enojado y pensando que estaba siendo engañado. Nunca debería ser amable con él. Un hombre astuto como él debería estar encadenado a la cama y tener más bebés.

—Tienes a Guangzong. No huiré,— Jiao Qi tenía muchas ganas de volver al trabajo, así que solo podía intentar complacerlo,—No conduje el auto hoy. Me recoges cuando salga del trabajo más tarde.

—Bien.—Zhang Chenfei estuvo de acuerdo. Después de que el hombre dejó la oficina, se dio cuenta de lo que había sucedido. Fue engañado de nuevo. Furioso, llamó al mayordomo y le pidió que trajera a Zhang Guangzong a la oficina de inmediato.

Pronto trajeron al pequeño golden retriever. Caminó alrededor de la espaciosa oficina del presidente para asegurarse de que el lugar fuera seguro y luego comenzó a jugar feliz. Los perros golden retriever adultos eran muy amables, pero cuando eran pequeños, eran traviesos y extremadamente animados.

—Tud, tud ... ¡Bang!—Cuando Zhang Chenfei estaba teniendo una videoconferencia con su socio comercial, hubo un ruido de cosas cayendo.

—¿Qué pasó?— El gerente en el video dejó de hablar y preguntó con preocupación.

—Mi niño es travieso. Espera un minuto.— Zhang Chenfei llamó a su secretaria para que limpiara el desastre que había hecho el cachorro, luego regresó a la computadora con el pequeño en sus brazos.

—Señor Zhang, ¿tienes un hijo? —El gerente en el video se sorprendió de que no hubiera cobertura mediática de una noticia tan importante.

El jefe volvió a sentarse y puso al pequeño golden retriever en su regazo. El enérgico pequeño se puso de pie, agarrándose al borde del escritorio, mostrando la mitad de su peluda cabeza en el video.

—....

¡Qué niño!

El pequeño estaba tan inquieto que no podía concentrarse en trabajar, por lo que Zhang Chenfei le pidió a su secretaria que encontrara a alguien disponible para cuidarlo.

—¿Alguien disponible?—La secretaria se quedó sin habla. Shifei ofrecía salarios altos para que toda la gente estuviera siempre ocupada con su trabajo. No importa a quién encontrara, pondría a la persona en una situación incómoda. Tuvo que llamar al departamento de recursos humanos, pero sucedió que el departamento de recursos humanos acababa de contratar a algunos pasantes y pudo pedir prestado uno.

Lian todavía estaba en su cuarto año de universidad. Gracias a una compañera de último año, recibió una oferta de pasantía en Tecnología Shifei y estaba ansiosa por mostrar sus habilidades. Sin embargo, después de solo dos días, el sueño de duplicar el valor de mercado de la empresa con su creatividad se desmoronó.

Ser un pasante significaba trabajar como limpiador, ayudar con las personas mayores a imprimir documentos, encuadernar archivos y enviar y recibir entregas todos los días. Para evitar que le dijeran que hiciera las tareas del hogar, Lian se sentó en la sala de impresión, leyó novelas y pensó cuándo podría conocer a un jefe que sabía apreciar su talento y le diera muchos buenos recursos para que pudiera ser promovida, un aumento de sueldo y alcanzar rápidamente la cima de su vida ...

—Lian, el gerente te está llamando.

De repente llamada por el gerente, la pequeña pasante estaba muy nerviosa, pensando que la habían atrapado holgazaneando.

—Hay una tarea especial que debe hacer, le he dado acceso temporal a su tarjeta, así que vaya a la oficina del presidente.

Lian se sorprendió cuando tomó la tarjeta de trabajo mejorada. ¿La oficina del presidente? Debido al sistema de ascensores de Shifei, no había estado en las oficinas de los gerentes de alto nivel en los últimos dos días, sin mencionar la oficina del presidente. Su corazón latía tan rápido. Le envió algunos mensajes a su mejor amiga.

【El pequeño loto blanco: Mengmeng, ¡La trama de las novelas existe! ¡Me dijeron que me encontrara con el jefe en la oficina del presidente!】

【Lin Mengmeng: ¿Eh? ¿No estás en Shifei? ¡Vas a conocer a tu jefe! 】

【El pequeño loto blanco Eso es correcto. Dijeron que sería una tarea especial, pero no me dijeron de qué se trataba. Dios mio. Estoy tan nerviosa. ¿Crees que debería aprovechar esta oportunidad para derramar café sobre mi jefe para llamar su atención? 】

【Lin Mengmeng:... Te aconsejo que no lo hicieras. El Señor Zhang y el joven maestro se aman. Lo vi comprar un pastel para el joven maestro en una pastelería la última vez 】

"Adelante." La atractiva voz salió a través de la pesada puerta de madera. Lian empujó la puerta e inmediatamente vio al apuesto joven jefe sentado detrás de su escritorio.

¡La persona real se veía aún más hermosa que en la revista!

—¿Te gustan los niños?— Zhang Chenfei levantó la vista de su archivo y miró al interno de rostro rojo.

¡Tan directo! Lian se quedó estupefacta al recordar lo que acababa de decir su mejor amiga. Frunció los labios, pensando que todo era complicado en las familias ricas. ¿Dos hombres se casaron y ahora querían encontrar una mujer que les diera un hijo? Su conciencia le dijo que lo rechazara.

—... Me gustan los niños.

—Bien, cuidarás de mi hijo durante los próximos días.

—¿Hijo?

¿Estaba cambiando el guión de "una esposa fugitiva en una familia rica" ​​a "una madre joven malvada y una niñera"?

—Sí.— El gran jefe se inclinó para sacar al joven maestro de debajo del escritorio y lo entregó a su niñera temporal.

El joven maestro Zhang movió la cola al verla, —¡Guau!