Fria y Oscura Dulce Desastre II

capitulo 4

Estúpida mil veces estúpida y cursi.

Megan.

Me doy cuenta que no he parado de llorar por horas, cuando la hermana de Josh me pide cariñosamente que por favor pare. Reacciono ante sus palabras y limpio mis mejillas, la miro a los ojos y tomo sus manos. —Gracias Judith, gracias por todo, se que el va odiarte por esto, o tal vez como buen cobarde que es que te agradecerá que me hallas dicho lo que él debía decirme.

Me sonríe sintiendo cierta pena por mí. —Por nada Meg, siempre me pareciste linda y demasiado lista para el cabeza hueca de Josh.

Río sonando mi nariz— ¿Qué lista voy a ser Judith? mira como tu hermano se ha burlado de mi incontables veces.

Esta vez es ella quien toma mis manos. —Solo eres una chica enamorada— me sonríe.

Me levanto del suelo y ella lo hace al mismo tiempo que yo. —Ok si me disculpas tengo algunas pertenencias en este lugar, que debo llevarme— me paro de puntillas y con esfuerzo logro alcanzar el sobre amarillo que está guardado a la altura del closet, al alcanzarlo lo veo y las lágrimas vuelven a salir solas, miles de cartas, canciones y dibujos de nosotros haciendo el amor hechos para Josh —patética y cursi que eres Megan Jones— me reprocho a mi misma, Nadie se merece que le regalen así sus sentimientos, mi corazón está en las líneas de todas estas cartas escritas para él, en todas las canciones que le dedique expresando cuanto lo amaba, y estos dibujos de todas las veces que fui suya.

Estúpida y mil veces estúpida cursi, imagino como Josh se reía de mis estúpidas cartas y mis cursis dedicatorias, recuerdo cuando me dijo que Guillerme se había burlado de mi, por haberle escrito una carta de mi puño y letra en una hoja carta, en vez de mandarle un correo electrónico o una carta escrita a computadora e impresa.

Cuando me lo dijo me defendí a mí misma, diciendo que solo era una tonta romántica que creía en las cartas de amor al estilo de los grandes poetas, escritas de su puño y letra, entregadas con amor a sus amadas, porque el destino les impedía amarse, recuerdo que él se echo a reír abrazándome y diciendo que no importaba, que a él le gustaban así. Ahora sé que él solo se reía de mí y de mi patético amor.

Cierro los ojos como si me golpearan, al imaginar cuanto se abran burlado de mi él y sus primos la tarde en la que le entregue esa carta, ahora entiendo las señales de la que días después Josh me entrego escrita en Arial 12 tinta negra, impresa en su casa, era un claro mensaje de que debía actualizarme.

"el amor maduro dice: te necesito porque te quiero, el amor inmaduro dice te quiero porque te necesito"

Esta fue muchas de las frases que le dedique a Josh en una de mis cartas y luego el me la dio de vuelta en esta única carta que me escribió, incluso cambio el sentido de la frase y me escribió yo no te quiero, te amo.

Cuantas mentiras se pueden decir a una persona, para que no solo se sienta bien, sino para sentirnos bien con nosotros mismos, ahora que comienzo a ver todo claro, no entiendo porque existe el engaño, nunca he entendido la manera de pensar y de actuar de Josh, a veces parecía el chico que trataba de comerse el mundo, pero de pronto aparecían los otros personajes de su vida y le ponían un alto a todos sus sueños y sentimientos.

"Si tu saltas yo salto, si tu vuelas yo trato"

Cuando le dije esa frase a Josh supe que no estaba de acuerdo con ese tipo de amor cuando la escucho ¿Pero de eso se trataba no? De que el supiese cuán grande era mi amor por él, aunque el suyo no se comparara con el mío, en realidad no me importaba si su amor era más grande o menor que el mío, lo único que me importaba era que él me amara, incluso llegue a pensar que el supuesto amor que él sentía por mí, era de esa manera, porque esa era su forma de amarme y cada quien da amor a su modo.

"tú eres mía y yo soy tuyo"

Reí con dolor ante el recuerdo, esto lo solía decir Josh tras conseguir cada oportunidad, o cada vez que hacíamos el amor. Hoy se que era mentira, por supuesto que era mentira, y no es porque sea él quien lo allá dicho, sino porque nadie le pertenece a nadie, no somos dueños de nada ni de nadie, las cosas se vencen y dejan de funcionar, de quedar o de existir. Las personas... ellas solas deciden cuando se van de nuestras vidas, o bien pueden ser arrebatadas por otras personas de nuestro lado o por la misma muerte. Cuando digo que siente de esa manera, como si nos arrancaran a esa persona de nosotros, es porque tenemos la maldita manía de querer poseerlo todo.

Tomo mi sobre y me voy, siento que esto era lo único que había este lugar que siempre fue mío y nunca de Josh.