Capitulo 54

806 66 2
                                    

Lo estoy evitando.

He despertado y ya es de mañana, me sorprendo ver a Rose durmiendo a mi lado, no puede creer que la allá confundido con Alex ¿Tan ebria estaba? No lo creo, estoy casi segura que Alex estuvo aquí anoche, que vergüenza que este chico solo me vea en mis peores momentos.

En lo que estoy observando a Rose ella despierta, abre los ojos y me sonríe

-¡Estas viva!

-Oh por favor no grites, tengo resaca.

-¿Qué está pasando contigo? Ante Meg no le temía a la verdad, siempre decías "Prefiero la verdad aunque duela" ¿Qué ha sucedido con ello?

Me volteo para acostarme boca arriba y me quedo mirando al techo, se la respuesta pero me duele reconocerlo, cada vez que lo digo presiento que puede ser verdad, a alturas de la vida he aprendido una gran lección "Piensa mal y acertaras"

-Megan Jones responde ¿porque en lugar de buscar a Piero y preguntarle por la verdad?

-Porque tengo miedo de la verdad Rose, no soportare otro engaño y es tan bajo lo que Piero a hecho, si, se que te niegas a creer que Piero allá hecho algo como esto, pero algo me dice que puede ser verdad.

-No es eso Meg, solo te niegas a confiar.

-Y ya sabes porque me niego a confiar.

-Mejor vamos a desayunar, no se puede pensar con el estomago vació, así que hagamos un mega desayuno, tú no has comido nada en días y el consomé de anoche no me llego a ninguna parte – muero de risa mientras Rose se soba el estomago mientras se queja.

-Y que se te antoja a ver.

-Eche un vistazo a tu refri y tienes muchas frutas, hagamos una ensalada de frutas, pan tostado con mermelada y jugo de naranja.

-¿Y mi café? Pregunto haciendo pucheros.

-Tu café será lo primero que haremos –escucho reír de manera sonora a Rose y me encanta, hacia tanto que no pasábamos un día como este, cocinando juntas y por supuesto sin que ella encienda el estéreo y coloque música que nos guste a las dos.

Mientras preparamos el desayuno me atrevo a preguntarle – ¿Rose son ideas mías o Alex estuvo aquí anoche?

-¿Estás hablando en serio? ¡Claro que estuvo aquí!

-No puede ser –cubro mi rostro con vergüenza – ¿Y como llego Alex aquí, como supo que estaba mal y sola? –Rose baja la cara sin decir nada y en seguida comprendo su silencio –Rose Midori siempre tu.

Sonríe y se sonroja –Lo siento Meg estaba preocupada por ti, no respondías mis mensajes ni llamadas, deberías agradecer que siempre me preocupo por ti.

-Ven acá –la abrazo fuerte –te quiero nunca cambies.

-Lo que quiero saber es como logro Alex bañarte y cambiarte sin caer en alguna tentación.

-Que –empalidezco enseguida –no me digas eso Rose, pensé que me habías cambiado tu, Alex no pudo aprovecharse de mí y desvestirme mientras estábamos en la regadera.

-Ah pero si estabas consciente –ríe con malicia.

-Cómo no recordar que ese hermoso caballero se metió a la regadera conmigo después de vomitar todo lo que bebí con el objeto de que me sintiese mejor.

-Él es único Megan y lo sabes, Piero hizo algo grandioso por ti al alejarte de todo esto cuando lo necesitaste, como también es cierto que viviste momentos grandiosos con él.

Rose nota que mis ojos se han humedecido con sus palabras –lo siento mucho nena.

-Es solo que no quiero que esto sea verdad, mi cariño por Piero estaba comenzando a volverse algo más fuerte y más grande, ahora pasa esto y me siento estúpida por caer de nuevo, esto me hace odiarlo hasta el punto de no querer verlo, por eso lo estoy evitando.

Fria y Oscura Dulce Desastre IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora