capitulo 34

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Un nuevo sentimiento

Al día siguiente me levanto trasnochada, Rose no me ha dejado dormir por la emoción que le genera el paseo en las góndolas, pasear por el mediterráneo parece ser más emocionante para ella que la misma Opera, ella me traiciona montándose con Clarisse y Leo y me deja a solas con Piero.

Este se ríe de su complicidad toma mi mano y me ayuda a subir, este paseo es sublime, mientras un hombre rema el bote Piero y yo conversamos y tomamos vino, el me mira y me pide que me siente a su lado, pasamos frente a restaurantes y hoteles que esta frente al lago y sin darme cuenta estoy en el regazo de Piero, el acaricia mi brazo haciendo este paseo más reconfortante.

Le miro a los ojos y ninguno de los dos dice nada, él me da otro suave beso y de nuevo lo dejo seguir, este beso se torna más largo que el de esa noche, no quiero despegarme de su boca, no solo porque su beso huele y sabe al delicioso vino, sino también porque no quiero enfrentar a lo que vendrá después.

Por suerte cuando nuestros labios se separan el no dice nada, solo me sonríe y vuelve la mirada al horizonte, al terminar el paseo Rose me da las manos para ayudarme a salir de la góndola y Piero viene tras de mí, entramos a desayunar al restaurante y los platillos son esquicitos, la combinación de quesos, jamón ahumado, pan tostado y vino es genial, Clarisse y Leo hablan cuentan una de sus anécdotas en el paseo de góndolas, nos reímos al imaginar la vergüenza que pasaron los pobres y así nos fuimos caminando a la plaza de San Marcos, allí nos sentamos el resto del día, le dimos maíz a las palomas, escuchamos a un violinista tocar y tomamos helados al caer la tarde.

En la noche estábamos ya todos descansando pues Rose se marchaba al día siguiente y mi corazón se iría junto con ella.

Fria y Oscura Dulce Desastre IIWhere stories live. Discover now