Capitulo 35

832 64 5
                                    

La pareja Bianchi

Había pasado un mes desde que Rose se había ido, mientras tanto Piero y yo asistíamos fielmente a nuestro curso de gastronomía, todas las mañanas el pasaba por mi he íbamos a nuestro curso que solo duraba cuatro horas diarias desde las ocho de la mañana hasta las doce del medio día.

En solo un mes había aprendido muchísimo, sabía todo lo que debía saber de pastas, pizzas y salsas, el siguiente mes aprenderíamos sobre comida mediterránea, pastelería y comida rápida, yo estaba emocionada con el curso, además del buen ambiente que aquí se desarrollaba, Leo y Clarisse eran nuestros compañeros de curso al igual que otras dos parejas más.

En más de dos oportunidades se refirieron a mí y a Piero como la pareja Bianchi, yo guarde silencio no quería que después especularan sobre mi vida privada, Leo y Clarisse también seguían la corriente, ellos por la cercanía a nosotros se habían dado cuenta que no éramos precisamente una pareja sino mas bien, unos amigos que se querían mucho.

Habían noches en las que Piero se sentía solo, en otras ocasiones era yo y más de una vez me dejo dormir en su cuarto y en su cama junto a él, a pesar de los besos apasionados entre nosotros nunca me forzó a ir más allá, el era súper tierno y comprensivo y eso me hacía sentir bien.

—¿Por qué si eres tan perfecto estas solo?

Sonrió con pesar — no estoy solo, estoy contigo y eres una excelente compañía.

—Sabes bien a lo que me refiero Pi ¿Por qué no tienes novia si eres el modelo de cualquier chica?

—Porque yo no quiero ser el modelo de cualquier chica, te quiero a ti —otro beso se torno eterno entre nosotros y esta vez Piero se subió sobre mi dejando inmóvil mi cuerpo, paro de besarme al sentir mi cuerpo frió y tembloroso.

—Meg perdona yo... no pienses que yo... por favor nunca te haría daño, nunca te forzare —me mira a los ojos y sé que me dice la verdad —discúlpame por favor no es fácil para mi cuando estas cerca, lucho contra mi cuerpo cuando te beso, mi deseo por ti es grande pero no quiero forzarte a nada que tu no quieras hacer.

—Gracias — lo miro apenada y sonrojada —mejor me voy.

—No por favor no te vayas, quédate aquí cerca de mí

Sentí la necesidad de tenerlo cerca, así que me acosté sobre su pecho y me hice la misma pregunta desde que lo conocí — ¿porque simplemente no puedo quererlo?

La siguiente semana seguimos nuestra rutina de ir al curso, almorzábamos allí mismo de los platillos que preparábamos y al regresar al hotel me iba a mi habitación, Piero respeto la distancia que había puesto entre nosotros, todas las tardes lloraba confundida no sabía qué hacer con mis sentimientos, sentía que algo más me estaba pasando con Piero y no quería que esto siguiera creciendo, no quería pasar por el mismo dolor de nuevo, no quería que el perfecto Piero me defraudara él no.

Fria y Oscura Dulce Desastre IIWhere stories live. Discover now